No es sólo un cumpleaños en Corinth

Por Berta Mexidor

JACKSON – Los parroquianos de St. James the Less en Corinth han estado activamente celebrando cada una de las fiestas católicas del Santoral, sacramentos y celebraciones comunitarias con alegría despues de la convocación a todas las comunidades, quienes han respondido muy bien a este llamado.

El último fin de semana de noviembre, el motivo de la reunión fue la celebración del cumpleaños del Padre Mario Solorzano.

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios
y Madre de la Iglesia!,
que desde este lugar revelas tu clemencia y tu piedad a todos
los que piden tu protección, escucha la oración que te dirigimos
con filial confianza, y preséntala a tu Hijo Jesús,
nuestro único Redentor.

(Su Santidad Juan Pablo II, México, enero de 1979. Visitando la Basílica durante su primer viaje al exterior como Papa)

CORINTH – El Padre Mario Solorzano pone velas (arriba) en uno de tres pasteles que recibió (debajo- izq.) Uno de los pasteles llevaba inscripto “Antes que te formara en el vientre, te conocí y antes que nacieras, te santifique, te di por profeta a las naciones” Jeremías 1:5 (debajo der.) La comunidad de Corinth no sólo celebró el cumpleaños de su sacerdote, sino la confraternidad y el fortalecimiento de toda la parroquia. (Fotos de Bernardo Sorcia)

Bernardo Sorcia, líder de la comunidad reporta el evento de esta manera” …Con mucha alegría nuestra comunidad de Corinth, le celebró su cumpleaños a nuestro párroco Mario Solórzano. Se le vio muy contento y compartió su alegría con cada uno de los presentes…”

El cariño y admiración a la labor del Padre Mario se ve reflejada en la participación de la comunidad a su llamado, ya sea éste para una celebración litúrgica o la limpieza y reparación del edificio de la iglesia y sus alrededores.

El liderazgo del Padre Mario, quien además de ser el pastor de St. James Corinth, es el sacerdote de St. Francis Boonville and St. Mary Iuka, ha logrado incrementar la participación en persona de los parroquianos, principalmente luego del gran reto del tiempo de la pandemia del COVID, celebrando Misas bilingües, realizando retiros espirituales, reparando la iglesia y sostiene la coordinación entre los líderes comunitarios de todas las parroquias y culturas de más de 400 miembros a su cuidado.

En entrevista con Danny McArthur del Diario Daily Journal y publicada en julio del año pasado en Mississippi Catholic, dijo que el tiempo de la pandemia fueron días “fueron muy estresantes para mí y, a veces, no sabía qué hacer.”

El articulo señala que la responsabilidad del Padre Mario “cambió para incluir el preocuparse por el bienestar y la seguridad de las personas a su cargo,” debido a todas las medidas de distanciamiento social. “Incluso antes de la pandemia, la comunidad del padre Solórzano había comenzado a explorar formas de transmitir servicios en hogares de ancianos. Las cámaras instaladas en el santuario ayudaron cuando los servicios pasaron de presenciales a virtuales. ‘Fuimos bendecidos porque trabajamos para comunicarnos con todos en la parroquia’, dijo el padre Solórzano.”

Durante todo ese tiempo, en muchas ocasiones el Padre Mario grabó todas las Misas, a veces solo en la iglesia, sin la presencia de nadie, “muchas veces casi todo el tiempo de Cuaresma y Pascua,” solo con su deseo de hacer llegar la Misa a cada una de sus ovejas. La comunidad recibió toda esta atención, entrega y sanación espiritual, por eso muchos, a pedido del padre Mario, hicieron sus altares familiares en casa, para celebrar a distancia.

Durante ese tiempo, continua el artículo, el Padre Mario implementó “momentos de oración por WhatsApp” y llamaba a sus feligreses, o los visitaba cuando se podía.

El cariño y admiración a la labor del Padre Mario se ve reflejada en la participación de la comunidad a su llamado, ya sea éste para una celebración litúrgica o la limpieza y reparación del edificio de la iglesia y sus alrededores.

Todo el éxito común, las muestras de servicio del padre Mario y la fe incrementada de la comunidad fueron celebrados ese día. No fue sólo un cumpleaños, fue la celebración de Dios en acción en cada uno de ellos.