




Por David Agren
CIUDAD DE MÉXICO (CNS) – Las Misioneras de la Caridad han sido expulsadas de Nicaragua, el último de una serie de ataques contra la Iglesia Católica y sus ministerios por parte del gobierno cada vez más represivo del país centroamericano.
La orden de hermanas, fundada por Santa Teresa de Kolkata, conocida popularmente como Madre Teresa, opera un hogar para adolescentes abandonados, un hogar para ancianos, y una guardería para familias de escasos recursos en Nicaragua.
Varios líderes católicos informaron y tuitearon la noticia de la expulsión el 28 de junio. Los medios de comunicación nicaragüenses informaron de la salida de las hermanas como parte de una ofensiva contra organizaciones no gubernamentales por parte de los sandinistas en el poder.
El obispo auxiliar Silvio José Báez de Managua, quien actualmente radica en Miami por motivos de seguridad, tuiteó: “Me da mucha tristeza que la dictadura haya obligado a las (hermanas) . . . a abandonar el país. Nada justifica privar a los pobres de atención caritativa. Soy testigo del servicio amoroso que prestaban las hermanas. Que Dios las bendiga”.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y sus aliados han perseguido cada vez más a la Iglesia Católica y a la sociedad civil. El presidente, que ganó la reelección el año pasado — considerada fraudulenta por opositores y observadores externos — está concentrando poder; continúa reteniendo presos políticos y ha cerrado puntos de expresión política.
Una hermana de las Misioneras de la Caridad en Nicaragua contactada por la publicación española Alfa y Omega dijo: “De momento no podemos realizar nuestra labor. Nos pararon”. Ella dijo que las hermanas no tenían información adicional aparte de lo que habían leído en los medios. También agregó lacónicamente: “No podemos hablar por este teléfono”.
El medio de noticias nicaragüense Confidencial dijo que un informe del Ministerio del Interior alega que las Misioneras de la Caridad “incumplieron con sus obligaciones”. Otro supuesto problema es que el consejo de administración de la orden tiene más del 25 por ciento permitido de participación extranjera, supuestamente violando una regla aprobada solo en los últimos meses.
Informe de prensa Nicaragua ha extinguido oficialmente la personería jurídica de unos 770 grupos no gubernamentales, incluyendo algunas organizaciones católicas. Una votación oficial en la asamblea nacional sobre el estatus legal de las Misioneras de la Caridad debía haber tenido lugar el 28 de junio, según Confidencial.
El 27 de julio, el obispo Rolando Álvarez de Matagalpa tuiteó que Telecable, un proveedor de televisión por cable, había eliminado el canal de televisión diocesano TV Merced por instrucción de los reguladores. TV Merced dijo en un comunicado que continuaría transmitiendo a través de las redes sociales.
Por Norma Montenegro Flynn
El último día de una reunión católica nacional en Chicago para líderes de ministerios culturalmente diversos y adultos jóvenes comenzó con un servicio de oración que incluyó música de adoración africana y oraciones en varios idiomas, incluyendo algunos idiomas de África y Medio Oriente.
La buena energía de los participantes reunidos en el evento “Vivos en Cristo: Voces Jóvenes, Diversas y Proféticas Caminando Juntas” era evidente.
Las conversaciones se centraron en los próximos pasos en un proceso que tomará varios años y cómo los líderes ministeriales pueden llevar su aprendizaje a sus parroquias, centros, y organizaciones.
Para muchos, como Semret Hailemariam, miembro de la comunidad católica eritrea del Rito Ge’ez, este proceso ha ayudado a construir puentes entre su comunidad católica y otras.
“Todo este proceso ha sido iluminador. Nunca hubiéramos tenido la oportunidad de compartir sobre nuestra rica liturgia, historia, y cultura si no hubiera sido por la invitación”, expresó Hailemariam.
Los grupos culturalmente diversos representados fueron: asiáticos e isleños del Pacífico, negros y afroamericanos, europeos americanos, hispanos y latinos, nativos americanos y nativos de Alaska, así como inmigrantes, refugiados, y viajeros.
Unas 325 personas participaron en el evento nacional y unas 150 diócesis estuvieron representadas, además de organizaciones católicas nacionales, colegios y universidades, ministerios universitarios y movimientos apostólicos.
Los líderes de grupo compartieron los temas y sugerencias que resonaron en sus discusiones y planificación en las áreas de memoria histórica e inclusión, diversidad y superdotación, acompañamiento práctico y posibilidades de formación.
Las sugerencias y conclusiones de la reunión serán recopiladas y ofrecidas como recursos a diócesis, escuelas, organizaciones católicas, y movimientos apostólicos.
“La exclusión es dolorosa. Nadie quiere ser excluido de algo, por lo que tratamos de ser inclusivos con todos y tratamos de darles a todos la oportunidad de participar”, señaló un participante de Detroit.
Su grupo ofreció sugerencias, incluyendo la búsqueda de oportunidades para invitar a la diversidad a las parroquias y capacitar a los seminaristas para trabajar con comunidades culturalmente diversas.
Con respecto a la práctica de acompañamiento, otro líder de grupo dijo: “Hemos visto y hemos sentido el daño y el dolor que proviene de las parroquias y los párrocos que se niegan a ver nuestros dones, se niegan a tomarse el tiempo para escuchar, y se niegan a vernos a cada uno como adultos jóvenes amados. Este daño debe abordarse”.
Otras ideas expresadas incluyeron la necesidad de acompañar a los adultos jóvenes y a las comunidades culturalmente diversas; la necesidad de que las culturas estén representadas en las liturgias; apertura a nuevas formas e ideas en el ministerio; formar identidades católicas; y fomentar oportunidades de liderazgo entre jóvenes y adultos jóvenes.
Los diálogos sostenidos a lo largo de la reunión incluyeron algunas conversaciones difíciles y el compartir experiencias dolorosas del pasado, pero también tuvieron los bálsamos curativos de un viaje compartido y el sentirse reconocido y escuchado por una comunidad solidaria con diferencias y similitudes.
Algunos lo compararon con una reunión familiar de Acción de Gracias. Durante un diálogo con obispos y líderes laicos, el obispo Oscar Cantú de San José, California, comparó las conversaciones con una reunión familiar alrededor de la mesa, que, a veces, puede tornarse complicada.
“Ahí es donde se juntan las familias, y ahí es donde se nutren las familias”, indicó el obispo Cantú. “Ahí es donde se prepara la comida. Una comida de cordero, un cordero suntuoso, y un pan digno de los ángeles y de la humanidad”.
En cuanto a los próximos pasos en el camino, es esencial ir más allá de mandar informes sobre la reunión a los obispos, agregó el obispo Larry Silva de Honolulu. Animó a los presentes a llevar las lecciones aprendidas más allá de sus parroquias: a sus comunidades.
“Siempre tenemos que hacer la pregunta de quién no está en la mesa y estar abiertos a traerlos”, dijo el obispo Silva.
Otro obispo expresó su interés en continuar con los esfuerzos de comunicación desarrollados durante el proceso “Caminando Juntos”.
Diana Hancharenko, presidenta del Equipo Asesor Nacional sobre el Ministerio de Adultos Jóvenes que sirve al Comité de Laicado, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, agradeció a los obispos que asistieron a la reunión y señaló que muchos obispos estaban ausentes.
También resaltó la necesidad de estar presentes y trabajar juntos.
Según la USCCB, solo 17 obispos estuvieron presentes en el evento. Y, según los informes, unos 60 obispos se han unido a las conversaciones durante el proceso “Caminando Juntos”.
El proceso comenzó hace dos años, inspirado por la exhortación del papa Francisco de 2019 sobre los jóvenes, “Christus Vivit”, y el Sínodo de los Obispos de 2018 sobre los jóvenes.
La iniciativa de la USCCB también buscó iniciar un encuentro, diálogo, acompañamiento, y respuesta pastoral a las esperanzas y desafíos de jóvenes culturalmente diversos.
Por Carol Zimmermann
WASHINGTON (CNS) – Líderes católicos elogiaron la decisión de la Corte Suprema del 30 de junio, que autorizó a la administración de Joe Biden rescindir una política de inmigración de la era de Donald Trump, “Quédate en México”, que requería que los solicitantes de asilo en la frontera suroeste de Estados Unidos esperaran en México para sus audiencias de asilo.
La decisión de 5-4 en Biden v. Texas fue escrita por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts; a él se unieron los jueces Stephen Breyer, Sonia Sotomayor, Elena Kagan, y Brett Kavanaugh.
En su primer día en el cargo, el presidente Joe Biden suspendió los Protocolos de Protección de Migrantes de 2019 (o MPP, por sus siglas en ingles), implementados por el expresidente Donald Trump en un esfuerzo por frenar la afluencia de personas que llegan a la frontera sur en busca de asilo en Estados Unidos.
Biden buscó formalmente poner fin al programa meses después, pero los tribunales inferiores ordenaron que se restableciera la política en respuesta a una demanda de Texas y Missouri, liderada por los republicanos.
Desde enero de 2019 — cuando la administración de Trump inició el programa — hasta fines de 2020, casi 70,000 migrantes fueron enviados de regreso a México para esperar sus audiencias judiciales, según el Consejo Estadounidense de Inmigración. Defensores de la inmigración, incluyendo muchas organizaciones católicas, se han pronunciado en contra de esta política. Durante los argumentos orales a fines de abril, los activistas realizaron una manifestación frente a la Corte Suprema con carteles con el mensaje “seguro, no varado”.
El fallo de la Corte Suprema, la última opinión emitida para el período actual, señaló que la decisión del tribunal inferior sobre la política de inmigración “impuso una carga significativa sobre la capacidad del ejecutivo para mantener relaciones diplomáticas con México”, particularmente porque Estados Unidos no puede enviar migrantes de Centroamérica a México sin negociar estas acciones con funcionarios mexicanos.
Una disidencia — escrita por el juez Samuel Alito y acompañada por los jueces Clarence Thomas y Neil Gorsuch — expresaba que el Departamento de Seguridad Nacional no debería tener la libertad de “simplemente liberar en el país un número incalculable de extranjeros que es muy probable que sean expulsados al presentarse a sus audiencias. Esta práctica viola los términos claros de la ley, pero el tribunal mira para otro lado”.
Una declaración conjunta emitida por los líderes de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, la Red Católica de Inmigración Legal (o CLINIC, por sus siglas en ingles) y Caridades Católicas USA, dijo que la decisión de la Corte Suprema “reconoce y preserva la capacidad del poder ejecutivo para revertir políticas insostenibles, ilegales, e inmorales, independientemente de quién esté en el cargo”.
También dijeron que la política de asilo “obstruyó el debido proceso y sometió a las personas a los mismos peligros que los obligaron a buscar refugio en Estados Unidos”. “Con este fallo, damos la bienvenida al final del MPP”, manifestaron el obispo auxiliar Mario E. Dorsonville de Washington, presidente del Comité de Migración de la USCCB, la hermana dominicana Donna Markham, presidenta y directora ejecutiva de Caridades Católicas USA, y Anna Gallagher, directora ejecutiva de CLINIC.
Los líderes también señalaron que el fallo de la corte no “resuelve los desafíos actuales en la frontera suroeste de nuestro país”, pero dijeron que ayuda a “preparar el camino a seguir”.
Los tres grupos habían presentado informes “amicus curiae” en el caso. En una serie de tuits del 30 de junio, Dylan Corbett, director ejecutivo de Hope Border Institute, dijo que acogía con beneplácito la decisión de la corte de permitir que el gobierno de Biden ponga fin a la política que “devuelve inhumanamente a solicitantes de asilo y migrantes vulnerables a condiciones peligrosas en México”.
Pidió el fin de esa política y de “todas las políticas que niegan el derecho a buscar asilo en nuestra frontera, incluyendo el Título 42”, una política de la era de la pandemia bajo la cual la Patrulla Fronteriza ha rechazado a cientos de miles de migrantes en la frontera de Estados Unidos con México en los últimos dos años.
Corbett dijo que su organización conoce de primera mano “el daño irreparable causado por estas políticas” y también sabe que el proceso de recibir a los solicitantes de asilo puede ser “seguro, humano, y ordenado”.
Joan Rosenhauer, directora ejecutiva del Servicio Jesuita a Refugiados de Estados Unidos, expresó una opinión similar y también señaló que los solicitantes de asilo obligados a esperar en México a menudo se encontraban en circunstancias peligrosas e inciertas con acceso limitado a vivienda, educación, oportunidades laborales, y asesoría legal.
“Nuestro personal en la frontera escucha historias todos los días de familias con niños que escaparon de circunstancias horribles”, dijo, y agregó que está complacida de que aquellos que han esperado tanto ahora puedan presentar sus solicitudes de asilo y buscar protección en Estados Unidos.
“Seguiremos trabajando con estas familias para garantizar que se satisfagan sus necesidades”, acotó, instando a la administración de Biden “tomar todos los pasos necesarios para terminar rápidamente con el MPP y establecer un proceso de asilo efectivo y eficiente”.
Por Barb Fraze
WASHINGTON (CNS) – Congregaciones de religiosas de todo el mundo pueden sentirse abrumadas con el cuidado que necesitan las hermanas mayores, pero a menudo, los recursos que se dan por sentado en países desarrollados ni siquiera existen en otros países.
Por ejemplo, mientras que las congregaciones de todo el mundo brindan a sus hermanas mayores acceso a atención espiritual, solo el 11 por ciento de las monjas en Kenia tienen instalaciones con rampas de acceso y no hay equipo médico disponible. En algunos países, las religiosas ni siquiera hablan de los problemas de sus miembros mayores.
El Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown (CARA por sus siglas en inglés) está comprometido en una asociación de investigación global para identificar las necesidades de las comunidades de hermanas católicas en el cuidado de sus hermanas ancianas y enfermas en Kenia, Uganda, Zambia, Ghana, Nigeria, México y los Estados Unidos. Los investigadores han descubierto que, en muchos casos, las religiosas no se dieron cuenta de que otras congregaciones enfrentaban problemas similares.
Algunos de los investigadores hablaron con un pequeño grupo en Washington en junio. Cada comunidad religiosa ha estado “sufriendo el impacto del proceso de envejecimiento, sola”, dijo la Hermana Brenda Hernández, miembro de las Hijas de María Inmaculada de Guadalupe de la Ciudad de México, quien ha estado involucrada en la investigación del proyecto de CARA. “Nos faltan instalaciones, nos falta asistencia”, así como cuidadores capacitados y dinero para ayudar a las hermanas mayores.
La hermana Bibiana Ngundo, miembro de las Hermanitas de San Francisco que realiza investigaciones en la Universidad Católica de África Oriental en Nairobi, Kenia, habló de situaciones similares que mostraron que las hermanas africanas no hablan sobre el envejecimiento.
“Las hermanas que fueron puestas en el hogar para ancianos nunca fueron preparadas”, dijo, y una incluso se negó, diciendo: “No, si me voy, me muero”. “Las hermanas deben estar preparadas a partir de los 40, 50 y 60 años”, dijo, y enfatizó que las congregaciones religiosas deben hablar sobre el envejecimiento.
La hermana de la Asunción Candida Mukundi, quien trabaja en la investigación junto con la hermana Ngundo, habló sobre el desafío de la falta de hogares para las hermanas mayores y dijo que las congregaciones podrían ayudarse. “Cada congregación cuidaba de sus propias hermanas”, dijo y, mientras participaban en la investigación, los miembros de diferentes órdenes aprendieron que podían compartir sus problemas entre sí.
Ella y sus colegas hablaron con miembros de 57 congregaciones religiosas en Kenia. Una de las primeras cosas que hicieron fue capacitar a las superioras religiosas sobre cómo completar la encuesta de formularios de Google. En la 12ª Conferencia Trienal sobre la Historia de las Mujeres Religiosas en el Centro Cushwa de la Universidad de Notre Dame a fines de junio, la Hermana Mukundi y otras personas involucradas en el proyecto presentaron algunas de sus investigaciones.
La hermana Mukundi dijo que los hallazgos fueron “una llamada de atención a las congregaciones en Kenia para que se vuelvan más agresivas en el reclutamiento de vocaciones, la sostenibilidad de las vocaciones, la preparación para la vejez, mantenerse al día con los signos de los tiempos en términos de apostolados y en el cuidado de hermanas mayores”.
Ella dijo que las monjas esperaban compartir recursos y obtener fondos para una estructura física central que permitiera a las hermanas mayores vivir en una vida comunitaria holística. Entre otras cosas, esto facilitaría que los expertos en geriatría ofrecieran servicios.
También ayudaría a aliviar parte del estrés de las hermanas. “Soy vieja y débil, pero a veces tengo que llevar agua para bañarme en un balde por falta de duchas”, dijo una monja anciana en la encuesta.
Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — En una amplia entrevista con la agencia de noticias Reuters, el papa Francisco condenó el aborto, descartó la idea de que se está preparando para renunciar y dijo que todavía espera poder visitar Rusia y Ucrania en el otoño.
El papa Francisco también le dijo a Philip Pullella, corresponsal de Reuters en el Vaticano, que si bien el acuerdo del Vaticano con China en 2018 sobre la nominación de obispos no fue ideal, fue posible, y espera que se renueve nuevamente en octubre.
El papa habló con Pullella el 2 de julio y partes de la entrevista se publicaron el 4 y 5 de julio, incluso en los propios medios de comunicación del Vaticano.
Consultado sobre el controvertido y aún inédito acuerdo del Vaticano con China sobre el nombramiento de obispos, el papa Francisco dijo: “El acuerdo avanza bien y espero que en octubre pueda ser renovado”.
Originalmente firmado en 2018 y renovado en 2020, el acuerdo supuestamente permite al papa aprobar o vetar a los obispos nominados por el Partido Comunista Chino. Hasta ahora, solo seis obispos han sido nombrados, ordenados e instalados en virtud del acuerdo; el último fue anunciado en septiembre de 2021.
El acuerdo ha sido criticado por el cardenal Joseph Zen Ze-kiun, obispo jubilado de Hong Kong, así como por defensores de la libertad religiosa y la administración del expresidente estadounidense Donald Trump.
Pero el papa Francisco dijo a Reuters que el acuerdo era lo mejor que la iglesia podía esperar en la actualidad.
“La diplomacia es así. Cuando te enfrentas a una situación bloqueada, tienes que encontrar la salida posible, no la ideal”, dijo el papa. “La diplomacia es el arte de lo posible y de hacer cosas para que lo posible se haga realidad”.
Cuando se le preguntó sobre el fallo de la Corte Suprema de EE. UU. en Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization el 24 de junio, una decisión que establece que no existe un derecho constitucional al aborto en los Estados Unidos, el papa Francisco dijo que no podía comentar sobre los aspectos técnicos de la decisión ni sobre Roe. v. Wade, que anuló.
“Realmente no entiendo (los detalles de) el fallo de hace 50 años, y ahora no puedo decir si estuvo bien o mal desde el punto de vista judicial. Respeto las decisiones”, dijo.
Sin embargo, dijo, el aborto en sí mismo “es un problema”.
“Yo pregunto: ‘¿Es lícito, es correcto, eliminar una vida humana para resolver un problema?’ Es una vida humana, eso es ciencia”, dijo el papa. “La pregunta moral es si es correcto quitarle la vida a un ser humano para resolver un problema. De hecho, ¿es correcto contratar a un asesino a sueldo para resolver un problema?”
Cuando se le preguntó sobre los obispos que niegan la Comunión a los políticos católicos que apoyan públicamente el aborto, el papa Francisco no entró en grandes detalles.
En cambio, repitió lo que dijo en el pasado cuando se le preguntó. “Cuando la iglesia pierde su naturaleza pastoral, cuando un obispo pierde su naturaleza pastoral, genera un problema político. Eso es todo lo que puedo decir”, dijo.
Pullella también le preguntó al papa Francisco sobre rumores de que estaba a punto de anunciar su renuncia, rumores que encontraron combustible adicional cuando el papa anunció que crearía nuevos cardenales a fines de agosto, un momento en que muchos funcionarios romanos y del Vaticano toman sus vacaciones de verano, y también cuando dijo que viajaría el 28 de agosto a la ciudad italiana de L’Aquila, el lugar de sepultura de San Celestino V, un papa del siglo XIII que abdicó apenas unos meses después de su elección.
Antes de renunciar, el papa Benedicto había visitado la tumba de San Celestino.
“Todas estas coincidencias hicieron que algunos pensaran que sucedería la misma ‘liturgia’, pero no se me pasó por la cabeza, nunca se me pasó por la cabeza”, dijo el papa Francisco a Reuters. “Por el momento no, de verdad. Pero cuando llegue el momento que vea que no puedo (dirigir la iglesia, por mala salud) lo haré”, dijo, refiriéndose a renunciar.
“Ese fue el gran ejemplo del papa Benedicto. Fue algo muy bueno para la iglesia. Les dijo a los papas que se detuvieran a tiempo”, dijo el papa. “Es uno de los grandes, Benedicto”.
Cuando se le preguntó sobre los rumores de que los médicos encontraron cáncer hace un año cuando el papa se sometió a una cirugía de colon, el papa Francisco se rió y dijo: “No me lo dijeron. No me lo dijeron”.
Pero, en realidad, dijo, “me explicaron todo bien, punto”.
El rumor del cáncer, dijo, “son chismes de la corte. El espíritu de la corte todavía está presente en el Vaticano. Y si lo piensas bien, el Vaticano es la última corte europea de una monarquía absoluta”.
El papa Francisco dijo que fue una decisión “dolorosa” posponer su viaje al Congo y Sudán del Sur, previsto del 2 al 7 de julio, “pero el médico me dijo que no lo hiciera porque todavía no puedo hacerlo. Lo haré”. el de Canadá porque el doctor me dijo: ‘Con 20 días más te vas a recuperar'”.
Dijo que se le inflamó un ligamento de la rodilla derecha, “y como caminaba mal y este caminar mal movía un hueso, (esto causó) una fractura allí, y ese es el problema”.
Sin embargo, dijo, “estoy mejorando poco a poco y, técnicamente, la calcificación ya se produjo, gracias a todo el trabajo realizado con el láser… y la magnetoterapia. Y ahora tengo que empezar a moverme porque hay peligro de perder el tono muscular si uno no se mueve”.
En cuanto a otros viajes, el papa Francisco dijo que le gustaría ir a Kyiv, Ucrania, y que podría ir después de su viaje a Canadá a fines de julio, pero que le gustaría “ir primero a Moscú. Intercambiamos mensajes sobre esto porque pensé que si el presidente de Rusia me diera una pequeña ventana, iría allí para servir a la causa de la paz”.
Por Lucía A. Silecchia
En la vida de una nación -como en la vida de cada persona- llegan días para enfrentar las fallas del pasado y tomar medidas para corregirlas. Eso siempre comienza con una admisión honesta de un error previo.
Cuando la Corte Suprema hizo exactamente esto en Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, mi primera reacción no fue, y no podía ser, alegría sin límites.
Necesariamente, la reversión de Roe v. Wade trae a la mente las más de sesenta millones de vidas únicas e irremplazables perdidas en los Estados Unidos solamente desde que se decidió Roe hace casi medio siglo. Además, contrariamente al furioso discurso público, Dobbs no pone fin al aborto en Estados Unidos. Más bien, devuelve la pregunta a los estados individuales. Me resulta incongruente que la protección legal de la vida de una persona dependa ahora de dónde se encuentre su madre.
Cuando los partidarios del aborto proclaman que los derechos fundamentales no deberían depender del estado en el que se encuentra alguien, estoy completamente de acuerdo con ellos, excepto, por supuesto, que discrepamos sobre qué derecho fundamental y de quién está en juego. Espero el día, aún no aquí, en que la ley de nuestra tierra ofrezca un escudo para proteger la vida de quienes están en el vientre de sus madres.
Sin embargo, todavía me encontraba agradecido el 24 de junio. Aunque Dobbs no brinda un escudo para proteger la vida humana inocente, después de 49 años, la Corte Suprema dictaminó que la Constitución ya no puede usarse como una espada para atacar los esfuerzos por defender esa vida. Por eso, estoy agradecido. Agradezco como un abogado dolido al ver el enorme poder de la ley utilizado para negar la humanidad de mis hermanas y hermanos más jóvenes.
Estoy agradecida como una mujer que sabe bien que la adulta que soy ha crecido completamente sin interrupciones desde la vulnerable célula individual que una vez fui. Estoy agradecido como un estadounidense que celebra cualquier paso, grande o pequeño, que hace que la ley de la república que amo se vuelva más protectora de los menos capaces de defenderse.
Agradezco también la fecha fortuita, el 24 de junio, en que recordaremos este hito. En asuntos importantes, creo que no hay coincidencias. Hay algo sobre el 24 de junio que habla de las dos formas en que podemos dar forma al mundo posterior a Roe que ahora se nos ha confiado.
Debido a una peculiaridad en el calendario litúrgico de 2022, la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús cayó el 24 de junio. El corazón fue hecho para el amor. Mientras observo la reacción explosiva a Dobbs, veo los carteles crudos y vulgares llevados por las calles de la ciudad, y siento el miedo y la ira profundos que se desata, este día de fiesta me recuerda que la primera respuesta a los tiempos en que nos encontramos debe ser un amor radical.
Este amor, en un mundo post-Dobbs, debería ser tangible. Este es el tiempo de renovar la ayuda material, afectiva y espiritual a las madres necesitadas; echar una mano a los que cuidan a los niños; apoyar a las madres en sus lugares de trabajo, escuelas, universidades y hogares; adoptar niños con los brazos abiertos y el corazón generoso; consolar a las madres que sufren las secuelas de los abortos; recordar a los hombres sus obligaciones para con sus hijos y las mujeres que los llevan; cuidar a las que se encuentran en medio de embarazos difíciles; consolar a quienes enfrentan diagnósticos prenatales aterradores e involucrar a los defensores del aborto con la confianza pacífica que proviene solo de una fuente de amor profundamente arraigado.
Los defensores de la vida que admiro mucho persiguen la defensa de la vida con gran amor lleno de gracia. Este amor, que he visto en acción, desmiente las airadas acusaciones de que aquellos que están a favor de la vida solo se preocupan por los niños antes de que sean entregados al mundo. Este amor tiene raíces profundas plantadas no en la tierra poco profunda de la política sino en la tierra profunda de los corazones amorosos.
Los días y años venideros necesitarán esta gran respuesta de amor. Ahora tenemos una oportunidad menos trabada y una responsabilidad sagrada de encontrar formas amorosas de dar la bienvenida a una nueva vida, apreciar esa vida en todas sus etapas y apoyar a las mujeres que llevan esa vida dentro de sí, a menudo en situaciones difíciles y solitarias que exigen un gran sacrificio personal.
Por lo general, sin embargo, el 24 de junio es la Solemnidad de la Natividad de Juan el Bautista. Así será en los próximos años cuando conmemoremos el aniversario de Dobbs. Esto sugiere la segunda parte crucial de una respuesta a Dobbs.
Juan el Bautista fue un profeta que proclamó tanto la necesidad de alejarse del mal como la promesa de algo más grande por venir. Murió por su valiente testimonio, pero no se dejó intimidar. Mientras las batallas por la vida misma se libran ahora en los parlamentos de todo el país, en las instalaciones médicas y en las mesas de los comedores, necesitamos profetas que continúen hablando con convicción sobre la dignidad de la vida humana en todas las etapas y en todas las condiciones. Necesitamos profetas que enfrenten los ataques a la vida dondequiera que se encuentren y tengan el coraje de defenderla.
Necesitamos profetas que usen sus dones para construir una cultura de la vida, abogar por leyes justas y evitar que la vida inocente sea descartada en una “cultura del descarte”.
Necesitamos profetas que nos desafíen a reformar nuestros sistemas de adopción y cuidado de crianza, mejorar la atención de la salud física y mental antes y después del parto para las madres y sus hijos, y alentar todo lo que se pueda hacer para mejorar la seguridad del embarazo y el parto. Necesitamos profetas que exijan que las mujeres sean tratadas con igual dignidad y que quienes las violen o agredan sean llevados ante la justicia.
Necesitamos profetas que hablen sobre la santidad del sexo, las obligaciones de los hombres y la dignidad de los que nacen con discapacidades. Necesitamos profetas que nos recuerden todo lo que una mujer con un hijo puede hacer y puede ser. Necesitamos profetas que proclamen la promesa de algo mejor que la violencia del aborto.
Dobbs es sólo un paso adelante. Fue, sin lugar a dudas, una importante, pero lejos de ser la final. Un futuro mejor ahora está en manos de todos los que tienen la fuerza para ser profetas amorosos en estos nuevos días de tiempos ordinarios.
(Lucia A. Silecchia es Profesora de Derecho en la Universidad Católica de América. “Sobre tiempos ordinarios” es una columna quincenal que reflexiona sobre las formas de encontrar lo sagrado en lo simple. Envíale un correo electrónico a silecchia@cua.edu)
Por Padre Ron Rolheiser
Todavía hay personas en todas partes que creen que ya no hay ningún problema con respecto a la condición de la mujer. Está muy extendida la creencia de que hoy, al menos en los países democráticos, las mujeres gozan de plena igualdad con los hombres.
Además, para muchos, el feminismo es una mala palabra, políticamente cargada, que representa una ideología liberal radical cuya agenda está en desacuerdo con los valores familiares tradicionales. ¿Qué hay que decir sobre esto?
En primer lugar, el feminismo, como el cristianismo, es un término amplio que incluye tanto expresiones sanas como estridentes. Las hay buenas feministas y las hay estridentes, como ocurre también con las cristianas. Sea como fuere, mi propósito principal aquí es sugerir que nada puede estar más lejos de la verdad que la ingenua creencia de que la igualdad de género se ha logrado, en cualquier lugar. No lo ha hecho, ni por asomo.
¿Por qué digo esto? Antes de ofrecer evidencia más sustancial, permítanme resaltar solo un ejemplo. Vivo en el Oeste, en los Estados Unidos, en América, en Texas, en San Antonio (una ciudad muy cristiana y compasiva), en una cultura democrática que se enorgullece y se cree un faro para el mundo vis-à- frente a los derechos humanos y la igualdad de la mujer.
Sin embargo, mientras leo nuestro periódico diario, rara vez pasa una sola semana en la que no haya un informe de una mujer que muere a causa de la violencia doméstica. Además, estos son solo informes de mujeres asesinadas por una pareja doméstica; los números son sin duda astronómicamente más altos en términos de mujeres que sufren abuso físico y sexual en nuestros hogares. Tenga en cuenta que en el 90% de estos casos es la mujer la que muere.
Sin embargo, para fundamentar la afirmación de que las mujeres todavía sufren, masiva y desproporcionadamente, la desigualdad, permítanme citar una serie de comentarios de un libro reciente, Awakening, de Joan Chittister:
• “El hecho es que dos tercios de los pobres del mundo son mujeres, dos tercios de los analfabetos del mundo son mujeres y dos tercios de los hambrientos del mundo son mujeres. La opresión de la mitad de la raza humana no puede explicarse por accidente. … Las mujeres son la mayoría de los pobres, la mayoría de los refugiados, la mayoría de los sin educación, la mayoría de los golpeados y la mayoría de los rechazados del mundo”.
• “La historia de la mujer es una historia de opresión, discriminación y violencia histórica y universal. En el budismo, las mujeres que han llevado una vida de total dedicación espiritual son entrenadas para recibir órdenes del más joven de los monjes varones. En el Islam, las mujeres deben cubrirse la cabeza con un velo y cubrirse el cuerpo para expresar su indignidad y señalar el hecho de que pertenecen a algún hombre. En el hinduismo, las mujeres son abandonadas por sus maridos por actividades más elevadas y mayores dotes o se les hace responsables de su muerte en virtud del mal karma de una mujer. En la mayoría de las formas de judaísmo, a las mujeres se les niega el acceso a la educación y los rituales religiosos. En el cristianismo, hasta hace poco y en muchos sectores todavía, los derechos jurídicos de la mujer se han equiparado con los de los hijos menores; golpear a la esposa está protegido por el derecho doméstico e incluso la vida espiritual de la mujer está dictada, dirigida y controlada por los hombres de fe”.
Además, Chittister destaca una ironía que generalmente pasa desapercibida y, peor aún, a menudo se usa para camuflar nuestro fracaso en otorgarles a las mujeres el mismo estatus. Aquí está la ironía. Muchos de nosotros fomentamos, consciente o inconscientemente, una actitud que bien podría llamarse feminismo romántico en la que idealizamos y exaltamos en exceso a las mujeres y, irónica pero comprensiblemente, terminamos negándoles la plena igualdad.
Así lo expresa Chittister: “en ninguna otra clase, seguramente tiene tanta poesía, tanta música, tantas flores, tanta adulación, tanta tolerancia, tanto amor romántico y tan poco respeto moral e intelectual, espiritual y humano. sido prodigado.” En esencia, una idealización excesiva de las mujeres les dice: ¡eres tan especial y maravillosa que no deberías ser tratada de la misma manera que los hombres!
Tengo la edad suficiente para haber vivido un par de generaciones de feminismo. En las décadas de 1980 y 1990, cuando enseñaba teología en un par de universidades, el feminismo, tanto saludable como estridente, era muy fuerte dentro de la facultad y en gran parte del alumnado. Confieso que no siempre estuve a gusto con él, especialmente con su tono muchas veces militante. Sentí su legitimidad, incluso cuando temía su estridencia.
Bueno, los tiempos han cambiado. Hoy, en las aulas en las que enseño, me encuentro cada vez más con mujeres, mujeres más jóvenes, que tienen poca simpatía o uso por el feminismo de los años ochenta y noventa. Hay casi una actitud condescendiente hacia aquellas mujeres que fueron pioneras en la agenda feminista.
En parte, es algo generacional que es comprensible. En parte, sin embargo, también es una ingenuidad, una creencia infundada de que la batalla ha sido ganada, que las mujeres ahora han alcanzado la plena igualdad y que ya no hay necesidad de las batallas al viejo estilo.
Entonces, cuando leo las sombrías estadísticas de Chittister y leo sobre la violencia doméstica casi a diario en nuestros periódicos, añoro a esas luchadoras feministas que una vez conocí en las aulas y en las reuniones de profesores hace tantos años.
(El padre oblato Ron Rolheiser es teólogo, maestro y autor galardonado. Se le puede contactar a través de su sitio web www.ronrolheiser.com. Ahora en Facebook www.facebook.com/ronrolheiser)
Por Joanna Puddister King
En la noche del 6 de julio, la Organización de Salud de Mujeres de Jackson cerró sus puertas por última vez, por primera vez en 49 años que el estado de Mississippi no tiene una clínica de aborto en funcionamiento. Esto se produce después que la Corte Suprema de EE. UU. revocara su decisión de casi cinco décadas en Roe v. Wade que legalizó el aborto.
La opinión de la Corte en Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization emitida el viernes 24 de junio sostuvo que la Constitución no confiere el derecho al aborto, con la autoridad devuelta a los estados para regular el aborto.
El caso de Dobbs se centró en la legislación de Mississippi que se aprobó en 2018 llamada Ley de edad gestacional, que buscaba prohibir los abortos después de las 15 semanas de gestación. La clínica de abortos de Jackson y uno de sus médicos demandaron a los funcionarios de Mississippi en un tribunal federal, alegando que la ley era inconstitucional.
La corte federal de distrito y la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito fallaron a favor de la clínica, bloqueando la promulgación de la ley.
En mayo de 2021, la Corte Suprema de EE. UU. decidió que tomaría el caso Dobbs, lo que marca la primera vez desde Roe que se tomaría una prohibición de viabilidad previa. Se presentaron más de 140 escritos de amici curiae ante la Corte Suprema sobre el caso Dobbs, el primero de ellos de las diócesis de Jackson y Biloxi, en los que se afirma que “la iglesia tiene un interés creado en este asunto: la dignidad y la santidad de toda vida humana.”
Si bien originalmente le pidió a la Corte que escuchara los argumentos sobre una cuestión de viabilidad, si todas las prohibiciones previas a la viabilidad de los abortos electivos son inconstitucionales, Mississippi cambió de rumbo y argumentó ante la Corte Suprema el 1 de diciembre de 2021, que Roe debería anularse por completo y que la autoridad para regular el aborto sea devuelta a los estados.
Con una mayoría de 5 a 4, el juez asociado Samuel Alito escribiendo y afirma que “sostenemos que Roe y Casey deben ser anulados. … La Constitución no hace referencia al aborto y dicho derecho no está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional”. La opinión de Alito reflejaba de cerca un borrador de opinión mayoritario inicial filtrado y compartido el 2 de mayo por Político.
A Alito se le unieron los jueces Clarence Thomas, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett. El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, estuvo de acuerdo con la mayoría, pero en una opinión separada escribió que habría tomado “un curso más mesurado” al “rechazar la línea de viabilidad equivocada” de Roe y Casey, pero sin anular por completo a Roe.
La Corte Suprema tiene seis católicos en el banquillo: los jueces Alito, Kavanaugh, Thomas, Coney Barrett, Roberts y Sonja Sotomayor y esta última se unen los jueces Stephen Breyer y Elena Kagan en desacuerdo con la mayoría.
“Un resultado de la decisión de hoy es seguro la restricción de los derechos de las mujeres y de su condición de ciudadanas libres e iguales,” escribieron los jueces disidentes.
Una de las principales preocupaciones de los jueces disidentes fue el descarte del balance de viabilidad proporcionado por Roe y Casey. “Hoy, la Corte descarta ese balance. Dice que, desde el mismo momento de la fertilización, una mujer no tiene derechos de los que hablar,” escribieron los jueces, mencionando que algunos estados ya aprobaron leyes de “activación” supeditadas a que la Corte Suprema de EE. UU. revoque Roe v. Wade.
La ley de activación de Mississippi se aprobó en 2007 y solo permite el aborto si la vida de la mujer embarazada está en peligro o si el embarazo es causado por una violación denunciada a la policía. Otros doce estados también tienen leyes de activación.
El lunes 27 de junio, después que la fiscal general de Mississippi, Lynn Fitch, certificara que Roe había sido revocada, el reloj comenzó a correr en la ley de activación, que entraría en vigor el 7 de julio, 10 días después de la determinación.
Después que se publicó la decisión de Dobbs, se emitieron muchas declaraciones de celebración y algunas de indignación.
Los obispos Joseph R. Kopacz y Louis F. Kihnemann emitieron una declaración conjunta elogiando la decisión y reconociendo que queda mucho por hacer para ayudar a las madres y las familias.
“La iglesia continuará acompañando a las mujeres y parejas que enfrentan embarazos difíciles o inesperados y durante los primeros años de la paternidad, a través de iniciativas como Walking with Moms in Need”, declararon los obispos en su comunicado del 24 de junio. “Nuestras respectivas diócesis continuarán colaborando con organizaciones como Her Plan, Pro-Life Mississippi y muchas otras para brindar servicios vitales para apoyar a las madres y los no nacidos.”
El líder católico, vicegobernador de Mississippi, Delbert Hosemann, declaró que Mississippi es líder en la protección de los no nacidos con una ley vigente que prohíbe el aborto.
“Soy pro-vida”, declaró Hosemann. “Yo también soy pro-niño. Además de proteger a los no nacidos, también debemos centrarnos en otras formas de apoyar a las mujeres, los niños y las familias”.
La procuradora general de Mississippi, Lynn Fitch, quien lideró los esfuerzos para anular a Roe, también emitió una declaración después de la decisión que decía: “Ahora, nuestro trabajo para empoderar a las mujeres y promover la vida realmente comienza. La Corte ha soltado su control sobre la elaboración de políticas de aborto y se lo ha devuelto a la gente”.
La USCCB también emitió una declaración del arzobispo José H. Gómez de Los Ángeles, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, y del arzobispo William Lori de Baltimore, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la USCCB.
“La decisión de hoy también es el fruto de las oraciones, los sacrificios y la defensa de innumerables estadounidenses comunes de todos los ámbitos de la vida. Durante estos largos años, millones de nuestros conciudadanos han trabajado juntos pacíficamente para educar y persuadir a sus vecinos sobre la injusticia del aborto, ofrecer atención y asesoramiento a las mujeres y trabajar por alternativas al aborto.”
El ambiente fuera de la Organización de Salud de Mujeres de Jackson, también conocida como la “Casa Rosada” debido al tono rosa brillante que se pintó en enero de 2013, era todo menos pacífico después de la decisión de Dobbs. Hasta que la clínica cerró definitivamente la tarde del 6 de julio, las voces pro-vida y pro-elección chocaron entre los reporteros de noticias nacionales y locales de cerca y de lejos.
Como un esfuerzo por seguir brindando servicios, la Organización de Salud de Mujeres de Jackson solicitó una orden de restricción temporal para bloquear la entrada en vigencia de la ley de activación, pero la jueza de la cancillería, Debbra K. Halford, la denegó el martes 5 de julio, argumentando que la Corte Suprema del estado revertiría el fallo Pro-Choice Mississippi v. Fordice de 1998 que se basó en la Constitución de Mississippi para el derecho a la privacidad.
Mississippi Free Press informó que la clínica presentó una petición a la Corte Suprema de Mississippi para permitir su reapertura, citando a Fordice donde la corte declaró que no “interpretó nuestra Constitución como un reconocimiento de un derecho explícito al aborto, creemos que la integridad corporal autónoma es protegida bajo el derecho a la privacidad como se establece en ‘In re-Brown’.”
A nivel nacional, el presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva el viernes 8 de julio con el objetivo de proteger el acceso al aborto luego de que la Corte Suprema anulara Roe. La orden intenta proteger el acceso al aborto con medicamentos, el acceso a la anticoncepción y garantizar el derecho del paciente a los servicios médicos de emergencia.
Hablando desde la Casa Blanca el 8 de julio, el presidente Biden instó a las mujeres a “ir a las urnas” para “reclamar el derecho que les quitó la corte”. Afirmó que “la forma más rápida de restaurar Roe es aprobar una ley nacional, codificando Roe.”
En respuesta, la USCCB emitió una declaración del arzobispo Lori que decía: “Le imploro al presidente que abandone este camino que conduce a la muerte y la destrucción y elija la vida. Como siempre, la Iglesia Católica está lista para trabajar con esta Administración y todos los funcionarios electos para proteger el derecho a la vida de todos los seres humanos y para garantizar que las madres embarazadas y con hijos reciban pleno apoyo en el cuidado de sus hijos antes y después del nacimiento.”
Los obispos Kopacz y Kihnemann siguen “agradecidos por la decisión de la Corte Suprema, pero también son conscientes de que la batalla para defender la santidad de la vida es un esfuerzo continuo. Oremos y sigamos elevando nuestras voces tanto en nuestras iglesias como en nuestras comunidades en defensa de la dignidad humana y la justicia.”
(Esta es una historia en desarrollo. Al momento de la publicación, la Corte Suprema de Mississippi no ha emitido una decisión sobre su fallo anterior de Fordice. Por ahora, la Clínica de Salud de Mujeres de Jackson permanece cerrada).