La fe y la amistad florecen en Saltillo

Por Joanna Puddister King
SALTILLO, México – El obispo Joseph Kopacz y el obispo Louis Kihneman, de Biloxi, viajaron juntos a Saltillo, México, del 15 al 20 de octubre, continuando una larga tradición de amistad y fe compartida entre Misisipi y la Diócesis de Saltillo.

El viaje supuso la undécima visita del obispo Kopacz a la misión fundada por el padre Patrick Quinn hace más de 50 años. El padre Quinn, que prestó servicio en Misisipi antes de ser destinado a México en 1969, trabajó incansablemente para tender puentes de fe entre el pueblo de Saltillo y los fieles de Misisipi. Hoy en día, su legado sigue vivo a través de la Misión de San Miguel y las numerosas capillas que se extienden por el paisaje desértico.

Durante su peregrinación de cinco días, los obispos celebraron la Eucaristía en parroquias urbanas y comunidades rurales, visitaron la tumba del padre Quinn en la Parroquia del Perpetuo Socorro y se unieron a las familias locales en alegres procesiones en honor al Santo Niño de la Buena Salud. En San Miguel, se reunieron con los feligreses para celebrar la misa antes de recorrer las calles en procesión, rodeados de colorido, canciones y alegría llena de fe.

La visita también incluyó misas de confirmación en Garambullo y Tanque del Cerro, comidas y convivencia con los sacerdotes locales, y tiempo dedicado a pequeños ranchos del desierto donde la gente recibió a los obispos con los brazos abiertos. El cuarto día, llovió sobre el desierto por primera vez en los once años de visitas del obispo Kopacz, un momento que llenó a las comunidades de agradecimiento y alabanza.

Durante su estancia en Saltillo, los obispos también visitaron al padre Adolfo Suárez, un sacerdote diocesano de la parroquia de San Miguel en Forest y sus misiones, que lleva desde abril prestando servicio en la Misión de San Miguel. El padre Adolfo regresó a México a principios de este año debido a las restricciones migratorias de Estados Unidos que afectan a muchos sacerdotes y religiosos extranjeros que prestan servicio en diócesis de todo el país.

El obispo Kopacz sigue creando conciencia sobre la Ley de Protección de los Trabajadores Religiosos (RWPA), una legislación bipartidista que permitiría a sacerdotes, hermanas y otros ministros como el padre Adolfo permanecer en Estados Unidos mientras esperan la residencia permanente. «Estos hombres y mujeres fieles sirven a nuestras parroquias y a nuestro pueblo con dedicación y amor», dijo el obispo Kopacz. «Su ministerio es esencial para la vida de nuestra Iglesia».
«Cada visita a Saltillo es un recordatorio de la universalidad de nuestra Iglesia», añadió el obispo Kopacz. «Puede que vivamos lejos unos de otros, pero compartimos la misma fe, la misma esperanza y la misma alegría en Cristo».

La Misión de Saltillo sigue siendo una colaboración viva entre las diócesis de Jackson y Saltillo, un vínculo fortalecido a través de la oración, la presencia y una misión compartida de servir al pueblo de Dios.