El famoso actor Charles Chaplin, después de una vida de 88 años, a la hora de su muerte, el día 25 de diciembre de 1977, no sabía que dejaba muchas enseñanzas, que se repiten por generaciones como valiosos consejos, de un hombre que nos hace reír aun todavía, y del que nadie conocía plenamente su dolor. Adorado una vez por el público, genial comediante, torcido carácter como hombre, con ideas políticas explosivas para su época, disfrutó la fama, fue el villano en los dramas de sus esposas, sufrió la persecución y el exilio, la difamación y el talento creador. Controversial y admirado, querido y odiado en vida, el drama lo siguió hasta después de su muerte al ser exhumado y su cadáver escondido mientras se pedía una recompensa por el mismo. Acusado de comunista, hoy hubiera sido acusado además de actitudes misóginas, Chaplin tuvo una vida llena de matices oscuros y brillo tal como en los escenarios. Estas, sus valiosas lecciones de vida, se comparten hoy en redes sociales, de las que el maestro Chaplin no tuvo idea y de las que me imagino le hubiera gustado usar para hacernos reflexionar sobre el mundo que nos rodea, con una sonrisa. ”Nada es eterno en este mundo, ni siquiera nuestros problemas.” “Me gusta caminar bajo la lluvia, para que nadie pueda ver mis lágrimas.” ”El día más desperdiciado de la vida es el día en que No reímos.” “Creo en el poder de la risa y las lágrimas como antídoto contra el odio y el terror.” “Tengo muchos problemas en mi vida. Pero mis labios no lo saben. Ellos siguen sonriendo.” “El odio de los hombres pasará, los dictadores morirán y el poder que le quitaron al pueblo volverá al pueblo. Y mientras los hombres mueran, la libertad nunca perecerá.” “Necesitas poder, solo cuando tú quieras hacer algo dañino, de otra manera el amor es suficiente para hacer todo.” “No soy un hombre político y no tengo convicciones políticas. Soy un individuo y un creyente en la libertad. Esa es toda la política que tengo.” “El espejo es mi mejor amigo porque cuando lloro, nunca se ríe.”
TUPELO – Parroquianos de St James celebraron el Dia de los Todos Los Santos recordando especialmente al recientemente beato Carlos Acutis, con una Misa en español el primero de Nov. En la foto dos parroquianos representan a San Francisco de Asis y Santa Clara (Foto cortesía de Rosario González)
JACKSON – Por la devoción al Santo Rosario, un grupo de parroquianos, convocados por el joven Diego Fernando Zalazar, se reunieron el sábado 31 de octubre en la rectoría de la catedral de San Pedro para orar por los niños y contrarrestar las malas acciones de la fiesta de Halloween. El grupo posa para una “selfie” al finalizar el rezo que fue acompañado como siempre de canciones a Maria. Este es el segundo Rosario público al que asiste el mismo grupo. (Foto cortesía de Diego Fernando Salazar)
TUPELO – Las familias recuerdan a sus difuntos el día 2 de noviembre, en lo que se conoce como el Día de los Muertos, creando un altar de recordatorio o asistiendo a los cementerios a celebrar la vida de los Fieles Difuntos. Foto cortesía de Rosario González)
A baby looks at an arrangement of U.S flags planted for Veterans Day in the Stuyvesant Town-Peter Cooper Village neighborhood of New York City Nov. 11, 2020. (CNS photo/Andrew Kelly, Reuters)
Por Padre Domingo Rodríguez Zambrana, S.T. “… fruto de un momento de impaciencia que me tocó vivir … y me arrepiento!”
Confieso de inmediato, que esta reflexión fluye de otro momento en mi larga vida sacerdotal, cuando toda la gracia santificante que me concede el Espíritu Santo no fue lo suficiente persuasiva para contenerme. Fallé y ni San Judas Tadeo (¡el Santo de los imposibles!), me pudo ayudar. Lo comparto pues bien sé que somos unos cuantos a los que el intercambio humano, desafía con frecuencia y pone a prueba el tesón de nuestra paciencia. Que conste, que, desde la dimensión de la fe, yo sé que la paciencia es el 4to de los frutos del Espíritu Santo. Pero pienso que los Santos fueron Santos, precisamente porque supieron integrar ese regalo del Espíritu Santo en momentos duros y difíciles de sus vidas. Mirándome al interior y cuestionando dónde quedó mi virtud de tolerancia, de aguante en esos momentos de atoramiento, me doy cuenta de que el asunto de perder mis estribos no es un problema de vida espiritual propiamente hablando. Mi falta de paciencia está toda envuelta en asuntos más psicológicos que espirituales. Y eso es muy personal. Otros se aguantan donde yo fallo. Otros fallan donde yo me aguanto. Lo que trae a relucir otra dimensión del comportamiento humano que es el entorno, o sea, lo cambiante de las circunstancias. Pero vayamos por pasos.
Padre Domingo Rodríguez Zambrana, S.T.
Mi carácter, fruto de mi temperamento, tiene mucho que ver con mi capacidad de manejar mis emociones. Usualmente, la falta de paciencia delata una cierta intolerancia en situaciones que no responden a mis expectativas. “¡No se supone que me traten así!” “¡Pero eso no fue lo que acordamos!” “¡Es que ya no lo soporto!” Y esto, solo como una muestra de posibles sentimientos y expresiones, no necesariamente verbalizadas, que vienen a la mente. Todo eso, conectado con un sentimiento más solapado, que podríamos identificar como orgullo personal. Es un grado de arrogancia lo que lleva al sentimiento de lo que yo merezco o no, (en inglés es el famoso “self-righteousness”). Si hay algo en la vida espiritual que no toleramos con facilidad, es el descubrirnos faltos de humildad. La ironía en la búsqueda de esa virtud tan elusiva es que entre más suplicamos al Señor que nos conceda humildad, más orgullosos estamos de ser tan humildes. El orgullo en el contexto del comportamiento humano es el mecanismo de defensa más común que delata inseguridad o miedo de no saber manejar adecuadamente alguna situación, especialmente, en la cuestión de las relaciones interpersonales. El orgullo aflora con mayor incidencia en aquellos de nosotros que tenemos alguna posición de autoridad. Inseguros al fin, nos sentimos vindicados por la fachada del poder en nuestra posición privilegiada de autoridad. Los Sacerdotes, Políticos, Profesores, Agentes al servicio del bien común, (e.g. Policías, Médicos, etc.), somos particularmente vulnerables a la arrogancia. ¡Y todo esto a modo muy sutil, … sin grandes dramatismos, por supuesto! Cualquier situación que se desarrolla en el intercambio humano, especialmente en lo imprevisto o espontáneo, se presta para una reacción inapropiada de “juego de poder”. Evidente posiblemente con mayor frecuencia, en ámbito del trabajo. Ahí es donde algún supervisor o personal a cargo, se enfrenta a uno bajo su autoridad que es más capaz que el que tiene el mando. Ocurre también en un salón de clases, cuando un estudiante brillante, espontáneamente comenta sobre algún error cometido por el profesor. Si el que está a cargo, se siente amenazado por un “inferior”, la intolerancia surge naturalmente. ¡Eso también es falta de paciencia! Mencionamos anteriormente, que reacciones de intolerancia surgen inesperadamente en lo cambiante de las circunstancias. Ejemplos más comunes, podrían ser en la carretera, en lo insufrible de la congestión de tráfico. En el supermercado, en algún lugar público, dondequiera que haya que hacer fila para ser atendido. En el hogar, allí donde se fragua la convivencia de la faena diaria familiar, la falta de paciencia abunda. Notable es la tensión que con tanta frecuencia se desarrolla entre Papi y Mami, cuando su adorado bebé se convierte en “le enfant terrible”. El adolescente rebelde que en su insuficiencia e incapacidad de manejar lo cambiante de su vida, atormenta la vida de los adultos que lo aman. Con frecuencia, triste admitirlo, ocurre que algunos miembros de la familia deciden huir ante el riesgo y continua amenaza del ambiente del hogar ya contaminado con la conocida tensión de las alteraciones, enojos y rechazos entre familia. Desde la dimensión de fe, y precisamente porque somos hombres y mujeres de fe es que debemos seguir creyendo que podemos lograr superar los obstáculos que nos impiden vivir la paciencia. La tolerancia en aceptación de aquello que no podemos controlar ni cambiar, es lo que seguimos tratando de lograr. Sin duda, seguiremos viviendo momentos indeseables que retan nuestra capacidad de aguante. Cuando la paciencia se queda corta, es cuando la esperanza de superación personal debe de hacerse “larga”. De gran ayuda e inspiración es la plegaria de la Serenidad de los Alcohólicos Anónimos que reza a manera abreviada: “Dios concédeme la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar el coraje para cambiar las que sí puedo, y la sabiduría para conocer la diferencia”
(El padre Domingo Rodríguez Zambrana, S.T. Es columnista de varias publicaciones de las arquidiócesis de Newark, New Jersey; San Juan, Puerto Rico; y la diócesis de Rockville Center, New York. Es el vicario de los Siervos Misioneros de la Santísima Trinidad. Ha sido presidente del Consejo Nacional Católicos de Pastoral Hispana (NCCHM) y vicepresidente de la Asociación Nacional de Sacerdotes Hispanos (ANSH). El padre Domingo nació en Puerto Rico y residente en California. Con más de cincuenta años de sacerdocio es buscado como orador y motivador para eventos católicos, retiros, misiones y conferencias.)
Por Rhina Guidos WASHINGTON (CNS) – Las bocinas sonaron cerca de la Casa Blanca justo antes del mediodía del 7 de noviembre cuando las principales organizaciones de noticias estadounidenses proyectaron que el demócrata Joe Biden será el 46 ° presidente de los Estados Unidos, convirtiéndolo en el segundo católico en la historia del país en ser elegido para el cargo más alto de la nación. “¡Felicitaciones a nuestro segundo presidente católico y nuestra primera vicepresidenta de raíces africanas e indias!” tuiteó el obispo John E. Stowe de Lexington, Kentucky, poco después de que organizaciones como The Associated Press, The New York Times y Fox News anunciaran que Biden y su compañera de fórmula Kamala Harris habían ganado la carrera. La proyección se produjo tras el anuncio de los funcionarios de Pensilvania de que Biden había ganado el caché estatal de 20 votos electorales, colocándolo por encima del umbral de 270 votos electorales necesario para asegurar una victoria. Harris se convierte en la primera vicepresidenta electa del país.
Democratic presidential nominee Joe Biden runs onto the stage at a rally in Wilmington, Del., Nov. 7, 2020, after news media declared Biden had won the presidential election. (CNS photo/Kevin Lamarque, Reuters)
Aunque la campaña del presidente Donald Trump lanzó batallas legales por los votos en algunos estados electoralmente ricos e hizo acusaciones de fraude en el recuento de votos, incluso los partidarios del presidente, como Fox News, dijeron en un noticiero después de la contienda que no habían visto evidencia. de fraude generalizado. Entre los católicos, la agencia de noticias AP VoteCast mostró que estaban divididos entre los dos candidatos, con el 50% de los católicos respaldando a Trump y el 49% de Biden, con la mayor parte del apoyo proveniente de los católicos latinos, el segundo grupo étnico más grande de la iglesia, quienes eligieron abrumadoramente votar por Biden. Algunos católicos dijeron que no podían apoyar el boleto Biden-Harris porque ambos apoyan el aborto legalizado. En reacción al anuncio de la victoria de Biden, Carol Tobias, presidenta del Comité Nacional por el Derecho a la Vida, dijo que el presidente electo y su vicepresidente “apoyan las políticas radicales de aborto”. Lamentó que se espere que su administración revoque “la legislación protectora como la Enmienda Hyde” y apoye la financiación del aborto por parte de los contribuyentes. Pero muchas organizaciones católicas e incluso algunos obispos tuitearon o publicaron declaraciones de apoyo a Biden poco después de la noticia de su victoria. La hermana Simone Campbell, una hermana del servicio social, que dirige el grupo de presión católico de justicia social Network, dijo que los católicos respondieron a la división del presidente y votaron por una variedad de temas. “Los católicos no son votantes de un solo tema”, dijo en un comunicado. “Nuestra comunidad analizó la totalidad del historial divisivo y dañino de Donald Trump y eligió a líderes que gobernarán con empatía y preocupación por los más marginados. Los católicos rechazaron el racismo, el odio y la división y abrazaron la política defendida por el Papa Francisco: una política de amor e inclusión.” El obispo Thomas J. Tobin de Providence, Rhode Island, también tuiteó los mejores deseos. “¡Felicitaciones al presidente electo Joe Biden! Nos unimos a orar sinceramente por su salud y seguridad y la de su familia”, escribió el obispo Tobin. “Con la gracia de Dios Todopoderoso para ayudarlo y guiarlo, que se esfuerce siempre por gobernar nuestra nación con sabiduría, compasión e integridad moral.” Las organizaciones religiosas que trabajan de cerca con la Iglesia Católica en temas de inmigración, como Hope Border Institute en El Paso, expresaron su apoyo a una nueva administración e instaron al presunto presidente electo a aprobar una reforma migratoria integral, para detener la construcción del muro en la frontera, poner fin a una política que mantiene a los solicitantes de asilo en los EE. UU. en México mientras esperan que sus casos se resuelvan en los tribunales de inmigración de EE. UU. y pongan fin a las separaciones familiares entre los migrantes. En una carta que la organización publicó el 7 de noviembre, firmada por el padre jesuita Sean Carroll, director ejecutivo de la Iniciativa Fronteriza Kino, la hermana Norma Pimentel, directora ejecutiva de Caridades Católicas del Valle del Río Grande, y Dylan Corbett, director ejecutivo del instituto, pidió que se preste especial atención a los problemas de los inmigrantes a lo largo de la frontera. “Lo que necesitamos ahora es liderazgo moral para unirnos y rechazar el odio en todas sus formas. Como compañero católico, lo instamos a abrazar a los oprimidos y vulnerables entre nosotros, quienes creemos que son nada menos que el Cristo que llama a nuestra puerta.”, decía la carta. Biden se dirigió a la nación la noche del 7 de noviembre. Trump aún no ha concedido la carrera. En cambio, su campaña emitió en un comunicado, “El simple hecho es que esta elección está lejos de terminar. Joe Biden no ha sido certificado como el ganador de ningún estado”, dijo su campaña en un comunicado emitido el 7 de noviembre. “A partir del lunes, nuestra campaña comenzará a procesar nuestro caso en los tribunales. para garantizar que las leyes electorales se respeten plenamente y que el ganador legítimo sea elegido.” Trump se había proclamado vencedor unas horas después del día de las elecciones y les había dicho a los votantes a las 2 de la mañana del 4 de noviembre: “Francamente, ganamos esta elección”, diciendo “queremos que cesen todas las votaciones”, lo que provocó protestas incluso de sus compañeros republicanos que dijeron que no era su lugar hacer esa llamada y que todos los votos debían contarse. Cuando anunció la victoria prematuramente, el presidente también mencionó que “iremos a la Corte Suprema de los Estados Unidos” por la elección. Pero incluso simpatizantes del presidente y miembros de su partido protestaron por los comentarios. Los votos por correo con matasellos del día de las elecciones se aceptan en varios estados y muchos suelen contarse en las horas o días posteriores a las elecciones, lo que deja poco claro a qué se refería el presidente o qué impugnación legal podría plantear. Al mediodía del 4 de noviembre, el gerente de campaña de Trump para 2020, Bill Stepien, dijo que la campaña había presentado oficialmente una demanda en el Tribunal de Reclamaciones de Michigan para detener el conteo de boletas hasta que se le otorgue “acceso significativo” a los numerosos lugares de conteo “para observar la apertura de las papeletas y el proceso de escrutinio, garantizado por la ley de Michigan. La “carrera presidencial en el estado sigue siendo extremadamente apretada como siempre supimos que sería”, dijo. Más tarde ese mismo día, la campaña presentó demandas en Pensilvania y Georgia y también anunció que pediría un recuento en Wisconsin. Los abogados republicanos ya habían cuestionado legalmente cómo Pennsylvania y Nevada manejaban los votos ausentes.
Por Berta Mexidor JACKSON – El padre Clement Olukunle Oyafemi (alias Clemente de Dios) se unió, a mediados de octubre, al personal del Departamento de Formación de la Fe de la cancillería como Coordinador del Ministerio Intercultural. La Oficina Diocesana de Ministerio Intercultural (ODIM) está renovando sus esfuerzos en proporcionar un enfoque de misión de diversidad para
Padre Clemente Oyafemi, BCC
“cultivar el empoderamiento de las comunidades católicas negras, hispanas, vietnamitas, nativo-americanas y otras comunidades culturales en toda la diócesis”. En 1978, la Hermana Thea Bowman, FSPA fue nombrada por el Obispo Joseph Brunini para dirigir la Oficina de Asuntos Interculturales de la diócesis para sembrar las semillas de la promoción de la conciencia y la sensibilidad culturales. El ejemplo de misión y vida de la hermana Thea mostró a los católicos en Mississippi y en todo el país el cómo “abrazar nuestra fe común mientras celebramos nuestra diversa herencia cultural.” El año pasado, el obispo Kopacz decidió compilar la misión de los ministerios negro e hispano, bajo la visión de diversidad de la hermana Thea, para lograr el mismo objetivo y extender los servicios a nuevas comunidades, creciendo en número entre la diócesis. Los antecedentes del padre Clem se ajustan a continuar la misión de la hermana Thea y a la visión católica mundial. El Padre Clem, durante su misión en la Diócesis, quiere colaborar y comprometerse con el pueblo de Dios en un esfuerzo continuo por verse como miembros de la misma familia de Dios. “Él realmente ve el trabajo de este nuevo rol como un llamado,” dice Fran Lavelle, directora del Departamento de Formación de Fe. El Padre Clem nació y se crio en el suroeste de Nigeria, en una familia ecuménica y es uno de los seis hijos vivos. Ordenado en 1994, el Padre Clem es sacerdote de la Diócesis Católica de Osogbo. Sirvió en la Oficina de la Cancillería y parroquias durante 18 años. Se desempeñó como Capellán de Personal, Gerente y Director de Atención Pastoral hasta el verano del año pasado cuando regresó a casa brevemente después de 18 años de servicio misionero en los Estados Unidos. “Pero nuestra ciudadanía está en el cielo.” (Filipenses 3:20) “Soy del cielo. Soy ciudadano del cielo”, es la respuesta del padre Clem cuando le preguntas de dónde es porque su madre le enseñó esa línea cuando tenía tres años. Criado en un ambiente multiétnico, intercultural e interreligioso, el Padre Clem es una persona que ve a Dios en cada ser humano sin importar su raza, color, etnia, idioma, edad u orientación. El Padre Clem ha estudiado y convivido no solo en África sino también en Inglaterra, Puerto Rico, México y Estados Unidos y se nota al hablar, su impecable español tiene acentos, principalmente mexicano con sabores latinoamericanos-nigerianos. Al Padre Clem le gusta cantar, bailar, contar chistes, cocinar, caminar, jugar tenis de mesa, voleibol y fútbol. Espera ir a las parroquias y reunirse con la gente de nuestra gran diócesis. “La ODIM espera construir sobre una experiencia multicultural y transcultural que ya existe”, agregó Lavelle y continúa explicando “… el Padre Clem espera celebrar Misa en la diócesis para alentar y promover un espíritu intercultural. También ve un gran valor en la formación de los laicos, seminaristas, sacerdotes, religiosos y religiosas en sus esfuerzos por ministrar al santo y diverso pueblo de Dios. La ODIM espera desarrollar una Jornada de Formación Intercultural dedicada a la formación de líderes parroquiales en la diócesis en las áreas de conciencia cultural, eclesiología, cristología, liturgia y teología,” y Lavelle concluyó diciendo “… Este tipo de formación pastoral se dirige a que necesitamos ver la unidad en la diversidad y la diversidad en la unidad de la iglesia.” El Padre Clem tiene dos maestrías, una en Teología y otra en Educación religiosa y una licenciatura en Filosofía. Comparte con la hermana Thea la pasión por el Señor y la música; el Padre Clem fundó el Rejoice Ministry of African Worship Songs (AFRAWOS) en 2002. Después de ser pastor de varias parroquias multiétnicas y capellán en hospitales de California, Illinois y Florida debido a su pasión por el ministerio hospitalario, el padre Clem es compasivo, trabajador y tiene un gran sentido del humor. Él ve la vida como “… un viaje corto y cree que su llamado es servir y no ser servido (cf. Mat. 20: 20-28)” Al preguntarle sobre sus expectativas con los Latinos dijo “…Mi mensaje a la comunidad Latina es que ‘Juntos como hermanos, estamos en la lucha’. Bendiciones!”
Nos inspira a recordar que esta Nube de Testigos que proviene de todas las naciones y pueblos, jóvenes y viejos, de todas las formas y tamaños, está viva entre nosotros como testigos e intercesores.
Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D. Durante todo el mes de noviembre y bien entrado el Adviento, la Palabra de Dios ofrece una amplia oportunidad para contemplar nuestro destino final como seres humanos, pero especialmente como cristianos. Podemos modificar la luz y la oscuridad durante una hora con el horario de verano, pero no podemos detener el avance del tiempo, que marcha inevitablemente hacia los brazos de la eternidad. Más crudamente, el salmista nos asegura, “¡Nadie puede vivir y no morir nunca! ¡Nadie puede librarse del poder de la muerte!” (Salmo 89:48) Desde marzo, la pandemia ha machacado esta realidad con la pérdida de la normalidad, la pérdida de vidas y, trágicamente, en demasiadas ocasiones, la separación y el aislamiento forzados de los seres queridos al morir. Sin disminuir el sufrimiento y la agonía en todos los frentes, la iglesia proclama fielmente la esperanza eterna en el conocimiento de que toda la creación, los tiempos y las estaciones, y la vida eterna por venir, pertenecen al Cordero de Dios, el Señor crucificado y resucitado. Esto se pronuncia maravillosamente cuando se prepara el Cirio Pascual en la Vigilia Pascual. Cristo ayer y hoy, Principio y Fin, Alfa y Omega. Suyos son los tiempos y las edades. A él sea la gloria y el dominio por todas las edades de la eternidad. Amén.
Obispo Joseph R. Kopacz
En la fiesta de Todos los Santos, la iglesia proclama el poder de la memoria, el potencial en el momento presente y la esperanza de la gloria futura. El pasado y el futuro convergen en la visión de la atemporalidad de San Juan en el Libro del Apocalipsis que revela a los santos en la gloria, una multitud demasiado numerosa para contar, vestidos de blanco, sus vestiduras lavadas en la sangre del Cordero. Nos inspira a recordar que esta Nube de Testigos que proviene de todas las naciones y pueblos, jóvenes y viejos, de todas las formas y tamaños, está viva entre nosotros como testigos e intercesores. Este es el desfile de campeones del que nos jactamos y que nos ofrecen el premio máximo de nuestra ciudadanía en el cielo. En la imaginería tradicional que se remonta al Nuevo Testamento (Efesios 6), somos la iglesia militante que debe pelear la buena batalla de la fe y terminar la carrera (1 Timoteo 6). Hay muchas formas de expresar nuestra dignidad y destino en el Señor, y en la Fiesta de Todos los Santos, escuchamos de la primera carta de Juan en el Nuevo Testamento. “Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque no se ve todavía lo que seremos después, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque lo veremos tal como es. 3 Y todo el que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, de la misma manera que Jesucristo es puro.”(1 Juan 3:2-3) ¿Cuáles son exactamente las actitudes y acciones que caracterizan a los hijos de Dios en este mundo? Jesús las desarrolla a lo largo del Sermón del Monte (Mateo cap. 5-7), comenzando con las Bienaventuranzas, el Evangelio para Todos los Santos. Sus palabras resonarán para siempre. “Bienaventurados los pobres de espíritu, los de corazón limpio, los pacificadores, los mansos, los misericordiosos, los afligidos, los que tienen hambre y sed de justicia, los perseguidos por hacer lo que es justo y todos los que soportan persecución, hostilidad, rechazo por el por el nombre.” ¡Ah!, ¿cuán bendecido puede ser uno? Jesús no lo dice solo pidiendo simplemente algo como ‘…aguanta porque esto también pasará,’ más bien como “regocíjense y estén orgullosos, porque su recompensa será grande en los cielos.” Como suele ocurrir con la sabiduría de Dios, tenemos que sumergirnos en las palabras del Señor, su sabiduría eterna, una y otra vez, para descubrir o redescubrir la misericordia, la paz y la plenitud de vida que él promete, ahora y siempre. Desde hace meses, el mundo político nos ha envuelto en mensajes y con direcciones divergentes para nuestra sociedad. A pesar de todo, sabemos que nuestra ciudadanía requiere nuestra participación en las urnas y mucho más, por nuestro compromiso con el bien común todos los días del año. Sin duda, en ocasiones, nuestra ciudadanía en el cielo va a entrar en conflicto con nuestra ciudadanía en la tierra, y en esos momentos sabremos dónde mora nuestra lealtad. Creo que los valores revelados por el Señor para todos los ciudadanos del cielo también serían una bendición para el mundo y nuestra nación. A tiempo y fuera de tiempo, seremos la sal de la tierra, la luz del mundo y la levadura del pan de la vida diaria. Que el tiempo asignado que tenemos en este mundo sea un regalo para la gloria de Dios.
“La conciencia es la voz de Dios que resuena en el corazón humano, nos revela la verdad y nos llama a hacer el bien mientras rechazamos lo que es malo.” – Ciudadanía Fiel
Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D. Con elecciones en el horizonte cercano, a nivel nacional, estatal y local, la Iglesia Católica en los Estados Unidos, una vez más, participa activamente en el proceso político para promover el bien común: una cultura de vida, justicia y paz. Hay una división obvia en la iglesia y en la nación sobre los candidatos y los temas, quizás más estridente hoy en día, pero ciertamente nada nuevo. Las redes sociales y el ciclo de noticias de 24 horas avivan incesantemente sobre los fuegos del partidismo las brasas que con tanta intensidad arden, tal como los fuegos que consumen millones de millas cuadradas en los estados del oeste. Desafortunadamente, entonces, la política en nuestro país a menudo puede ser una competencia de intereses poderosos, ataques partidistas, fragmentos de sonido y exageración de los medios. Sin embargo, como nos recuerda el Papa Francisco, “la política, aunque a menudo denigrada, sigue siendo una vocación elevada y una de las formas más elevadas de caridad en la medida en que busca el bien común”. Con este espíritu, la iglesia busca ser una brújula confiable para votar en noviembre, un llamado a la fe y la razón en la quietud de la conciencia de cada uno.
Obispo Joseph R. Kopacz
En esta edición del periódico, usted puede encontrar número la introducción al documento de los obispos, titulado “Ciudadanía Fiel” (Faithful Citizenship, por su nombre en inglés). Es un documento, refinado durante décadas de ciclos electorales, que se ha forjado en el fuego de la verdad del Evangelio y la enseñanza de la iglesia durante casi 2000 años. Los obispos afirman: “La comunidad católica aporta importantes activos al diálogo político sobre el futuro de nuestra nación. Traemos un marco moral consistente, extraído de la razón humana básica que está iluminado por las Escrituras y la enseñanza de la iglesia, para evaluar problemas, plataformas políticas y campañas. También aportamos una amplia experiencia en el servicio a los necesitados y la educación de los jóvenes.” Desde esta abundante y fructífera tradición de fe, educación y acción social, el Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda: “Es necesario que todos participen, cada uno según su posición y función, en la promoción del bien común… En la medida de lo posible los ciudadanos deben participar activamente en la vida pública.” CCC 1913-15
“En esta declaración, los obispos no pretendemos decirles a los católicos por quién o contra quién votar. Nuestro propósito es ayudar a los católicos a formar su conciencia de acuerdo con la verdad de Dios. Reconocemos que la responsabilidad de tomar decisiones en la vida política recae en cada individuo a la luz de una conciencia debidamente formada, y que la participación va mucho más allá de emitir un voto en una elección en particular.”
Ciudadanía Fiel afirma, además, “La conciencia es la voz de Dios que resuena en el corazón humano, nos revela la verdad y nos llama a hacer el bien mientras rechazamos lo que es malo. Finalmente, la reflexión orante es fundamental para discernir la voluntad de Dios”. El clero y los laicos tienen roles complementarios en la vida pública. Los obispos tenemos la responsabilidad primordial de transmitir la doctrina moral y social de la Iglesia, y como enseñó el Papa Benedicto en Deus Caritas Est, “El deber directo de trabajar por un orden justo de la sociedad es propio de los fieles laicos.” #29
Para formar conciencias y promover un ordenamiento justo de la sociedad, la enseñanza de la iglesia se basa en cuatro pilares: la dignidad de la persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios – fomentando el bien común que es un compromiso para establecer condiciones donde todos puedan prosperar – solidaridad, que nace de la convicción de hijos de Dios, que la unidad construida sobre la cooperación y la colaboración siempre que sea posible es el objetivo: la subsidiariedad, el empoderamiento de las personas, las familias y las entidades locales. Basándonos en estos principios, oramos, trabajamos, servimos y votamos para hacer el bien y evitar el mal.
Los siguientes extractos de Ciudadanía Fiel van al meollo del asunto de los ciudadanos votantes. “Los católicos a menudo enfrentan decisiones difíciles sobre cómo votar. Por eso es tan importante votar de acuerdo con una conciencia bien formada. Un católico no está en buena conciencia si vota por un candidato que favorece una política que promueve un acto intrínsecamente malo, como el aborto, la eutanasia, el suicidio asistido, la guerra injusta, someter a los trabajadores a condiciones de vida infrahumanas, tortura, comportamiento racista, p. Ej. si la intención del votante es apoyar esa posición. En tales casos, un católico sería culpable de cooperación formal en un mal grave.” Al mismo tiempo, “puede haber ocasiones en que un católico que rechaza la posición inaceptable de un candidato, incluso en políticas que promuevan un acto intrínsecamente maligno, puede decidir responsablemente votar por ese candidato por otras razones moralmente graves. Votar de esta manera sería permisible solo por razones morales verdaderamente graves, no para promover intereses estrechos o preferencias partidistas o para ignorar el mal moral fundamental.”
Como católicos, está en nuestro ADN estar “muy adentro” en todas las dimensiones de la vida, incluida la esfera política. El Señor Jesús nos llama a ser “sal y luz” para crear sociedades de vida, justicia y paz. El Papa Francisco nos lo recuerda. “Una fe auténtica implica siempre un deseo profundo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar esta tierra mejor de lo que la encontramos. Amamos este magnífico planeta en el que Dios nos ha puesto, amamos a la familia humana que Dios ha puesto aquí, con todas sus tragedias y luchas, sus esperanzas y aspiraciones, sus fortalezas y debilidades. La tierra es nuestro hogar común y todos somos hermanos y hermanas.”
La hermana Felician Marget Padilla habla con peregrinos en el centro de evangelización de la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, Polonia, en esta foto de archivo de 2016. La Semana Nacional de Concientización sobre las Vocaciones es del 1 al 7 de noviembre de 2020 (foto del CNS/Bob Roller
La jueza Amy Coney Barrett de la Corte de Apelaciones de los Estados Unidos para el Séptimo Circuito, nominada por el presidente Donald Trump para la Corte Suprema de los Estados Unidos, habla en su audiencia de confirmación ante el Comité Judicial del Senado en Capitol Hill en Washington el 13 de octubre de 2020 El Comité Judicial del Senado, con objeciones de los demócratas, dijo que votarían sobre la nominación de Barrett el 22 de octubre. Después de la votación del comité, el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky, determinará cuándo trasladar la nominación al Senado para una votación, que se espera que tenga lugar la semana del 26 de octubre. (Foto del CNS/Drew Angerer, Pool vía Reuters)
Por Hosffman Ospino Catholic News Service JACKSON – Las elecciones nos invitan a votar como ciudadanos y a escoger a quienes consideramos como los mejores servidores públicos preparados para responder a las exigencias y circunstancias del tiempo presente. Ya sea que el propósito sea elegir al presidente del país o a los miembros del comité escolar en nuestras localidades, como ciudadanos queremos servidores públicos que sean decentes, trabajadores, dedicados al bien común, que respeten la vida y la dignidad humana en todo momento, comprometidos con la verdad y la justicia, idóneos y capaces de trabajar con otras personas. Como papá de dos niños abriéndose camino en la vida, quiero servidores públicos que inspiren y den buen ejemplo. La expectativa es exigente pero no imposible. Con un poco de disciplina, cualquier persona puede llegar a encarnar estos rasgos. Los enseñamos en nuestros hogares y escuelas. Escuchamos de ellos en nuestras iglesias. Le aseguramos a nuestros hijos y nietos que sí son posibles. Cultivamos dichos rasgos para asegurar un mínimo de civismo. Veneramos a quienes los viven de manera ejemplar. Cuando las personas los cultivan con el propósito de llevar a otros a Cristo, proclamando el Evangelio y confiando explícitamente en la gracia de Dios, entonces hablamos de santidad.
Sin embargo, ser santo no es un requisito para ser elegido como servidor público. Tampoco ser perfecto. Los candidatos políticos hacen una labor excelente resaltando sus logros y fortalezas. En medio de sus campañas sus imperfecciones también salen a la luz pública. Al final de cuentas, son humanos como cualquiera de nosotros. Reconocer el lado humano de nuestros líderes políticos es importante. Tratarlos como figuras mesiánicas es simplemente idolatría. Esperar que no tengan faltas es ingenuo. Es común que las campañas políticas se valgan de lenguaje que evoque la lucha entre el bien y el mal. No nos debe sorprender. Este es un tema que juega un papel fundamental en nuestro imaginario literario, religioso y de cultura popular. Sin embargo, dicho dualismo se hace tóxico e incluso peligroso cuando impone que las personas encajen en un lado o el otro. La tradición católica afirma que toda persona es intrínsecamente buena. Aun así, como seres finitos tenemos que aceptar nuestras imperfecciones y limitaciones. ¿Por cuál de los candidatos imperfectos he de votar?
Ningún candidato político representará fielmente las esperanzas más nobles de las comunidades de fe, lo cual no es novedad. Ninguno lo ha hecho o lo hará. Lo mínimo que podemos esperar de aquellos candidatos que se identifican con una tradición religiosa es que se inspiren en los mejores elementos de esta tradición para servir a todos por igual. El sistema político estadounidense no es una teocracia sino una democracia. Imperfecta, ciertamente, pero se mantiene como un sistema que en principio garantiza que cualquier persona pueda elegir o ser elegida sin ser limitada por barreras religiosas o sin ningún tipo de coerción, ya sea de carácter secular o religioso. Los católicos estadounidenses entienden esto. Hace unos 150 años, muchas personas en esta nación dudaban que los católicos podían participar activamente en la vida pública de la nación. Pues bien, lo hemos hecho y muy bien. ¿Por cuál de los candidatos imperfectos he de votar? En última instancia, la respuesta a este interrogante se encuentra en nuestra conciencia, “el núcleo más secreto y el sagrario” de cada persona, como nos lo recuerda el Concilio Vaticano II. En su documento “Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles”, los obispos católicos de los Estados Unidos afirmaron con toda claridad: “La responsabilidad de tomar decisiones en la vida política recae en cada individuo a la luz de una conciencia debidamente formada”. Aquí los obispos tratan a los ciudadanos católicos como adultos. Mi plan es votar como fiel ciudadano católico. Para ello seguiré la recomendación de los obispos de formar mi conciencia. También ejerceré mi responsabilidad personal de estudiar en detalle a los candidatos, sus acciones y sus plataformas políticas. Oro por la sabiduría de votar de buena fe por servidores públicos que, a pesar de sus imperfecciones, con una conciencia formada yo mismo pueda considerar que son decentes, trabajadores, dedicados al bien común, que respeten la vida y la dignidad humana en todo momento, comprometidos con la verdad y la justicia, idóneos y capaces de trabajar con otras personas. Espero elegir personas que pueda presentar a mis hijos como servidores públicos que inspiran y dan buen ejemplo.
(El Dr. Hosffman Ospino es profesor de teología y educación religiosa en Boston College. Ha visitado varias veces el estado de Mississippi para dirigir talleres y ofrecer conferencias sobre inmigración, la familia y el papel de los Hispanos en la Iglesia católica de los Estados Unidos en enero y agosto de 2018.)
Por Catholic News Service WASHINGTON (CNS) — En su nueva encíclica, “Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social”, el papa Francisco recuerda a los fieles que “el plan de Dios para la humanidad tiene implicaciones para todos los aspectos de nuestras vidas”, expresó el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Estos aspectos van “desde cómo nos tratamos unos a otros en nuestras relaciones personales, hasta cómo organizamos y operamos nuestras sociedades y economías”, explicó el arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles en un comunicado el 4 de octubre, día en que el Vaticano publicó la encíclica.
El papa Francisco firma su nueva encíclica, “Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social” después de celebrar la misa en la Basílica de San Francisco en Asís, Italia, el 3 de octubre de 2020. (Foto CNS/Vatican Media)
El arzobispo Gómez llamó la enseñanza del papa “profunda y hermosa” y dijo que “como ‘Laudato Si’ antes de ella, ‘Fratelli Tutti’ es una contribución importante a la rica tradición de doctrina social de la iglesia”. “Al analizar las condiciones del mundo de hoy, el Santo Padre nos brinda una visión poderosa y urgente para la renovación moral de la política y las instituciones políticas y económicas desde el nivel local al nivel global, llamándonos a construir un futuro común que realmente sirva para el bien de la persona humana”, señaló el arzobispo Gómez. “Para la iglesia, el papa nos está desafiando a superar el individualismo en nuestra cultura y a servir a nuestro prójimo con amor”, dijo, “viendo a Jesucristo en cada persona, y buscando una sociedad de justicia y misericordia, compasión y preocupación mutua”. El cardenal Blase J. Cupich de Chicago expuso que “Fratelli Tutti” está “destinado a ser un documento determinante y un cuerpo de enseñanza para el pontificado del papa Francisco”. Lo llamó un documento poderoso en el que el papa “nos recuerda una vez más por qué se le considera un maestro moral prominente, en un momento extraordinariamente crítico y tenso de la historia humana”. “El papa comienza identificando los desafíos que resultan de la fragmentación y división que aflige a la humanidad a nivel personal, nacional, e internacional”, indicó el cardenal. “Estos incluyen la violencia y la perspectiva de guerra y disturbios civiles, el racismo, la degradación del medio ambiente, el ‘descarte’ de los pobres y vulnerables, las crisis provocadas por la migración de pueblos desesperados, economías que benefician a grupos privilegiados”, explicó el cardenal Cupich, agregando, “además de una discordancia y torpeza que marcan nuestro discurso público y comunicaciones privadas y deshabilitan las posibilidades de conexión humana real”. El pontífice “ocupa el resto de la encíclica re imaginando una nueva y esperanzadora forma de vivir juntos, una que se establece en el amor y respeto por la dignidad de todas las personas”, declaró el cardenal Cupich. “Esta nueva y esperanzadora visión implica una apertura e interés por aquellas personas que son diferentes, conduciendo al enriquecimiento que viene en el intercambio de regalos …, una mejor política …, y una cultura de diálogo y de amistad, “añadió el cardenal. “La visión que describe presenta un marcado contraste con la forma predominante de hacer negocios políticos: venganza por pérdidas pasadas, el uso de la fuerza, y una visión de ganancia económica como aspecto primordial”, expuso el cardenal. El arzobispo de Washington, Wilton D. Gregory, dijo que cree que la nueva encíclica del papa “ha llegado a nosotros precisamente en el momento adecuado”. “El COVID-19 obviamente aún no ha terminado. Muchos han hablado de ‘una nueva normalidad’ cuando el virus haya sido abatido”, expresó en un comunicado. “Más bien creo que deberíamos hacer de esta trágica pandemia una oportunidad para pensar en ‘una nueva diferencia’ en términos de lo que valoramos, a quién valoramos, y que todos estamos juntos en esto”. “El papa Francisco habla repetidamente de la renovación del lenguaje del ‘bien común’ y las acciones del ‘bien común'”, explicó el arzobispo Gregory. El papa nos incita a seguir una vida compartida y a ver al ‘otro’ como hermano y hermana, como seres humanos y todos como semejantes en ‘nuestra casa común'”, añadió. “Nos invita a construir una ‘cultura de encuentro’ con orgullo de expresar que somos católicos y también cómo nos enriquece el diálogo con todas las personas de buena voluntad”. En la Diócesis de Kalamazoo, Michigan, el obispo Paul J. Bradley el 6 de octubre aplaudió al papa por su nueva encíclica, diciendo: “En estos tiempos tumultuosos y desafiantes de gran malestar social, necesitamos abrazar las hermosas enseñanzas detalladas por el papa Francisco en ‘Fratelli Tutti'”. “El Santo Padre apunta a la fraternidad, al diálogo, y la amistad social como el camino para construir un mundo mejor, más justo y pacífico, con un rotundo ‘no’ a la guerra y la indiferencia global”, declaró. Si bien el papa “detalla muchas de las caídas del mundo”, incluidas la guerra, la incertidumbre económica, el cambio climático, la inmigración, los conflictos violentos, las armas nucleares, y la desigualdad, “su mensaje de esperanza es uno que resuena en mí y esperemos que nos inspire a todos”, agregó el obispo Bradley. El obispo Bradley animó a todos los católicos a leer la encíclica y rezó para que “todos tomemos en serio estas enseñanzas, permitiendo, con renovada esperanza, que la gracia de Dios nos fortalezca para poner estas enseñanzas en práctica en nuestras vidas”. El liderazgo de las cuatro ramas de la familia Maryknoll — las Hermanas Maryknoll, los Padres y Hermanos Maryknoll, los Misioneros Laicos Maryknoll y los Afiliados Maryknoll — emitieron un comunicado el 6 de octubre dando la bienvenida a esta “encíclica histórica sobre la paz y el diálogo que ofrece una visión de sanación al mundo de las profundas divisiones sociales y económicas en el momento de la pandemia del COVID-19”. “Como misioneros dedicados a compartir el Evangelio a través del amor y la esperanza al servir a los más necesitados en todo el mundo, podemos dar fe de los desafíos urgentes que enfrenta el mundo”, indicaron. “Estos son desafíos que el Santo Padre dice que solo se pueden enfrentar cuando nos unimos en el amor como hermanas y hermanos, con un cuidado como el del buen samaritano”. Agregaron: “Nuestra experiencia vivida como misioneros de Maryknoll afirma la enseñanza del papa de la parábola como una lección no solo sobre la caridad, sino también como un encuentro transformador de misericordia”. El 8 de octubre, la Oficina Maryknoll para Asuntos Globales publicó una guía de estudio de seis páginas para “Fratelli Tutti”, que ofrece puntos clave y citas de cada capítulo de la encíclica, junto con preguntas de reflexión y dos oraciones del papa Francisco. Esta guía se puede descargar en https://maryknollogc.org. “La visión esperanzadora de unidad global que ofrece el papa Francisco en ‘Fratelli Tutti’ es fundamental para nuestro tiempo, en el que nos enfrentamos a grandes desafíos y divisiones sociales”, expuso Susan Gunn, directora de la Oficina Maryknoll para Asuntos Globales. “Estamos entusiasmados de compartir esta guía, que esperamos que permita a las personas y a grupos pequeños aprender las enseñanzas del papa Francisco y utilizarlas para construir paz y solidaridad en sus relaciones, la comunidad, y el mundo”, comentó.