Cardenal Pironio, hombre de misión, juventud y curación milagrosa, es beatificado en Luján

Por David Agren, OSV News

BUENOS AIRES (OSV News) — El cardenal Eduardo Pironio ha sido beatificado en su Argentina natal, donde fue recordado como “el profeta de la esperanza”, que trabajó para implementar el Concilio Vaticano II en Latinoamérica y llegó a ser conocido como “el cardenal de los jóvenes”.

También fue recordado como un prelado cuya vida y enfoque pastoral — centrado en los jóvenes y priorizando a los pobres — influyó tanto en la Iglesia argentina como en el propio Papa Francisco.

El cardenal Eduardo Pironio, fallecido el 5 de febrero de 1998, aparece en una fotografía del 1 de julio de 1968. El cardenal Pironio fue beatificado en su Argentina natal el 16 de diciembre de 2023, donde fue recordado como “el profeta de la esperanza”, que trabajó para implementar el Concilio Vaticano Segundo en América Latina y se hizo conocido como “el cardenal de los jóvenes”. (Foto de noticias OSV/Paulo Cocco/CPP)

El cardenal fue proclamado beato el 16 de diciembre en la plaza exterior de la Basílica de Nuestra Señora de Luján — santuario de la patrona nacional de Argentina — mientras miles de clérigos, religiosos y laicos celebraban bajo un cielo lluvioso.

“Fue un ejemplo vivo de fidelidad al Evangelio, a la Iglesia y al Magisterio del Papa”, dijo el cardenal español Fernando Vérgez Alzaga, celebrante de la Misa de beatificación y antiguo secretario personal del cardenal Pironio, cargo que ocupó durante 23 años. “Su vida espiritual se nutrió de la piedad eucarística, de gran devoción mariana y de la veneración a los santos. Fue un misionero con la palabra y con el ejemplo”.

El cardenal Pironio desempeñó un papel destacado en el CELAM de 1968 en Medellín, Colombia, que contempló la recepción del Concilio Vaticano II y elaboró un documento en el que se esbozaba la opción preferencial por los pobres y los sectores más necesitados.

Pero él asumió su cargo de obispo de Mar del Plata en medio de tumultos en Argentina. Una fuerza anticomunista y parapolicial conocida como Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) lo amenazó. María del Carmen Maggi, una de sus colaboradoras y decana de Humanidades de la Universidad Católica de Mar del Plata, fue secuestrada y asesinada en 1975.

“Sufrió la persecución de sus activistas católicos en Mar del Plata en 1975 y con poco apoyo de otros obispos argentinos”, dijo a OSV News Fortunato Mallimaci, sociólogo argentino que estudia la Iglesia católica.

El cardenal Pironio falleció en 1998, tras luchar durante años contra un cáncer de huesos.

El Papa Francisco preparó el camino para la beatificación del cardenal Pironio en noviembre reconociendo la milagrosa recuperación de un niño argentino que ingirió purpurina navideña tóxica en 2006 y al que no se le dieron esperanzas de curación. Su familia rezó al cardenal Pironio para que interviniera y el niño se recuperó, algo que los médicos consideraban inexplicable.

El Papa Francisco pidió el 17 de diciembre que “su ejemplo nos ayude a ser una Iglesia en salida, que se hace compañera de todos, especialmente de los más débiles”.

¿Dónde jugarán los niños?

Por Hosffman Ospino
En 1992, la agrupación mexicana Maná lanzó uno de sus éxitos musicales más reconocidos con el título “¿Dónde jugarán los niños?” La canción en sí es una invitación a pensar en las consecuencias de vivir sin espacios en donde los niños puedan ser niños. Después de más de tres décadas, el interrogante sigue haciendo eco.

Las risas de los niños en un parque nos recuerdan qué tan importante es tener espacios seguros en donde los más pequeños, y quienes los cuidamos, podamos pasar tiempo de manera libre, espontánea y sin muchas preocupaciones.

Sí, también hay lágrimas, quejas, invitaciones a que hagamos lo que nuestros cuerpos adultos ya no pueden hacer, y de vez en cuando un pequeño golpe. Los niños se caen, se raspan las rodillas, se les enreda el cabello. Mamás, papás, abuelas y abuelos, y otras personas que cuidan niños sabemos que todo esto es parte de la experiencia de salir a jugar.

El observar a nuestros niños jugar en el parque o patio de recreo es un verdadero acto de contemplación. A medida que ellos se concentran en sus juegos, quienes les observamos experimentamos un sentido de gozo. Les observamos atentamente para estar seguros de que estén seguros y disfruten lo que hacen. A veces imagino que ésta es la manera como Dios mira a la humanidad.

Salir a jugar en un espacio abierto nos da la oportunidad de conocer a otras personas. Los niños juegan con otros niños sin prejuicio. Conversamos con vecinos y extraños que también traen a sus hijos a jugar en el mismo espacio en donde nuestros niños juegan. Aprendemos sus nombres. Compartimos historias y descubrimos lo mucho que tenemos en común. No estamos solos.

El viento sopla juguetonamente; árboles y otras plantas adornan el parque; la magnitud del espacio abierto se expande hasta perderse en múltiples horizontes. El silencio natural que caracteriza a los espacios abiertos es interrumpido por los sonidos de las voces y las risas de los niños. Al terminar el día reanuda el silencio, ansiando la llegada del siguiente día cuando los niños regresarán a jugar.

Jugar es más que participar en juegos estructurados guiados por reglas con el propósito de competir. Jugar es ante todo expresarse libremente mientras entramos en comunión con otras personas y el espacio en donde uno juega, enfocados en el presente y casi inconscientes del pasar del tiempo. Los niños hacen esto de manera espontánea e inocente. Ellos no tienen que explicarlo; seguramente no podrían hacerlo. Simplemente juegan.

Al contemplar a mis propios hijos jugando en un parque, me siento inspirado a reflexionar sobre lo hermoso que significa ser humano. Somos seres encarnados llamados a encontrar alegría en el encuentro espontáneo con otras personas mientras que disfrutamos la belleza del orden creado en donde dicho encuentro ocurre.

Qué privilegio es tener espacios en donde los niños pueden jugar y sentirse humanos. Somos bendecidos al disfrutar las condiciones que les dan a nuestros hijos el tiempo y el espacio para jugar de manera libre, espontánea y sin muchas preocupaciones.

Desde esta perspectiva, son muchos los eventos recientes en nuestro mundo me interrogan y me invitan a pensar en la realidad de cientos de millones de niños que no tienen espacios seguros, tiempo, saludo o el apoyo necesario para jugar como niños.

Las imágenes de ciudades y pueblos destruidos por causa de guerras nos deben interpelar profundamente como seres humanos. Lo mismo aquellas de pueblos abandonados porque no proveen la seguridad necesaria para vivir y formar a las nuevas generaciones Sin parques, ni campos deportivos, ni patios de recreo en las escuelas, ¿dónde jugarán los niños?

Son muchísimos los niños a los que nuestro mundo actual les está robando su infancia y la oportunidad de jugar como niños, viviendo bajo la amenaza constante de la violencia generada por el terrorismo y la guerra, el desplazamiento forzado, el tráfico de personas, gobiernos despóticos, mala legislación, hambre y abandono, entre otros males sociales. Son muchísimos los niños que mueren antes de su tiempo por causa de estas realidades sin darles siquiera la oportunidad de jugar como deberían jugar todos los niños.

(izq.) Una niña aparece en una fotografía de archivo en un parque infantil en Los Ángeles. (Foto de OSV News/Lucy Nicholson, Reuters). (der. )Los niños sostienen figuras del Belén del Niño Jesús para que el Papa Francisco las bendiga después de recitar la oración del Ángelus en la Plaza de San Pedro en el Vaticano el 17 de diciembre de 2023. (Foto CNS/Pablo Esparza)

Estos niños son los santos inocentes de nuestro día. Los podemos ver. Tienen nombres. No podemos permanecer pasivos frente a su sangre, sus lágrimas y sus temores. Abogar por la vida de todos los niños tiene que ir de la mano del compromiso de abogar por espacios seguros en donde los niños puedan jugar.

O Come, O Come Emmanuel

Bishop Joseph R. Kopacz, D.D.

By Bishop Joseph R. Kopacz, D.D.
“Late have I loved you, O Beauty ever ancient, ever new, late have I loved you! You were within me, but I was outside, and it was there that I searched for you. In my unloveliness I plunged into the lovely things which you created. You were with me, but I was not with you. Created things kept me from you; yet if they had not been in you, they would have not been at all. You called, you shouted, and you broke through my deafness. You flashed, you shone, and you dispelled my blindness. You breathed your fragrance on me; I drew in breath and now I pant for you. I have tasted you, now I hunger and thirst for more. You touched me, and I burned for your peace.”

These awe-filled words of St. Augustine from Book 10 of his Confessions are indeed ever ancient and ever new. They are an echo of the voices who have summoned us to prepare a way for the Lord, the eternal beauty of whom Augustine gushes. Isaiah and St. John the Baptist on behalf of the living God, have called and shouted to break through our deafness. Though them God flashes, shines and dispels our blindness.
Both prophets in extraordinary ways bring us into the presence of the light of the world, Jesus Christ, the Son of God once again this Christmas. The words of the prophet Isaiah are the ancient origin of the liberating experience of St. Augustine nearly a millennium later.

“The Spirit of the Lord is upon me because the Lord has anointed me. He has sent me to bring good news to the afflicted, to bind up the brokenhearted, to proclaim liberty to the captives, and release to the prisoners, to announce a year of favor from the Lord.” (61:1-2)


It was and is God’s voice calling individuals and a people out of darkness into the marvelous love of the Savior. Through faith and baptism, we are the Lord’s anointed and thus charged to be bearers of the Good News though the uniqueness of our lives and circumstances of the current generation. The gift is to be shared, and the opportunities are endless.

Next, we turn to Mary, highly favored, the chosen one full of grace who was enfolded in the beauty and power of God’s love and so exclaimed for pure joy.

“My soul proclaims the greatness of the Lord; my spirit rejoices in God, my Savior, for he has looked upon the lowliness of his handmaid.”

God touched her, and she was aflame in his peace. John the Baptist, the final prophet of the Old Testament, and our guide during Advent, who once leapt for joy in the womb of his mother Elizabeth in the moment of Mary’s visitation was perfectly aligned with the long-awaited Messiah as “the voice of one crying out in the desert preparing the way of the Lord.” (John 1:23) This bridge to the Reign of God knew that he was the voice, not the light, not the Word made flesh but the voice summoning people to prepare for God’s eternal beauty and power that was dawning upon them.

St. Paul encouraged the first Christians in Thessalonica to “rejoice always, pray without ceasing and give thanks in all circumstances.” (1Thessalonians 5:16-18)

How is this possible in the face of so much suffering in our age, any reasonable person might ask?
In Advent we dare to hope; we dare to dream and we sing, “O come, O come Emmanuel,” a name that means “God with us” (Matthew 1:23) and for whom nothing is impossible. (Luke 1:37) With St. Augustine may the Lord break through our deafness, dispel our blindness and inspire us to experience deeply his beauty which is pure gift, ever ancient, ever new. Come, Lord Jesus and dispel the darkness of our hearts and minds.

Merry Christmas in the light and love of Jesus Christ.

In memoriam: Genevieve Feyen of Pax Christi Franciscans

JACKSON – Genevieve “Gen” Feyen was born June 14, 1931 to Henry and Alma Feyen in Fond-du-lac, Wisconsin. While in seventh grade she was asked to play the piano, by the Sisters at Holy Rosary School, for the summer weekday Masses. She gathered Kathleen and classmates to get up early and sing in the choir. This went on for six long summers, which turned out God was preparing her for directing a choir.

Following in her aunt Emily’s footsteps, she become a student at St. Agnes School of Nursing in Fond-du-lac, graduating in 1952. She then moved to Milwaukee to work in a hospital there. She had an encounter with God, asking her to dedicate her life to Him.

In 1955, she went to St. Francis Center, which was a part of Pax Christi Franciscans in Greenwood, for one year of service to God. This was in the days of segregation, and the Black community was at the bottom of the list for everything, including health care. She was the nurse working with patients in the dispensary and making home visits. At the end of her year, she moved back to New Holstein, but was bored within a month so returned to Mississippi.

Besides nursing, she worked with Father Daniel Machesky, OFM and developed a skating project for teens. The students really learned to skate well, jumping, spinning, skating backwards and with partners. They learned so quickly that they formed a skating show, the “Centerama” and traveled around to other schools to perform.

Gen’s greatest concern was family centered care and patient teaching. She did home deliveries for many years, and St. Francis Center moved toward the idea of developing a birthing center. In 1964-65, she reluctantly went to school to become a nurse midwife. She graduated as a Certified Nurse-Midwife and being the first in the state of Mississippi. Her license was stamped #1.

In 1968 Gen moved to Jackson and became a member of Christ the King parish where she joined the choir, then became the organist. She loved this part of her life and worked with the choir for the early Mass.

While in Jackson, Gen’s first job was working at Hinds General Hospital. Then, in 1970 she joined the Nurse-Midwifery program at the University of Mississippi Medical Center. Gen supervised Nurse-Midwifery students in clinics, labor and delivery. She also supervised Nurse-Midwifery Assistants who made home visits to the mothers and babies for the infant’s first year of life. Later she taught a course at UMMC for nine young ladies who became OB technicians, and she delivered babies when she could in the hospital.

Her work continued in nursing in Family Centered Care in the hospital in 1973, seeing to it that the babies were taken out of the nursery and “roomed in” with their mothers. She taught daily, prenatal classes in the clinic, as mothers waited for their turn to be seen by the residents. She then began working as a Nurse-Midwife in the Prenatal and Women’s Health Clinics at the Mississippi State Board of Health in Jackson in 1977. In 1983 she was honored, receiving the Public Health Nurse Clinician of the Year in Mississippi, and then joined the staff at Rankin County Health Care Center. In 1993 she was awarded the Mississippi Primary Health Care Association’s Outstanding Mid-Level Clinician of the year. This also brought an end to her Nurse-Midwifery career.

Gen continued working with the choir at Christ the King parish. She and Grace Lee formed the Senior Swingers group. It was stated very clearly in the beginning that this was a group to have fun, not another working group. The seniors worked all their lives and it was time for them to relax a bit. She helped out at the school by working one on one with students. She worked many yard sales, raising money for the parish. She was a member of the liturgy team, King’s Workers, Knights of Peter Claver Ladies Auxiliary and Senior Swingers.

On Feb. 24, 1991, she was presented with the L.W. Sampson Award from the Knights of Peter Claver for “Outstanding Leadership Service and Dedication in Christ the King Catholic Church and Community.”
Following her mother’s dreams of traveling, Gen visited Medjugorje, where her life was completely changed. She went from a reluctant disciple to an enthusiastic disciple.

Genevieve was the current president of Pax Christi Franciscans, a position she held many times. Under her direction, she formed the PCF associates with members in Greenwood and Jackson. She continued to be active in so many aspects of life it is hard to name them all, as she served 68 years in Mississippi.
Her last major project and accomplishment was writing a book on her life, “The Reluctant Disciple” which will go to print soon.

Genevieve passed on Nov. 8, 2023 and her funeral service was held at Christ the King Church in Jackson on Saturday, Dec. 2.

In lieu of flowers, donations may be made to Pax Christi Franciscans in her honor.

Called by name

Father Nick Adam

I have now been the Rector of the Cathedral for a year and a half, and throughout my professional life I have noticed that it takes about that amount of time to get my feet under me whenever I start something new. Being a pastor is a great responsibility but also a great source of joy as I get to walk with the parishioners here at St. Peter. While it’s a challenge to live in the two worlds of parish life and seminarian accompaniment and vocation promotion, I think that living in these two worlds has helped me realize what is ‘absolutely necessary’ and helpful to promote vocations and what isn’t.

One thing that has proven to be helpful time and time again is the ‘Come and See’ that is offered by St. Joseph Seminary College twice a year – once in the fall and once on Palm Sunday weekend in the spring. During this weekend young men are invited to come live at the seminary and hear talks from current seminarians. Our own Grayson Foley served as the emcee at one of these retreats. The Palm Sunday weekend retreat is especially helpful, I think, because the guys get to see the liturgy of the monastery in full color. Holy Week is astounding at St. Joseph Abbey, and I know that is inspiring to see so many seminarians participating in the liturgy and it is a source of grace for the discernment of those considering whether to enter the seminary or not.

So, our offerings for ‘come and see’ experiences have certainly narrowed since I became a pastor. I simply can’t organize the diocesan experiences that we had for a couple of years. But I do believe that we have sufficient resources to accompany young men considering the priesthood, and so I want to encourage you all to promote this ‘Come and See’ to the good young men in your parish. You can share this article with them if you’d like, and make sure they know that they can reach out to me via phone at (601) 969-4020 or email nick.adam@jacksondiocese.org to learn more.

At the end of this year, I’d like to thank all of you who have been consistent readers and encouragers of mine. This little article has been a labor of love for me and it’s just a way to help connect you with vocation ministry. The more we can all be on the same page about what is needed to increase vocations and bring forth men for the priesthood from our own diocese, the more faces we’ll see on that famous seminarian poster that comes out each fall. Merry Christmas, and please, continue to pray for the master of the harvest to bring forth laborers for the harvest!

                       – Father Nick Adam, vocation director

(Read about our current seminarians and their inspirational vocation stories at https://jacksondiocese.org/seminarians. Father Nick Adam can be contacted at nick.adam@jacksondiocese.org.)

Alrededor Diocesano: Guadalupanos

NATCHEZ – (arriba) Liderados por Lupe Valencia, miembros de la comunidad Hispana se unieron por segundo año. Vestidos con ponchos y de (izq.) Chinelos todosbailaron en procesión por las calles del pueblo. (Fotos de Berta Mexidor)
JACKSON – En fotos, (izq. debajo.) algunos de los danzantes que cada año celebran a la Guadalupe en la parroquia de Santa Teresita Jackson. (Fotos de la Hermana Amelia Bretton y Rosalinda Montoya)
PONTOTOC – (izq.) Miembros del grupo de jóvenes fueron los protagonistas de la celebración a la Guadalupe. Niñas frente a la Virgen, (izq. debajo) Parte de los actores de la representación de la aparición. (Fotos de Aracely Nieves)

Papa: mensaje Guadalupano se basa en sencillez, no en ideología

Una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe estaba cerca del altar principal de la Basílica de San Pedro en el Vaticano antes del inicio de una misa celebrada por el Papa Francisco, el 12 de diciembre de 2023, día de su fiesta. (Foto CNS/Lola Gómez)

Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – La imagen icónica de Nuestra Señora de Guadalupe, que se ha convertido en un símbolo cultural y espiritual para América Latina, no puede ser utilizada para promover ningún tipo de ideología, sino que debe mantener su mensaje de amor sencillo, dijo el Papa Francisco.
La imagen mariana que apareció en la tilma de San Juan Diego “nos defiende de tantas ideologías sociales y políticas con la que con tanta frecuencia se usa esta realidad guadalupana para fundamentarse, justificarse, y ganar dinero”, dijo el 12 de diciembre durante la Misa en la fiesta de la Virgen de Guadalupe.

“El mensaje guadalupano no tolera ideologías de ningún género”, dijo en la Misa en la Basílica de San Pedro, sin especificar ninguna ideología en particular.

La Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en Ciudad de México, que exhibe la tilma en la que apareció la imagen de María, atrae cada año a unos 20 millones de peregrinos.

El Papa dijo que la imagen mariana “queda impresa en la humildad de aquello que somos y tenemos, que no vale mucho, pero que será algo grande a los ojos de Dios”.

Peregrinos hispanohablantes llenaron la Basílica de San Pedro para la Misa papal. Muchos llevaban mantones o pañuelos con una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe y otros trajeron retratos enmarcados de la imagen para ser bendecidos.

El cardenal estadounidense Robert Prevost, prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, fue el celebrante principal en el altar.

En su homilía, el Papa destacó parte de la historia de San Juan Diego, a quien María pidió que recogiera rosas durante el invierno para mostrárselas al obispo local como signo de su aparición.

Las flores “significan las virtudes que el Señor infunde en el corazón, no son obra nuestra”, dijo. “El acto de recogerlas nos revela que Dios quiere que acojamos s ese don, que ‘perfumemos’ nuestra débil realidad con obras de bien, ahuyentando odios y temores”.

Aunque habló sin dar muestras de dificultad, el Papa Francisco se saltó gran parte del texto que tenía preparado. Recientemente canceló un viaje a los Emiratos Árabes Unidos debido a una infección bronquial, y sus ayudantes leyeron sus discursos en su nombre varias veces en la última semana.

El Papa recordó las palabras que María dirigió a San Juan Diego durante una de sus apariciones: “¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?”

Dijo que la presencia de María está “permanentemente impresa” en la vida de los cristianos como en las ropas de San Juan Diego, “perfumadas por unas virtudes recogidas en un mundo que parece incapaz de producirlas”.

“Virtudes”, dijo, “que llenan nuestra pobreza en la sencillez de pequeños actos de amor, que van iluminando nuestra tilma, sin que nos demos cuenta, con la imagen de una Iglesia que lleva a Cristo en su seno”.

Para finalizar la Misa, los coros del Pontificio Colegio Mexicano y del Pontificio Colegio Latinoamericano, a los que se unieron miles de personas en la basílica, cantaron “La Guadalupana”, una canción que habla del vínculo especial entre Nuestra Señora de Guadalupe y el pueblo de México.

Ven, Ven Enmanuel

Obispo Joseph R. Kopacz

Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D.
“¡¡Tarde te amé,hermosura tan antigua y tan nueva,tarde te amé! Tú estabas dentro de mí, y yo fuera,y por fuera te buscaba, y deforme como era me lanzaba sobre las cosas hermosas por Ti creadas.Tú estabas conmigo, y yo no estaba contigo. Me retenían lejos de Ti todas las cosas,aunque, si no estuviesen en Ti, nada serían. Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera. Brillaste y resplandeciste, y pusiste en fuga mi ceguera. Exhalaste tu perfume, y respiré, y suspiro por Ti. Gusté de Ti, y siento hambre y sed. Me tocaste, y me abrazó tu paz.”

Estas palabras llenas de asombro de San Agustín del Libro 10 de sus Confesiones son en verdad siempre antiguas y siempre nuevas. Son eco de las voces que nos han convocado a preparar el camino al Señor, cuya eterna belleza brota en San Agustín. Isaías y San Juan Bautista en nombre del Dios vivo, han llamado y gritado para romper nuestra sordera. A través de ellos Dios resplandece, brilla y disipa nuestra ceguera.
Ambos profetas nos llevan de manera extraordinaria a la presencia de la luz del mundo, Jesucristo, el Hijo de Dios, una vez más esta Navidad. Las palabras del profeta Isaías son el origen antiguo de la experiencia liberadora de San Agustín casi un milenio después.

“El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha consagrado; me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, libertad a los que están en la cárcel; a anunciar el año favorable del Señor.” (61:1-2)

Fue y es la voz de Dios que llama a personas y a un pueblo a salir de las tinieblas al maravilloso amor del Salvador. A través de la fe y el bautismo, somos ungidos por el Señor y, por lo tanto, estamos encargados de ser portadores de la Buena Nueva a través de la singularidad de nuestras vidas y las circunstancias de la generación actual. El regalo debe ser compartido y las oportunidades son infinitas.

A continuación, nos dirigimos a María, muy favorecida, la elegida llena de gracia que se vio envuelta en la belleza y la potencia del amor de Dios y por eso exclamó de puro gozo.

“Mi alma proclama la grandeza del Señor; mi espíritu se regocija en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava”.

Dios la tocó y ella ardió en su paz. Juan Bautista, el último profeta del Antiguo Testamento y nuestro guía durante el Adviento, que saltó de alegría en el vientre de su madre Isabel en el momento de la visita de María, estaba perfectamente alineado con el tan esperado Mesías como “la voz de uno que clama en el desierto preparando el camino del Señor”. (Juan 1:23) Este puente hacia el Reino de Dios sabía que él era la voz, no la luz, no la Palabra hecha carne, sino la voz que convocaba a las personas a prepararse para la eterna belleza y el poder de Dios que estaba amaneciendo sobre ellos.

San Pablo animó a los primeros cristianos de Tesalónica a “estar siempre alegres, orar sin cesar y dar gracias en todo”. (1 Tesalonicenses 5:16-18)

¿Cómo es posible esto ante tanto sufrimiento en nuestra época?, podría preguntarse cualquier persona razonable.

En Adviento nos atrevemos a tener esperanza; nos atrevemos a soñar y cantamos: “Oh ven, oh ven Emanuel”, nombre que significa “Dios con nosotros” (Mateo 1:23) y para quien nada es imposible. (Lucas 1:37) Que el Señor, con San Agustín, rompa nuestra sordera, disipe nuestra ceguera y nos inspire a experimentar profundamente su belleza, que es don puro, siempre antiguo, siempre nuevo. Ven, Señor Jesús y disipa las tinieblas de nuestros corazones y mentes.

!Feliz Navidad en la Luz y el Amor de Jesucristo!

Guadalupe llama a estar cerca de su Hijo

NATCHEZ – Por segunda vez los Guadalupanos de la región se reunieron en la noche del 11 de diciembre para procesión y Misa en honor de la Virgen de Guadalupe. La Misa fue celebrada por el Padre Aaron Williams y concelebrada por el Padre Charles Yaklin, en altar detrás de imagen del Vírgen, monje del Monasterio St. Joseph perteneciente a la rama contemplativa del Instituto del Verbo Encarnado y quien fue el homilista. (Foto de Berta Mexidor)

Por Berta Mexidor
NATCHEZ – El lunes 11 de diciembre, día de San Juan Diego, la Virgen, cargada por guadalupanos de la región, salió en procesión por las calles de Natchez, antes de una Misa celebrada por el Padre Aaron Williams y con el Padre Charles Yaklin, IVE como homilista.

Esta fue la segunda ocasión en que los católicos hispanos de la región Natchez-Vidalia recibieron el apoyo del Padre Williams, rector de la Basílica de Santa María y del padre Charles, IVE, monje del monasterio de San José en Natchez.

El padre Charles vino a Natchez hace dos años y todos los domingos ofrece Misa en español a los católicos de la zona. Durante su homilía en español, remarcó que la causa de Guadalupe es el llamado de María a todos para estar cerca de Jesús, el Hijo de Dios “…Ella pidió que se le construyera un templo, no para su gloria, no para que la alabáramos, porque miles de ángeles la rodean, pero el mensaje de su corazón es que estemos cerca de su hijo, a través de la Eucaristía, ” dijo el Padre Charles.

Los hispanos de la zona celebraron este segundo año de Nuestra Señora de Guadalupe en Natchez, gracias a muchos voluntarios, entre ellos Lupe Valencia, mexicana, que no quiere llevarse todo el crédito por organizar doce días de Rosarios y bailes. Ayudaron también a Valencia, Paola Siles, Nicaragua, Guillermina Vega y Montserrat González, madre e hija, mexicanas residentes en Vidalia, Rosendo González y Antonio Ortiz, mexicanos que llevaron la imagen en procesión, y Bettina Coffey, Argentina, quien tradujo para el Padre Williams en el centro comunitario, donde finalizó la celebración con bendición, bailes y comida.

Los niños como cada año se roban el show. Sus padres los visten con los trajes típicos, representan a la Virgen y a San Juan Diego y no dejan de bailar en los diferentes grupos de danza. Así es como los Guadalupanos perpetuan la fe y tradición por generaciones. (i-d) Niños de St. Jude Pearl, St. Therese Jackson y St. Mary Basílica Natchez. (Fotos de Tereza Ma, Rosalinda Montoya y Berta Mexidor)