Joe Biden y lo que significa ser católico de raza blanca

Por Hosffman Ospino
Joe Biden es el segundo católico elegido como presidente de los Estados Unidos de América. Para ser más exactos, él es el segundo católico de raza blanca que sirve en tal capacidad. ¿Hace alguna diferencia que el presidente Biden sea católico y de raza blanca? Creo que vale la pena explorar la pregunta.
Desde que esta nación se estableció, los católicos hemos luchado intensamente para ser afirmados y reconocidos en medio de olas de sentimiento anticatólico que subsisten en lo más profundo del imaginario social estadounidense.
¿Podemos los católicos ser fieles a la Constitución de los Estados Unidos? ¿Podemos ser parte del contrato social estadounidense? ¿Podemos florecer en una nación de carácter protestante? Con el tiempo, la respuesta a estas preguntas ha sido sí.
Durante los últimos dos siglos, la gran mayoría de esos católicos luchando por ser afirmados y reconocidos, demostrando que tienen méritos para ser ciudadanos de esta nación como cualquier otra persona, han sido de origen europeo. Sus hijos y nietos adoptaron lo que pudiéramos llamar una identidad euroamericana de vivir y actuar, la cual se mantiene hoy en día.
El hacerse euroamericano de alguna manera exigió también hacer suyo el proyecto racial blanco. Tal proyecto como tal es ambiguo. Sin embargo, identificarse como personas racialmente blancas les garantizó a millones de católicos euroamericanos aceptación, voz y privilegios en una sociedad fragmentada por prejuicios raciales.
Identificarse como personas de raza blanca también tiñó por siglos las relaciones entre estos católicos euroamericanos y sus propios hermanos y hermanas católicos considerados como algo diferente a nivel racial.
Los católicos blancos — me refiero primordialmente a católicos euroamericanos, de piel clara y de habla inglesa en general — han obtenido grandes logros como grupo. Cerca del 55% de los católicos en este grupo racial tienen un título universitario o han hecho estudios a este nivel. La mayoría encajan en lo que pudiéramos llamar las clases media y alta en nuestra sociedad.
Por supuesto, no todos los católicos euroamericanos de raza blanca son altamente educados o han logrado sobresalir. Pero millones lo han hecho. La gran mayoría de líderes católicos que son reconocidos por su influencia eclesial y social son euroamericanos de raza blanca. Podemos pensar en obispos, presidentes de universidades, maestros y directores de escuelas católicas, académicos, personas de negocios y, como hemos notado, el actual presidente del país.
El estar de acuerdo o no con las perspectivas políticas del presidente Biden no minimiza el hecho de que él represente de manera particular la promesa y la ambigüedad de la experiencia de los católicos euroamericanos de raza blanca. Algunos lo ven como un campeón de ciertos valores católicos. Otros como la antítesis de los ciertos valores también católicos. Quizás los dos grupos tienen la razón.
La identidad religiosa del presidente Biden, tal como se manifiesta en su vida pública, es en esencia una expresión de lo que significa ser católico euroamericano de raza blanca. Al igual que millones de otros católicos euroamericanos de raza blanca, incluyendo muchos de sus partidarios y sus críticos, el presidente Biden es heredero del pacto que muchos católicos estadounidenses hicieron cuando aceptaron el proyecto sociocultural estadounidense, con sus fortalezas y limitaciones, y sus consecuencias.
Sin embargo, el presidente Biden representa un sector de la población católica estadounidense que está envejeciendo rápidamente y menguando demográficamente. El promedio de edad de los católicos euroamericanos es de 55 años. Cerca de la mitad de los católicos en el país, posiblemente menos, se identifican como personas euroamericanas de raza blanca.
El catolicismo estadounidense refleja, cada vez más las experiencias de comunidades hispanas, negras, asiáticas, indígenas y, todavía, euroamericanas. Nuestra realidad eclesial cambia rápidamente. El futuro del catolicismo estadounidense será más diverso a nivel racial y cultural. El reconocer que cerca del 60% de los católicos menores de 18 años son hispanos ya nos da una idea de ese futuro.
La pregunta que la siguiente generación de católicos estadounidenses nos debemos hacer en el siglo XXI, desde nuestra diversidad, es si tenemos que aceptar los términos del pacto que millones de católicos euroamericanos hicieron en las últimas décadas.
Tenemos la opción de hacer nuestro el proyecto sociocultural estadounidense, con sus fortalezas y limitaciones, con sentido crítico o asumirlo de lleno. Tenemos que decidir si queremos que todo aquello que está asociado con la idea de ser racialmente blanco, con sus dimensiones positivas y negativas, sea parte de nuestra identidad como católicos estadounidenses. Quizás necesitamos un nuevo pacto.
La manera como respondamos intencionalmente a estos dilemas seguramente definirá qué clase de experiencia católica estadounidense encarnará el tercer presidente católico de los Estados Unidos.

(El Dr. Hosffman Ospino es profesor de teología y educación religiosa en Boston College. Ha visitado varias veces el estado de Mississippi para dirigir talleres y ofrecer conferencias sobre inmigración, la familia y el papel de los Hispanos en la Iglesia católica de los Estados Unidos en enero y agosto de 2018.)

Nos una a la Cruz del Señor

Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D.
”Conviértete y cree en el Evangelio. Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás.” Las advertencias con la distribución de cenizas son un recordatorio aleccionador de que este mundo presenta muchos obstáculos en el camino hacia la vida. Siempre escuchamos una u otra de estas admoniciones cuando depositan las cenizas sobre nosotros. ¡Reforma o Recuerda!

Obispo Joseph R. Kopacz

A lo largo de los años a menudo he deseado que pudiéramos combinar las opciones para entrar más plenamente en la muerte y resurrección del Señor que revela la sabiduría de Dios en la Cruz. El pecado, la enfermedad, el sufrimiento y la muerte han ensombrecido la condición humana desde la caída de la gracia, pero se ha intensificado durante el año pasado a través de la pandemia. Cada día ha mostrado un enorme dolor y un corazón imperecedero. ¿Es ésta la paradoja de la Cruz y una invitación a ver con los ojos de la fe el llamado cuaresmal a orar, ayunar y dar limosna, que cada día impulsa el esfuerzo de muchos?
El viaje de este año por la Cuaresma puede sumergirnos en la paradoja de la cruz y el poder de la resurrección, quizás de una manera que nunca habíamos conocido. Con San Pablo proclamamos al mundo que “El mensaje de la muerte de Cristo en la cruz parece una tontería a los que van a la perdición; pero este mensaje es poder de Dios para los que vamos a la salvación. Como dice la Escritura:
«Haré que los sabios pierdan su sabiduría y que desaparezca la inteligencia de los inteligentes.»” (1Cor 1:18 en adelante)
En su mensaje sobre la jornada mundial de oración por los enfermos de esta semana por la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, el Papa Francisco habla sobre el ritmo de morir y resucitar al pie de la Cruz. “Con la experiencia de la enfermedad caemos en cuenta de nuestra propia vulnerabilidad y de la innata necesidad de los demás. Nos hace sentir, con mayor claridad, que somos criaturas dependientes de Dios. Cuando estamos enfermos, el miedo e incluso el desconcierto pueden apoderarse de nuestras mentes y corazones; nos encontramos impotentes … La enfermedad plantea la cuestión del sentido de la vida, que presentamos ante Dios con fe.”
En su mirada mundial, el Papa Francisco ha pedido repetidamente un orden social más justo porque “la pandemia actual ha exacerbado las desigualdades en nuestros sistemas de salud y ha puesto de manifiesto las ineficiencias en la atención a los enfermos. Las personas de edad avanzada, débiles y vulnerables no siempre tienen acceso a la atención de salud de manera equitativa.”
Esta es la agonía de la Cruz en nuestro mundo afligido por el pecado y el sufrimiento. Sin embargo, la Buena Nueva de Jesucristo no termina en la desesperanza sino en el poder de Dios en las palabras de nuestro Santo Padre.
“La pandemia también ha destacado la dedicación y generosidad del personal de salud, voluntarios, personal de apoyo, sacerdotes, religiosos y religiosas, todos los cuales han tratado, ayudado, consolado y servido a muchos de los enfermos y sus familias con profesionalismo, dedicación, responsabilidad y amor al prójimo sin egoísmo. Una multitud silenciosa de hombres y mujeres, optaron por no mirar hacia otro lado, sino, por compartir el sufrimiento de los pacientes, a quienes veían como vecinos y miembros de nuestra única familia humana … Tal cercanía es un bálsamo precioso que brinda apoyo y consuelo al enfermo en su sufrimiento. Como cristianos, experimentamos esa cercanía como signo del amor de Jesucristo, el Buen Samaritano, que se acerca con compasión a todo hombre y mujer heridos por el pecado.”
Este es el icono viviente de la presencia de Dios en nuestro mundo, y la visión desde la eternidad de todos los discípulos bautizados en la muerte y resurrección del Señor Jesús.
“Les aseguro que, si el grano de trigo al caer en tierra no muere, queda él solo; pero si muere, da abundante cosecha.“ (Juan 12:24) Nunca es fácil morir al pecado y al egoísmo, pero que nuestra oración, ayuno y limosna nos una a la Cruz del Señor y a la resurrección mientras permitimos que el Evangelio convierta las cenizas en granos de fe, esperanza y amor durante esta Cuaresma y siempre. “El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad!” (Lamentaciones 3:22-23)

Testigos en nombre de la vida

Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D.
Este último domingo de la Palabra de Dios, el tercero del tiempo ordinario de cada año, escuchamos la llamada del Señor Jesús a sus primeros discípulos, Pedro, Andrés, Santiago y Juan, una llamada que es siempre antigua y siempre nueva. “Ya se cumplió el plazo señalado, y el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias.” (Marcos 1:14-20). En el Evangelio de Marcos los eventos se desarrollan rápidamente.
En el espacio de la mitad del primer capítulo, el lector tiene la bendición de saber que la Buena Nueva se trata de Jesucristo, el Hijo de Dios, que luego fue bautizado, tentado en el desierto y lanzado a la vida diaria, siempre anunciando el Reino de Dios. Esta Buena Nueva se revela en el bautismo del Señor cuando la voz del cielo proclama amorosamente: “Tú eres mi Hijo amado en quien tengo complacencia”.
Reformar la vida se trata de escuchar al Señor, seguirlo por el camino de la vida, apartarnos del pecado y permitirle que transforme nuestros corazones y mentes. Este es el trabajo de toda una vida, pero el llamado a la santidad de la vida es diario.

Obispo Joseph R. Kopacz

El corazón de la Buena Nueva es que aceptamos nuestra propia identidad como hijas e hijos amados de Dios, la corona de la creación, hecha a imagen y semejanza de nuestro creador tal como San Pablo, a quien Cristo tomó, escribe con valentía, “¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros!“ (Romanos 8:31)
A medida que la iglesia comenzó a crecer y extenderse por todo el mundo antiguo, los primeros cristianos, enfrentados al martirio, pero con mentes y corazones transformados, fueron testigos de una nueva forma asombrosa de vida. De hecho, predicaron la Buena Nueva a los pobres, alimentaron a los hambrientos, dieron la bienvenida al extranjero, cuidaron a los enfermos y moribundos, enterraron a los muertos, evitaron la violencia y rechazaron las costumbres romanas del infanticidio y el aborto. Mientras adoraban al Señor que los llamó de las tinieblas a su luz maravillosa, también fueron testigos de un profundo respeto por la vida que creció orgánicamente a partir de la fe en su Señor crucificado y resucitado.
En cada generación, entonces, los discípulos del Señor, la iglesia, proclaman esta Buena Nueva de salvación, el don para el tiempo y la eternidad. En el contexto de tantas protestas violentas a lo largo de 2020, que culminaron con la protesta que se transformó en el vergonzoso asalto a los sagrados pasillos del gobierno, hoy 29 de enero se conmemora el aniversario de la Marcha por la Vida. Los peregrinos fieles en nombre de la vida han marchado pacíficamente durante casi cinco décadas, cientos de miles cada año. Gracias, activistas provida, por su testimonio en nombre de la vida y, en estos días, por su testimonio de la integridad de la primera enmienda de nuestra constitución, que defiende el derecho a reunirse pacíficamente. América, toma nota de ambos aspectos. En conclusión, la declaración de 2021 de la Marcha por la Vida que se realizará virtualmente refleja un profundo y completo respeto por la vida:
“La protección de todos los que participan en la Marcha anual, así como de los muchos miembros del personal de las fuerzas del orden público y otras personas que trabajan incansablemente cada año para garantizar un evento seguro y pacífico, es una de las principales prioridades de la Marcha por la Vida. A la luz del hecho de que estamos en medio de una pandemia que puede estar llegando a su punto máximo, y en vista de las mayores presiones que los agentes del orden y otras personas enfrentan actualmente en el Capitolio y sus alrededores, la Marcha por la Vida de este año se verá diferente. El mitin anual se llevará a cabo virtualmente y pedimos a todos los participantes que se queden en casa y se unan a la Marcha virtualmente. Invitaremos a un pequeño grupo de líderes provida de todo el país a marchar en Washington, DC este año. Estos líderes representarán a los estadounidenses provida en todas partes que, cada uno a su manera única, trabajan para hacer impensable el aborto y construir una cultura donde cada vida humana sea valorada y protegida. Estamos profundamente agradecidos por las innumerables mujeres, hombres y familias que se sacrifican para salir en tan gran número cada año como testigos de por vida, y esperamos estar juntos en persona el próximo año. En cuanto a la marcha de este año, esperamos estar con ustedes virtualmente. “El Reino de los Cielos está cerca, arrepiéntete y cree en el Evangelio”.

Tome Nota

Requisitos para calificar para DACA

Jóvenes que entraron antes de junio 15 de 2007
Tener menos de 16 cuando entró a Estados Unidos
Tener más de 15 años el día que aplica
Tener menos de 31 años el 15 de junio del 2012
Evidencias de residir en Estados Unidos: Diploma High School
o su equivalencia, registro en escuela o fuerzas armadas
Tener buena conducta moral, no felonía, DUI o violencia doméstica.
Para ayuda con solicitudes a Inmigración
Caridades Católicas: (601) 944-1222

Vírgenes y Santos

Fiesta de la presentación del Señor, Fiesta de la Purificación de María Santísima y Día de la Candelaria, martes, feb. 2
Nuestra Señora de Supaya,
Patrona de Honduras, miércoles, feb. 3
Nuestra Señora de Lourdes,
jueves, feb. 11

San Valentín,
Patrono de los Enamorados,
Domingo, feb. 14
Dia de los Presidentes,
lunes, feb. 15
Martes de Carnaval,
feb. 16
Miércoles de Ceniza,
feb. 17

Entre Sueño y Sueño. Drama y Esperanza

Por Berta Mexidor
JACKSON – Inmigrantes, dentro y fuera de la frontera de los Estados Unidos, ponen su fe en la nueva administración por la oportunidad de lograr el sueño americano.
Desde la campana electoral, la nueva administración del demócrata y segundo presidente católico de Estados Unidos, Joe Biden prometió a los inmigrantes la firma de nuevas leyes que revertieran las medidas tomadas por el presidente Trump.

Pocos días después que muchos hijos de inmigrantes sintieran el temor de no volver a ver a sus padres, los niños de la parroquia del Sagrado Corazón se reunieron y rezaron por un cambio, el 11 de agosto, 2019 en la histórica plaza del Palacio de Justicia de Cantón, después que las redadas del miércoles 7 de agosto, 2019 del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), sacudieron seis comunidades de Mississippi. (Foto por Joanna Puddister King)

Inmigrantes en Estados Unidos sintieron los cambios de las leyes migratorias que restringieron los números de solicitudes y alargaron los tiempos de espera para la residencia, ciudadanía través de la Naturalización y legalización de los Dreamers.
La comunidad Latina estuvo, como todo el país, dividida entre los dos candidatos. Millones optaron por la agenda migratoria del partido demócrata. En diciembre, según CNS, lideres católicos enviaron una carta a Joe Biden con cinco recomendaciones:
• “Apoyo en forma de ayuda económica, tanto de EE.UU. como de socios internacionales.
• Crear empleos bien remunerados y mejorar la educación para que los jóvenes no tengan que abandonar sus países de origen.
• Desalentar la corrupción en las instituciones y controlar la violencia, tanto intrafamiliar como llevada a cabo por instituciones gubernamentales.
• Convocatoria de protección ambiental y desmilitarización.
• Crear una red más amplia de “vías legales para que las personas de Centroamérica migren de manera segura.”
Lo que se traduce en recursos para los países de origen en aras de disminuir los deseos de emigrar y respuesta a interrogantes sobre los programas: Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA); programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) y para inmigrantes pendientes de deportación a sus países de origen o bajo los Protocolos de Protección al Migrante, Migrant Protection Protocols (MPP) y el Programa de Refugiados (Refugee Resettlement Program).
DACA
Maria, graduada con honores de Ole Miss, y quien prefiere mantener su apellido en anonimato, ha estado viajando en una montaña rusa de emociones, desde que aprendió que ella no tenía los papeles necesarios tal y como los tenían sus amigos de infancia. Hoy, después de graduada, trabajando bajo un permiso de DACA sigue con la esperanza de ser ciudadana del único país que conoce desde muy niña y que solo una nueva ley del Congreso puede darle. “… El presidente del comité de migración de los obispos de Estados Unidos, el 8 de diciembre dijo que solo el Congreso puede “adoptar y aprobar una legislación que otorgue a los Dreamers un camino hacia la ciudadanía”CNS reportó.
TPS
El programa de Estatus de Protección Temporal (TPS) otorga un permiso de trabajo y un indulto de deportación a ciertas personas cuyos países han experimentado desastres naturales, conflictos armados o situaciones excepcionales para que puedan permanecer temporalmente en los Estados Unidos. De acuerdo con un reporte de CNS “…La Red de Inmigración Legal Católica Inc., o CLINIC, ha hecho recomendaciones a la administración entrante de Biden para ayudar a los aproximadamente 400,000 beneficiarios”. El Departamento de Seguridad Nacional anunció una extensión para los beneficiarios de Sudán del Sur, hasta mayo de 2022 y para los de El Salvador, Haití, Nicaragua, Honduras, Nepal y Sudán hasta octubre del 2021.
MPP
Según el MPP de 2019 de la administración Trump, los solicitantes de asilo deben esperar en un tercer país, particularmente en México para exponer sus casos a los funcionarios de inmigración estadounidenses. Meses después, centenares de migrantes todavía están esperando por su día en la corte y otros han recibido orden de deportación de las mismas.
Programa de Refugiados
El problema migratorio no es solo de la comunidad Latina. Los refugiados que llegan a Estados Unidos vienen de todas las partes del mundo. El Concilio para Refugiados USA (RCUSA) espera que la nueva administración considere el cambio no solo en las cifras del Programa de Refugiados, sino además la forma, objetivos y metas de este. RCUSA es una coalición “… diversa que aboga por leyes y políticas justas y humanas, y la promoción del diálogo y la comunicación entre el gobierno …,” entre otros objetivos. El programa de Refugiados fue afectado con la reducción del numero y los países de donde provenían los mismos. Otra de las grandes dificultades es la facultad de los estados de determinar el no recibir refugiados, amparados en una orden ejecutiva del presidente Trump.
Sin embargo el 8 de enero de este año, “la Corte de Apelaciones del Cuarto Circuito confirma una orden judicial preliminar otorgada por un juez federal en Maryland hace un año que determinó que la orden ejecutiva podría considerarse ilegal porque otorga a los estados y localidades el poder de veto,” al violar la Ley de Refugiados de 1980, aprobada por el Congreso y que, por lo tanto, solo el Congreso pudiera cambiar.
Según miembros del RCUSA hace falta mejorar el programa en varias áreas, fundamentalmente en la educación de las comunidades que deben recibir a los mismos, al entender el drama personal y geopolítico que los hace convertirse en refugiados, no por su propia voluntad en varios casos.
Sueños por un final feliz
Antes de su inauguración, en diciembre de 2020, cientos de inmigrantes de Honduras comenzaron a caminar hacia las fronteras de Estados Unidos con la esperanza de que las leyes de inmigración de la nueva administración pudieran beneficiarlos si llegaban al país.
El 20 de enero de 2021, el presidente Joe Biden emitió un Memorando que preserva y fortalece el programa DACA y revoco la Orden Ejecutiva 13768 del 25 de enero de 2017 inherente a “Mejorar la Seguridad Pública en el Interior de Estados Unidos” e implemento 100 días de moratoria en ciertas deportaciones, permitiendo una revisión razonable de ciertas políticas migratorias vigentes para hacer cumplir las leyes. En tal sentido, el obispo Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), emitió la siguiente declaración: “Las acciones tomadas el miércoles por la nueva Administración significan importantes pasos iniciales para asegurar que la aplicación de la ley de inmigración en nuestro país sea equilibrada y humana.

Presidente de USCCB ora que Dios otorgue a Biden ‘sabiduría, coraje’ para liderar la nación

Por Dennis Sadowski
WASHINGTON (CNS) – Mientras Joe Biden se preparaba para ser investido como el presidente 46 de los Estados Unidos, el arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, expresó su esperanza de que la administración entrante “…trabajará con la iglesia y otros de buena voluntad …”para” …abordar los complicados factores culturales y económicos que están impulsando el aborto y desanimando a las familias.”
“Si el presidente, con pleno respeto por la libertad religiosa de la iglesia, participara en esta conversación, contribuiría en gran medida a restaurar el equilibrio civil y sanar las necesidades de nuestro país”, dijo el arzobispo Gómez. Para los obispos estadounidenses, la “continua injusticia del aborto” sigue siendo la “prioridad preeminente”, dijo, pero “preeminente” no significa “solo”. Tenemos una profunda preocupación por las muchas amenazas a la vida y la dignidad humanas en nuestra sociedad.”
El arzobispo Gómez también dijo en una declaración del 20 de enero que estaba orando por Biden, el segundo presidente católico del país, al asumir el cargo para que Dios le otorgue “sabiduría y coraje para liderar esta gran nación y … para superar las pruebas de estos tiempos.” En particular, el arzobispo dijo que estaba orando para que Dios ayude a Biden a sanar a la nación. “Espero trabajar con el presidente Biden y su administración, y el nuevo Congreso”, dijo el arzobispo Gómez.
“Como en todas las administraciones, habrá áreas en las que estamos de acuerdo y trabajaremos en estrecha colaboración y áreas en las que tendremos un desacuerdo de principios y una fuerte oposición”, dijo.

WASHINGTON – Joe Biden prestó juramento como el 46 ° presidente de Estados Unidos, segundo católico en este puesto, mientras su esposa Jill Biden le sostiene una Biblia, en ceremonia efectuada en el Capitolio de los Estados Unidos, el 20 de enero de 2021. (Foto del CNS/Jim Bourg, Reuters).

Nos despedimos de nuestro Padre Roberto

Le damos las gracias por su trabajo con nuestros hijos y su apoyo a nuestra iglesia durante uno de los años más difíciles en la memoria de la mayoría de la gente.
Aunque sólo estuvo con nosotros durante 3 años y medio, dejará un legado de oración y celo misionero.
Padre Roberto, oramos a Dios Padre que vuestro camino sea seguro en el siguiente paso de vuestro compartir las palabras, el amor y el perdón de Cristo con el pueblo de Dios en vuestra próxima parroquia.

¡Que Dios esté contigo!

(Parroquianos de St. Michael Forest)

Nuevo Nacimiento

Por Padre Roberto Mena, ST
FOREST – El bautismo de Cristo en las aguas del Jordán tuvo la fuerza de abrir el cielo y hacer oír la voz del Padre: “Este es mi Hijo muy amado”. También nosotros somos esos hijos amados; hijos adoptivos, renacidos en el agua del bautismo y con la fuerza del Espíritu Santo.
Hermanas y hermanos:

  1. La escena del Jordán tiene todas las características de un nuevo nacimiento, como dice San Gregorio Nacianceno: “Se sumergió en las aguas Él solo pero elevó al mundo entero; se abajó para levantarnos; cargó todos nuestros pecados para que quedáramos perdonados”. Así como la Epifanía fue la manifestación de Cristo en Belén como hijo de María, su bautismo en el Jordán es la manifestación como “Hijo del Padre” y comienzo de su vida pública.
  2. Allí quedó instituido nuestro bautismo. Cuando nuestros padres piden para nosotros esa gracia aunque seamos muy pequeños, saben que nos están entregando un gran tesoro y nos están dejando su mejor herencia. Exteriormente es un lavado con agua. Con este signo Cristo nos purifica de toda culpa y nos vuelve a engendrar a la vida divina, nos une íntimamente a sí, imprimiendo en nuestra alma su propia imagen de un modo indeleble, nos incorpora a la Iglesia y al pueblo de Dios, nos santifica con los dones del Espíritu Santo.
  3. Cristiano, es el que sigue a Cristo en todo. La vida cristiana se basa en la decisión fundamental e irreversible de adherirse a Cristo, seguirlo, imitarlo. Pero ¿Cómo? ¿Cuándo? En todas las situaciones de la vida, las alegrías, las privaciones, en el trabajo, en el descanso, en el riesgo, en la tentación, en la muerte. El cristiano se esfuerza por reproducir en su vida lo que Cristo haría si estuviera en su lugar, por eso se familiariza con la lectura del Evangelio para encontrar sus palabras y sus ejemplos.
    Por el sacramento del bautismo hemos nacido a una vida nueva, participamos de la vida de Dios y quedamos marcados con un sello de identidad que nos identificará para siempre. Así como para Jesús el bautismo en las aguas del Jordán marca el comienzo de su misión redentora, para el cristiano es el evento fundamental y decisivo que domina su modo de ser, de pensar y de actuar y lo influye por completo. Hoy es un día en que podemos recordar el privilegio de nuestro bautismo y renovar nuestros compromisos como hombres nuevos.
    ¿Acaso no sería una bella costumbre celebrar el aniversario de nuestro bautismo así como celebramos festivamente el de nuestro nacimiento? En varias ocasiones solemos renovar las promesas del bautismo que hicieron nuestros padres en nuestro nombre: Por ejemplo en nuestra confirmación, la primera comunión, la vigilia de la resurrección y siempre que participamos a algún bautizo o confirmación. De ahora en adelante procuremos hacerlo conscientemente y con fervor, para que se renueve también nuestro entusiasmo por ser cristianos. Que así sea. Padre Roberto
    Les envio mis bendiciones y les pido oren por mi en mi nueva mision que inicio a fin de mes en California.
JACKSON – El padre Roberto Mena, a través de la prensa, explicó a muchos las situaciones de los emigrantes de sus parroquias y coordinó con muchas organizaciones para proveer la ayuda necesaria, material y espiritual. (i-d) Padre Roberto Mena, Joseph Boland, vicepresidente de Misión de Cathlolic Extension y Cardenal Álvaro Ramazzini de Guatemala, Obispo Kopacz durante la visita del cardenal a la Diócesis de Jackson en diciembre 2019.

(El padre Roberto Mena, S.T. es uno de los sacerdotes muy activos en la red. Allí comparte sus consejos, las noticias y enlaces a páginas de sacerdotes, comunidades católicas y actividades en el Vaticano. Sus Misas y la de todos los Misioneros de la Santísima Trinidad son seguidas en vivo por muchos. Siga al padre Roberto en facebook @Roberto Mena ST y a todos los sacerdotes Misioneros de la Santísima Trinidad en facebook @Missionary Servants MS.)

¿Llamado a servir?

Por Diácono John McGregor
JACKSON – ¿Alguna vez pensó o sintió que Dios lo estaba llamando a un mayor servicio en la Iglesia Católica? ¿Te atrae conocer más sobre tu fe católica y entrar más profundamente en una vida de oración e intimidad con Cristo? Si es así, estos podrían ser indicios de que está siendo llamado al Diaconado Permanente.
El Diaconado Permanente, restaurado por Motu Proprio después del Vaticano II, es un ministerio de servicio que está abierto a hombres casados y solteros. En palabras del Papa Juan Pablo II, el ministerio del diácono “es el servicio sacramentalizado de la iglesia”. Los diáconos son ordenados al Ministerio de Servicio en tres áreas: palabra, sacramento y caridad.
Como siervos de la Palabra, los diáconos proclaman el Evangelio, instruyen a los fieles y evangelizan de palabra y obra, como lo hicieron los grandes diáconos San Esteban y San Francisco. Como servidores de la vida sacramental de la iglesia, los diáconos presiden bautismos, asisten en la Eucaristía, llevan Eucaristía a los enfermos, presencian matrimonios, entierran a difuntos y presiden la Bendición. Como siervo de la caridad, como el gran diácono San Lorenzo, los diáconos informan a la iglesia sobre las necesidades de la comunidad y brindan apoyo y asistencia a los necesitados. El diácono está llamado a ser el “Icono Siervo de Cristo” viviendo una vida de caridad por el pueblo de Dios e invitando a todos a ayudar en alimentar a los hambrientos, visitar a los enfermos y cuidarnos unos a otros en nuestro quebrantamiento. Debido a que los diáconos tienen trabajos seculares y muchos están casados y tienen familia, están familiarizados con las tensiones diarias de la vida. Al vivir y trabajar en el mundo secular, el diácono busca modelar, en su persona, la integración de lo que uno cree y cómo se vive.
Si cree que puede ser llamado al diaconado permanente, la Diócesis de Jackson ofrece una serie de cinco reuniones de investigación a través de Zoom.
Para invitaciones a reuniones de Zoom e información adicional, comuníquese con:
Diácono John McGregor, D.Min.
Director del Diaconado Permanente
john.mcgregor@jacksondiocese.org

PEARL – El 7 de noviembre, 2020 el obispo Joseph Kopacz celebró la misa con los candidatos al diaconado permanente en la parroquia St. Jude. Durante la Misa, los seis candidatos fueron instituidos para el ministerio de Acólito. Este es el último gran paso en el ministerio antes de la ordenación. Primera fila: Padre Lincoln Dall, Dien Hoang (Catedral de St. Peter Jackson), Obispo Kopacz, John Pham (St. Michael Forest) y Diácono John McGregor. Fila de atrás: David Rouch (St. Michael Vicksburg), Tony Schmidt (St. Paul Flowood), Mark Bowden (St. Jude) y Wesley Lindsey (Catedral de St. Peter). (Foto por Rhonda Bowden)

Inmersión total como hijos amados de Dios

Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D.
Al salir de la temporada navideña, esperamos y oramos para que fuéramos bendecidos en el espíritu, al saber que nuestra fe en el Hijo de Dios “conquista el mundo”, tal y como proclamamos en las Escrituras durante la fiesta del Bautismo del Señor.
Esta metanoia, cambio profundo del corazón, es mucho más que todas y cada una de las resoluciones de año nuevo que con demasiada frecuencia se pliegan y arrugan como papel de regalo desechado. Más bien, es una perspectiva renovada viva en el Espíritu de Dios que se cierne, iluminando nuestras mentes, corazones e imaginaciones, al saber que somos hijos de Dios, amados de una manera que sobrepasa todo entendimiento.
En esa primera noche de Navidad, los cielos se abrieron con el coro de ángeles cantando: “Gloria a Dios en las alturas”. Años más tarde los cielos fueron rotos en pedazos, en el Bautismo en el río Jordán, por la voz del Dios de la gloria eterna revelando que este Jesús de Nazaret es el Cristo de la historia y el Hijo amado del Padre, el Verbo hecho carne. “Éste es mi Hijo amado, a quien he elegido.”

Obispo Joseph R. Kopacz

En esta época de furiosa pandemia, espantosas luchas civiles y violencia, rencor y división aparentemente intratables, ¿adónde encontramos la luz y el poder para vivir una vida digna de nuestro llamado como hijos de Dios?
No busque más que el Prólogo del Evangelio de San Juan, una proclamación del día de Navidad, que resplandece de esperanza en el amado Hijo de Dios, la Palabra eterna para nuestros tiempos inestables y perturbadores. “En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla.” Juan 1:1-5
Incluso ahora, la oscuridad no ha vencido esta vida y luz divinas. Desafortunadamente, esta visión para nuestras vidas puede perderse fácilmente en el asalto de las sombras, la oscuridad y la muerte.
Sin embargo, la temporada navideña fue una celebración de la luz que brilla en la oscuridad, invitándonos a renovar nuestra visión para ver que Dios está con nosotros, Emmanuel. La Encarnación nos eleva a las puertas del cielo, y el Bautismo del Señor habla de la total inmersión de Dios en todas las cosas humanas, dejando a un lado su gloria, humildemente se une a nosotros en nuestra pecaminosidad. Nos corresponde apreciar el don de la fe, como la Santísima Madre, en la forma en la que ella abrazó al niño Jesús, reflexionando sobre lo que este tesoro significa para nuestras vidas.
El misterio de nuestra fe, que conquista el mundo, nos revela que la madera del pesebre nunca se separa de la madera de la Cruz. El bautismo de Jesús en el Jordán es inseparable de la crucifixión; su inmersión en agua anticipa su inmolación en la Cruz. Cuando tomamos estas cosas en serio, nos damos cuenta de que todo el Nuevo Testamento fue escrito después de la crucifixión y resurrección del Señor a través de la sombra del Espíritu Santo.
Entonces, ¿cómo nos une nuestro bautismo al amado Hijo de Dios, la Luz que brilla en las tinieblas?
Un pasaje que a menudo se selecciona de la carta de San Pablo a los Romanos para la celebración del sacramento del Bautismo y en muchas liturgias funerarias revela el misterio. “¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado.” (Romanos 6:3-6)
El perdón de los pecados, el crecimiento en el Señor, dejar de ser esclavos del pecado, del temor, de la desesperanza y la novedad de vida son señales esenciales de que estamos viviendo una vida digna de nuestro llamado. Es una conciencia humilde inspirada por el Espíritu Santo, purificada por aguas santificadas y la sangre derramada en la Cruz, de que en última instancia pertenecemos a Dios.
Somos hijos e hijas amados de Dios, injertados en la vid viva, el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. El amor de Cristo nos impulsa a vivir nuestro bautismo, nuestra vocación, nuestro discipulado, creciendo en el poder de la fe para saber que somos hijos amados de Dios, inmersos de lleno en este mundo, comprometidos con una mayor justicia y paz para todos y siempre dejando un espacio a la vida eterna que revolotea cerca de nuestras preocupaciones y decisiones diarias.