Honor a Difuntos que nos trajeron hasta Aquí

Por Berta Mexidor
TUPELO – En cada una de las parroquias existen personas que se dedican al montaje del altar con sus decoraciones y ofrendas y traspasar ese conocimiento a las nuevas generaciones.

En la parroquia de St. Therese Jackson se tiene un altar cada año. El matrimonio de Rosalinda y Joel Montoya se asegura que el grupo de jóvenes reciba las instrucciones y la ayuda necesaria.

En el Inmaculado Corazón de Maria Houston se repite la historia de honrar a los difuntos con altares, flores y alimentos. Danna Johnson, LEM dice que “Es hermoso como las familias pasan esta hermosa tradición a las nuevas generaciones.” Allí, por ejemplo, las niñas Michelle Torres y Delayza acudieron con sus padres a pagar respeto. Delayza hija de Elizabeth hizo una ofrenda a la difunta Timotea su abuela.

En St. James Tupelo, reporta Raquel Thompson, las señoras Rosario González y Gricelda Martinez se dieron a la tarea de hacer el altar. Según explica Martinez, muchos de los coloridos altares son creados en siete etapas que representan los siete pasos de las almas o los pecados originales, según la tradición y en las cuales se colocan decoraciones simbólicas, pero muy significativas:

TUPELO – Altar en St. James realizado por Rosario Gonzalez y Gricelda Martinez (Fotos cortesía de parroquias correspondientes). JACKSON – Grupo de jóvenes de St.Therese (debajo der) bajo la guia de Joel Montoya preparan el altar. HOUSTON – Niñas honran a sus familiares, Michelle Torres (der.), a un fallecido en Mexico y luego Delayza, hija de Elizabeth a su abuela Timotea.

Agua: Se coloca un vaso de agua para la pureza del alma y la regeneración de la vida. Elemento Agua

Arcos: La entrada al mundo de los muertos
Papel Picado: Representa la alegría festiva del día y el viento.
Elemento Aire Flores de Cempasuchitl: Flor de muerto o Marigol tiene un aroma que sirve de guía a los espíritus.

Incienso de Copal: Ahuyenta a los malos espíritus.

Veladoras: Alumbran el camino de las almas que llegan Elemento Fuego.

Calaveras: Alusión a la muerte.

Santos: El altar siempre se acompaña con imágenes de Jesus y Santos de su devoción.

Sal: símbolo de la purificación de los espíritus.

Comida y bebida: Platos favoritos de los difuntos cuando estaban en vida.

Semillas, frutas: Elemento Tierra

Pan de Muerto: Es en forma circular para representar el ciclo constante entre la vida y la muerte. Se adorna de cuatro panes pequeños en forma de cruz, por cada uno de los puntos cardinales, conectados con un panecillo redondo que representa el cráneo de un esqueleto.

Cruz: Siempre se coloca o se forma con sal, cenizas o flores de cempasúchil.

Martinez también explica que los altares pueden ser conformados de sólo tres niveles, que representarían el cielo, la tierra y el inframundo.

La celebración del Día de los Muertos ya sale de las iglesias y cementerios para convertirse en una celebración popular en oficinas, parques, museos y cualquier espacio donde se pueda armar un altar para que familiares y amigos compartan fotos, historias y recuerdos de las personas que descansan. Todo no termina el dos de noviembre.

Al próximo día se realiza un ritual de clausura del altar. José, de la estación 97.5 en Los Ángeles explica que, según la tradición, muchos al día siguiente, prenden una “veladora blanca, se quema copal y se despide a las almas…” de los difuntos que asistieron a su celebración y se les pide que regresen para el próximo año. “…Después de este ritual se levanta la ofrenda,” concluye.