NACIÓN NASHVILLE, Tenn. (OSV News) – En medio de una ofensiva de inmigración en Nashville que ha vaciado los bancos en varias parroquias de habla hispana, la Diócesis de Nashville está recordando a los fieles que, siguiendo las enseñanzas de la propia Iglesia y el derecho canónico, no están obligados a asistir a la misa dominical si temen por su bienestar. Este mensaje, difundido en las parroquias de la diócesis de Nashville, se produce en medio de una operación conjunta entre el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. y la Patrulla de Carreteras de Tennessee que, hasta el momento, se ha saldado con 196 detenciones. Rick Musacchio, director ejecutivo de la Conferencia Católica de Tennessee, proporcionó a OSV News una copia de la declaración sobre la asistencia a misa. «En respuesta a las recientes actividades de aplicación de la ley de inmigración en el área de Nashville, muchos de los de nuestra diócesis están preocupados por la posibilidad de ser confrontados o detenidos mientras asisten a misa u otros eventos parroquiales», declaró. «Nuestras iglesias permanecen abiertas para dar la bienvenida y servir a nuestras comunidades parroquiales, pero ningún católico está obligado a asistir a misa el domingo si hacerlo pone en riesgo su seguridad». Hablando en nombre de la diócesis, Musacchio dijo a OSV News que «la asistencia a la misa dominical en nuestras dos parroquias principales, principalmente de habla hispana, se redujo alrededor del 50%» debido a la operación del ICE. Dijo que el mensaje pretende ayudar a los párrocos a «aconsejar a nuestro rebaño … que cualquier católico individual puede determinar que es demasiado peligroso ir a misa por cualquier razón, y no debe sentirse obligado a ir a misa» en tales condiciones.
La gente reacciona con júbilo durante una Misa en la Catedral de Santa María de Chiclayo en Perú 10 de mayo 2025, celebrando la elección del Papa León XIV 8 de mayo en el Vaticano. El nuevo Papa fue obispo de Chiclayo entre 2015 y 2023. (Foto OSV News /Sebastian Castaneda, Reuters)
MUNDO CHICLAYO, Perú (OSV News) – Miles de personas se reunieron fuera de la Catedral de Santa María de Chiclayo para dar gracias por su querido ex obispo – ahora Papa León XIV. Conocido localmente como Monseñor Robert Prevost, fue obispo de Chiclayo de 2015 a 2023 antes de convertirse en cardenal y ahora en Papa. Su profundo amor por el pueblo peruano, especialmente por los pobres, fue celebrado con alegres cánticos de «¡Viva el Papa León!» y «¡El papa es chiclayano!». Mons. Edinson Farfán Córdova, su sucesor, calificó la elección como un regalo del Señor Resucitado, recordando a León XIV como un hombre que caminó con el pueblo, abrazó su cultura y vivió sus luchas. Desde viajar a zonas inundadas hasta instalar plantas de oxígeno durante la pandemia, su legado pastoral dejó un profundo impacto. Aunque nació en Chicago, el Papa León se nacionalizó peruano y se le recuerda con cariño por su humildad, su cercanía a los fieles y su amor por las tradiciones locales, desde el ceviche hasta las tortitas de choclo. Su corazón misionero y sus raíces agustinianas le han convertido en un Papa de comunión y servicio. Para muchos peruanos, su elección es algo extraordinario: la prueba de que un obispo de Chiclayo puede inspirar a la Iglesia universal.
Visitación de la Bienaventurada Virgen María. 31 de mayo
Ascensión del Señor. Día de obligación. 1 de junio
San Bonifacio. 5 de junio
Domingo de Pentecostés. 8 de junio
Bienaventurada Virgen María, madre de la Inglesia. 9 de junio
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By Cindy Wooden CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Con una multitud enorme y festiva reunida en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV dirigió su primera recitación dominical de la oración “Regina Coeli” e instó a todos los católicos a rezar por las vocaciones, especialmente al sacerdocio y a la vida religiosa. Antes de que el Papa apareciera en el balcón central de la Basílica de San Pedro el 11 de mayo, la multitud fue entretenida por docenas de bandas de música y grupos de danza folclórica que habían marchado a la plaza después de asistir a una Misa al aire libre por el Jubileo de las Bandas y del Espectáculo Popular. El Papa León señaló también que era el Día de la Madre en Italia, Estados Unidos y otros países. “Envío un afectuoso saludo a todas las madres, con una oración por ellas y por las que ya están en el cielo”, dijo. “¡Feliz Día de la Madre a todas las madres!”. Las autoridades italianas estimaron que 100.000 personas se encontraban en la Plaza de San Pedro o en las calles aledañas para unirse al nuevo Papa en la oración del mediodía. En su discurso principal, el Papa León dijo que era un “un don de Dios” que su primer domingo como obispo de Roma fuera el domingo del Buen Pastor, en el que la Iglesia proclama un pasaje de Juan 10 “donde Jesús se revela como el verdadero Pastor, que conoce, ama y da la vida por sus ovejas”. También es el día en que la Iglesia Católica ofrece oraciones especiales por las vocaciones, especialmente al sacerdocio y a la vida religiosa. Es importante, dijo, que “los jóvenes encuentren en nuestras comunidades: acogida, escucha, estímulo en su camino vocacional” en sus comunidades, y que “puedan contar con modelos creíbles de entrega generosa a Dios y a sus hermanos”, dijo el Papa. Destacando que el Papa Francisco había lanzado un mensaje en marzo en preparación para esta jornada de oración, el Papa León dijo a la multitud: “Hagamos nuestra la invitación que el Papa Francisco nos dejó en su mensaje para esta jornada en las que nos pedía a acoger y acompañar a los jóvenes”. “Roguemos al Padre celestial el ser, los unos para los otros, cada uno según su estado, pastores ‘según su corazón’, capaces de ayudarnos mutuamente a caminar en el amor y en la verdad”, dijo el nuevo Papa. Dejando a un lado el texto preparado, se dirigió a los jóvenes presentes en la plaza, diciendo: “A los jóvenes les digo: ¡No tengan miedo! ¡Acepten la invitación de la Iglesia y de Cristo el Señor!”. Tras recitar el “Regina Coeli”, mencionó cómo el 8 de mayo, día de su elección, se celebraba el 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Aunque eso es motivo de celebración, dijo, “la Tercera Guerra Mundial se está combatiendo a pedazos, como ha afirmado repetidamente el Papa Francisco. Yo también hago un llamamiento a los líderes del mundo, repitiendo esta súplica siempre actual: ¡Nunca más la guerra!”. El Papa León rezó por el “amado pueblo ucraniano”, diciendo: “Que se haga todo lo posible para alcanzar cuanto antes una paz verdadera, justa y duradera. Que todos los prisioneros sean liberados y que los niños vuelvan con sus familias”. Ucrania afirma que miles de niños han sido llevados a la fuerza a Rusia durante la guerra. El Papa también dijo a la multitud: “Me causa mucho dolor lo que está sucediendo en la franja de Gaza. Que cese inmediatamente el fuego y que se lleve ayuda humanitaria a la extenuada población civil y que se liberen a todos los prisioneros”. Elogió a India y Pakistán por alcanzar un acuerdo de alto el fuego, pero dijo: “Pero, ¿cuántos otros conflictos hay en el mundo?”. El Papa León encomendó su “sentida súplica” por la paz a María, “Reina de la Paz, para que la presente al Señor Jesús y nos obtenga el milagro de la paz”. Previamente, el Papa León había celebrado la Misa en un altar cercano a la tumba de San Pedro, en la gruta de la Basílica de San Pedro. El padre Alejandro Moral Antón, Prior General de la Orden de San Agustín, a la que pertenecía el Papa, fue el celebrante principal. Después, según la oficina de prensa del Vaticano, el Papa León se detuvo a rezar ante las tumbas de los pontífices enterrados en la gruta.
Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D. La celebración de la resurrección del Señor durante la temporada de Pascua siempre lleva las marcas del renacimiento de la vida en la iglesia, así como en el mundo natural que nos rodea. Comenzando con la Vigilia Pascual, las aguas del Bautismo, la unción con el crisma, la proclamación de la Palabra de Dios y la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de cristo son las formas ordinarias y extraordinarias en que nuestras comunidades parroquiales florecen como miembros del Cuerpo de Cristo. La esperanza y la alegría que brotan del amor del Señor resucitado lanzan raíces a nuestro alrededor.
Obispo Joseph R. Kopacz
A la luz de esto, es evidente que la muerte del Papa Francisco y la elección del Papa León XIV han profundizado nuestra experiencia de los ritmos del misterio pascual en el tiempo pascual. El fallecimiento del Papa Francisco después de 12 años como Santo Padre evocó una efusión mundial de gratitud amorosa en nombre de este líder espiritual cuya voz profética inspiró a muchos dentro y fuera de la Iglesia. La liturgia luctuosa y los ritos solemnes y procesiones que lo acompañaban colocaron a la iglesia en el escenario mundial durante un largo período de tiempo, proclamando a todos los participantes y observadores la esencia de nuestra fe y esperanza en el crucificado y resucitado de entre los muertos. Francisco encarnaba la mente y el corazón del Buen Pastor a través de palabras y gestos, a través de la enseñanza y la evangelización, y a través de su medida como la voz de la conciencia y los derechos humanos en todo el mundo, fue evidente en las respuestas de todo el espectro de la vida, incluidos los jefes de estado y las personas sin hogar. Que nuestras oraciones llenas de esperanza de la liturgia exequial acompañen a este siervo de Dios. “Que los ángeles te conduzcan al paraíso; que los mártires vengan a saludar en el camino y os lleven a la ciudad santa, la nueva y eterna Jerusalén. Que coros de ángeles os acojan y conduzcan al seno de Abraham; donde Lázaro ya no es pobre y que encuentres el descanso eterno”. Después de hacer una pausa para un momento adecuado de luto y permitir a los cardenales electores la oportunidad de instalarse y prepararse para el cónclave, el ciclo de noticias de 24 horas se activó una vez más. Desde eclesiásticos hasta apostadores de Las Vegas, hubo una considerable especulación sobre quién emergería como el papa número 267.
Un hombre con un rosario y una bandera estadounidense reacciona cuando el cardenal Robert Francis Prevost, que ha elegido el nombre papal de León XIV, aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro en el Vaticano el 8 de mayo de 2025, tras su elección. Es el primer Papa americano de la historia. (Foto OSV News/Dylan Martinez, Reuters)
La tradición del cónclave, de 700 años de antigüedad, fue explorada y analizada de todas las formas imaginables, y de hecho se apoderó de la imaginación. Aún más impresionante fue el hecho de que los 130+ cardenales representaban a 71 países, prueba viviente de la Iglesia Católica es global. Pero aún seguía la pregunta ¿se prolongaría el cónclave, o terminaría en cuestión de dos o tres días, su duración en las últimas elecciones era una pregunta repetida? Miles de personas que se reunieron con alegría y oración en la Plaza de San Pedro para esperar el humo blanco y el toque de las campanas representaron a muchas otras personas de todo el mundo que permanecieron vigilantes en oración y esperanza gozosa. Por fin, llegó el momento. ¡Habemus Papam! Para sorpresa de la mayoría de los que estaban pegados a los procedimientos, la iglesia está celebrando al primer papa estadounidense. Parece que los apostadores no tuvieron en cuenta el impacto del Espíritu Santo. Estamos en el comienzo de un nuevo día en el centro de la Iglesia Católica con la elección del Papa León XIV, el ex Cardenal Robert Francis Prevost. Su comunidad religiosa agustina y las naciones del Perú y los Estados Unidos, junto con todo el mundo católico, se alegran de recibirlo como sucesor de San Pedro, Vicario de Cristo, Obispo de Roma y Siervo de los Siervos de Dios. El nombre de Leo es profundamente significativo para nuestros tiempos y dice mucho sobre las esperanzas y los sueños de nuestro Santo Padre para nuestra iglesia y el mundo.
Por Cindy Wooden CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – El cardenal Robert F. Prevost, nacido en Chicago y prefecto del Dicasterio para los Obispos bajo el Papa Francisco, fue elegido el 267º Papa el 8 de mayo y tomó el nombre de Papa León XIV. Es el primer norteamericano elegido Papa y, antes del cónclave, era el cardenal estadounidense más mencionado como posible sucesor de San Pedro. Tiene la nacionalidad estadounidense y peruana, ya que sirvió como misionero en Perú por muchos años. La fumata blanca salió de la chimenea del tejado de la Capilla Sixtina a las 6:07 p.m., hora de Roma, y pocos minutos después empezaron a sonar las campanas de la Basílica de San Pedro. Unos 20 minutos más tarde, la banda de la policía vaticana y dos docenas de miembros de la Guardia Suiza Pontificia entraron en la plaza de San Pedro. Pronto se les unió la banda de música de los Carabinieri italianos, una rama de la policía militar, y unidades de otras ramas del ejército italiano. Apenas se conoció la noticia, gentes de toda Roma corrieron a unirse a las decenas de miles que ya se encontraban en la plaza para ver el humo. Entre ellos se encontraba el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri. El cardenal francés Dominique Mamberti, protodiácono del Colegio Cardenalicio, apareció en el balcón central de la basílica de San Pedro a las 7:12 p.m.: “Os anuncio una gran alegría. Tenemos Papa (‘Habemus papam’)”, diciendo el nombre del cardenal en latín y anunciando el nombre por el que será llamado. El nuevo Papa León salió al balcón, sonriendo y saludando a la multitud vestido con la sotana papal blanca, una mozzetta o capa roja y una estola roja para dar su primera bendición pública “urbi et orbi” (a la ciudad y al mundo).
El Papa León XIV, quien antes fuera el cardenal Robert F. Prevost, saluda a la multitud en la Plaza de San Pedro del Vaticano tras su elección como Papa el 8 de mayo de 2025. El nuevo Papa nació en Chicago. (Foto CNS/Lola Gomez)
La multitud gritó repetidamente “Viva el Papa”, mientras los ojos del Papa León parecían lagrimear. “La paz esté con ustedes”, fueron las primeras palabras del Papa León a la multitud. “Mis queridos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo resucitado, el buen pastor que dio su vida por el rebaño de Dios”, dijo, rezando para que la paz de Cristo entrara en los corazones de la gente, en sus familias y en “toda la tierra”. La paz del Señor resucitado, dijo, es “una paz desarmada y una paz desarmante”. Señalando una fuerte continuidad con el papado del Papa Francisco, el Papa León dijo a la multitud que Dios “nos ama a todos incondicionalmente” y que la iglesia debe estar abierta a todos. “Todos estamos en las manos de Dios”, dijo, así que “sin miedo, unidos, de la mano de Dios y entre nosotros, vayamos adelante”. Agradeció a los cardenales que le eligieron, al parecer en la cuarta votación del cónclave, “para ser el sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes como Iglesia unida buscando siempre la paz, la justicia” y siendo juntos discípulos misioneros de Cristo. Diciendo a la multitud que era agustino, citó a San Agustín, que dijo: “Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo”. “Juntos debemos intentar ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construya puentes de diálogo. Siempre abierta a recibir a todos como esta plaza con los brazos abiertos a todos aquellos que tienen necesidad”, dijo. El nuevo obispo de Roma dijo a la gente de su diócesis y de toda la Iglesia católica: “Queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que siempre buscar estar cerca de la gente, especialmente de los que sufren”. Tras pedir a la multitud que rezara el Ave María con él, el Papa León pronunció su primera bendición solemne. Los cardenales que tenían más de 80 años, quienes no podían participar en el cónclave, se unieron a la multitud en la plaza. Entre ellos se encontraban los cardenales Seán P. O’Malley, arzobispo emérito de Boston; Donald W. Wuerl, arzobispo emérito de Washington; y Marc Ouellet, prefecto emérito de la Congregación para los Obispos. El Papa, de 69 años, ha sido durante mucho tiempo misionero en Perú y tiene la nacionalidad estadounidense y peruana. La Repubblica, el principal diario italiano, lo describió el 25 de abril como “cosmopolita y tímido”, pero también dijo que era “apreciado por conservadores y progresistas. Tiene visibilidad mundial en un cónclave en el que pocos (cardenales) se conocen”. Esa visibilidad proviene del hecho de que, como prefecto del Dicasterio para los Obispos durante los últimos dos años, fue fundamental para ayudar al Papa Francisco a elegir obispos para muchas diócesis de rito latino, se reunió con cientos de obispos durante sus visitas “ad limina” a Roma y fue llamado a ayudar a los obispos de rito latino del mundo “en todos los asuntos relacionados con el ejercicio correcto y fructífero del oficio pastoral que se les ha confiado”. El nuevo Papa estaba sirviendo como obispo de Chiclayo, Perú, cuando el Papa Francisco lo llamó a servir en el Vaticano en enero de 2023. Durante una charla en la parroquia de San Judas en Chicago en agosto, el entonces cardenal dijo que el Papa Francisco lo nominó para ese puesto “específicamente porque no quería que alguien de la Curia Romana asumiera este papel. Quería a un misionero; quería a alguien de fuera; quería a alguien que entrara con una perspectiva diferente”. En una entrevista de marzo de 2024 con Catholic News Service, dijo que la decisión del Papa Francisco en 2022 de nombrar a tres mujeres como miembros de pleno derecho del dicasterio, dándoles entrada en la selección de obispos “contribuye significativamente al proceso de discernimiento en la búsqueda de quienes esperamos sean los mejores candidatos para servir a la Iglesia en el ministerio episcopal”. Para disuadir actitudes de clericalismo entre los obispos, dijo, “es importante encontrar hombres que estén verdaderamente interesados en servir, en predicar el Evangelio, no sólo con palabras elocuentes, sino más bien con el ejemplo y el testimonio que dan”. De hecho, dijo el cardenal, el baluarte “más eficaz e importante” del Papa Francisco contra el clericalismo es ser “un pastor que predica con el gesto”. En una entrevista en 2023 con Vatican News, el entonces cardenal Prevost habló sobre la cualidad de liderazgo esencial de un obispo. “El Papa Francisco ha hablado de cuatro tipos de cercanía: cercanía a Dios, a los hermanos obispos, a los sacerdotes y a todo el pueblo de Dios”, dijo. “No hay que ceder a la tentación de vivir aislados, separados en un palacio, satisfechos con un determinado nivel social o un determinado nivel dentro de la Iglesia”. “Y no debemos escondernos detrás de una idea de autoridad que hoy ya no tiene sentido”, dijo. “La autoridad que tenemos es servir, acompañar a los sacerdotes, ser pastores y maestros”. Como prefecto de ese dicasterio, el entonces cardenal Prevost también fue presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, donde reside casi el 40% de los católicos del mundo. Natural de Chicago, también fue prior general de los agustinos y pasó más de dos décadas sirviendo en Perú, primero como misionero agustino y después como obispo de Chiclayo. Poco después de llegar a Roma para dirigir el dicasterio, declaró a Vatican News que los obispos tienen la misión especial de promover la unidad de la Iglesia. “La falta de unidad es una herida que sufre la Iglesia, muy dolorosa”, dijo en mayo de 2023. “Las divisiones y las polémicas en la Iglesia no ayudan nada. Los obispos especialmente debemos acelerar este movimiento hacia la unidad, hacia la comunión en la Iglesia”. En septiembre, un programa de televisión de Perú informó sobre las acusaciones de tres mujeres que afirmaban que el entonces obispo Prevost no actuó contra un sacerdote que abusó sexualmente de ellas cuando eran menores. La diócesis negó rotundamente la acusación, señalando que se reunió personalmente con las víctimas en abril de 2022, apartó al sacerdote de su parroquia, lo suspendió de su ministerio y llevó a cabo una investigación local que luego se remitió al Vaticano. El Vaticano dijo que no había pruebas suficientes para proceder, al igual que la fiscalía local. El Papa León XIV nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois. Licenciado en Matemáticas por la Universidad agustiniana de Villanova, Pensilvania, ingresó en la orden en 1977 y emitió los votos solemnes en 1981. Es licenciado en Teología por la Catholic Theological Union de Chicago y doctor por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino de Roma. Se unió a la misión agustiniana en Perú en 1985 y trabajó en el país hasta 1999, cuando fue elegido jefe de la provincia agustiniana de Chicago. De 2001 a 2013, fue prior general de esta orden. En 2014, el Papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo, en el norte de Perú, y el Papa le pidió también que fuera administrador apostólico de Callao, Perú, de abril de 2020 a mayo de 2021. El nuevo Papa habla inglés, español, italiano, francés, portugués y sabe leer latín y alemán.
Por Cindy Wooden CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – El Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril a la edad de 88 años, energizó a millones de católicos – y causó preocupación para algunos – al transformar la imagen del pontificado en un ministerio pastoral basado en encuentros personales y fuertes convicciones sobre la pobreza, la misión y el diálogo. El cardenal estadounidense Kevin J. Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, anunció que el Papa Francisco había fallecido a las 7:35 de la mañana. “Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia”, dijo el cardenal Farrell en un anuncio en vídeo emitido desde la capilla de la Domus Sanctae Marthae, donde vivía el Papa Francisco. Los gestos del primer Papa procedente de Latinoamérica – desde abrazar tiernamente a los enfermos hasta visitar repetidamente a los presos – llegaron a millones de corazones. Pero sus denuncias de los excesos de un capitalismo salvaje, sus advertencias sobre la contribución humana al cambio climático y su insistencia en acompañar, no juzgar, a las personas homosexuales suscitaron polémicas. Sufriendo de bronquitis y dificultad para respirar, el Papa Francisco ingresó en el hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero. Se le diagnosticó una neumonía doble y una infección compleja. Había regresado al Vaticano el 23 de marzo para continuar su convalecencia. La misericordia de Dios fue un tema constante en la predicación del Papa Francisco y fue tan central en su visión de lo que debe encarnar el ministerio de la Iglesia que proclamó un Año Santo extraordinario de la Misericordia del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016. Elegido el 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco fue el primer Papa de la historia procedente del hemisferio sur, el primer no europeo en ser elegido en casi 1.300 años y el primer jesuita en ser sucesor de San Pedro. En los primeros tres años de su pontificado, publicó tres documentos importantes: “Evangelii Gaudium” (“La Alegría del Evangelio”), una visión detallada del programa de su papado y su visión de la Iglesia – en particular, la extensión de la Iglesia y su respuesta a los desafíos planteados por la cultura secular –; “Laudato Si’” (“Alabado Seas: Sobre el cuidado de la casa común”, sobre el medio ambiente; y “Amoris Laetitia” (“La alegría del amor”), sus reflexiones sobre los debates de los sínodos de obispos sobre la familia en 2014 y 2015. La santidad fue el tema de su exhortación apostólica de marzo de 2018, “Gaudete et Exsultate” (“Alegraos y regocijaos”), en la que insistió en que ser santo no es aburrido ni imposible, y que crece a través de pequeños gestos cotidianos y actos de amorosa bondad. Siguiendo los pasos de sus predecesores, el Papa Francisco fue una voz incansable en favor de la paz, instando a poner fin a los conflictos armados, apoyando el diálogo y fomentando la reconciliación. El Papa calificó de “locura” la invasión rusa de Ucrania y pidió a los obispos del mundo que se unieran a él para consagrar Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María. Cuando militantes de Hamás atacaron comunidades en Israel, matando a decenas de personas y tomando a más de 200 como rehenes a finales de 2023, e Israel tomó represalias atacando Gaza, el Papa Francisco hizo repetidos llamamientos para que se devolvieran los rehenes, se declarara un alto el fuego para entregar ayuda humanitaria y se estableciera un compromiso real con una paz negociada. Promoviendo la paz, la solidaridad y el respeto por la Tierra, el Papa insistió en que las personas necesitan reconocerse como hermanos y hermanas y publicó una encíclica al respecto, “Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social”. Firmó el texto ante la tumba de San Francisco de Asís el día de su fiesta, el 4 de octubre de 2020. El Papa Francisco pasó gran parte de los primeros nueve años de su pontificado persiguiendo dos ambiciosos proyectos: revitalizar los esfuerzos evangelizadores de la Iglesia – constantemente instando a un encuentro con los demás en lugar de una preocupación por los asuntos internos de la Iglesia – y la reforma de la administración central del Vaticano, haciendo hincapié en su papel de ayudar a los obispos de todo el mundo en lugar de dictarles la política. El 19 de marzo de 2022, noveno aniversario de la inauguración de su papado, promulgó finalmente el “Praedicate Evangelium” (“Predicad el Evangelio”), su reestructuración completa de la Curia romana, destacando su misión de servir a los esfuerzos de evangelización de la Iglesia a todos los niveles. Su estilo de vida sencillo, que incluía su decisión de no vivir en el Palacio Apostólico y su elección de desplazarse por Roma en un pequeño Fiat o Ford en lugar de un Mercedes, envió un mensaje de austeridad a los funcionarios vaticanos y al clero de toda la Iglesia. El Santo Padre reforzó el mensaje con frecuentes advertencias sobre las exigencias evangélicas y el testimonio evangélico de pobreza y sencillez. Aunque dijo en repetidas ocasiones que no le gustaba viajar, realizó 47 viajes al extranjero, llevando su mensaje de alegría evangélica a América del Norte y del Sur, Europa, África y Asia. Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires, capital de Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Obtuvo el título de técnico químico en la secundaria y entró en el noviciado de los jesuitas en marzo de 1958. Tras estudiar Filosofía y Letras en Santiago de Chile, regresó a Argentina y se licenció en Filosofía en el Colegio San José de San Miguel. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, y tras su profesión perpetua como jesuita en 1973, fue nombrado maestro de novicios en el Seminario de Villa Barilari en San Miguel. Más tarde, ese mismo año, fue nombrado superior de la provincia jesuita de Argentina, un cargo en el que, según su propio relato, demostró ser una figura divisiva por su “manera autoritaria y rápida de tomar decisiones”. En mayo de 1992, el padre Bergoglio fue nombrado obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Cinco años después fue nombrado arzobispo coadjutor y en 1998 arzobispo de Buenos Aires; el Papa Juan Pablo II le nombró miembro del Colegio Cardenalicio en 2001. Como líder de una arquidiócesis con más de 2,5 millones de católicos, el cardenal Bergoglio se esforzó por estar cerca de la gente. Viajaba en autobús, visitaba a los pobres, vivía en un apartamento sencillo y se preparaba su propia comida. Su reputación internacional se vio reforzada por su trabajo en la asamblea de 2007 del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y, en particular, por su papel como jefe del comité que redactó el documento final de la reunión sobre la reforma y la revitalización de los esfuerzos evangelizadores de la Iglesia en el continente. El cardenal Bergoglio era una figura conocida y respetada en el Colegio Cardenalicio, hasta el punto de que nadie puso en duda la noticia publicada por una prestigiosa revista italiana de que había obtenido el segundo mayor número de votos en las cuatro votaciones del cónclave de 2005 en el que se eligió al Papa Benedicto XVI. Ocho años después, el Papa Benedicto se retiró. En las reuniones de cardenales previas al cónclave de 2013 para elegir a su sucesor, la necesidad de reformar la burocracia vaticana fue un tema común de preocupación. En su discurso, el cardenal Bergoglio advirtió contra “la autorreferencialidad y una suerte de narcisismo teológico” en la Iglesia y argumentó que el próximo Papa debía ser “un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales” para difundir el Evangelio. Su elección, el 13 de marzo, se produjo el segundo día del cónclave, en su quinta votación. Eligió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, “el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y protege la creación”, dijo. “Salgan” fue la petición constante del Papa Francisco a todos los católicos, desde los cardenales de la Curia hasta la gente de los bancos en las iglesias. Más de una vez, dijo a los fieles que mientras la Biblia presenta a Jesús llamando a la puerta del corazón de la gente para entrar, hoy Jesús llama a las puertas de las iglesias parroquiales intentando salir y estar entre la gente. Sin embargo, fue criticado por lo que muchos consideraron una falta de coherencia a la hora de abordar con firmeza la crisis de los abusos sexuales por parte del clero, especialmente en lo que se refiere a responsabilizar a los obispos de la gestión de las denuncias y a destituir a los sacerdotes acusados de abusos de forma creíble. Y aunque su pontificado supuso un gran avance en los intentos del Vaticano de llegar a un acuerdo con el gobierno comunista de China sobre el nombramiento de obispos católicos, un acuerdo provisional firmado en septiembre de 2018, y renovado en 2020, 2022 y 2024, fue denunciado por los críticos como una traición a los católicos que arriesgaron sus vidas por negarse a cualquier cooperación con los comunistas. Al igual que sus predecesores, el Papa Francisco fue un firme defensor del carácter sagrado de la vida humana. En un encuentro con médicos católicos en noviembre de 2014, por ejemplo, insistió en que “a la luz de la fe y de la recta razón, la vida humana es siempre sagrada y siempre ‘de calidad’. No existe una vida humana más sagrada que otra” ni “una vida humana cualitativamente más significativa que otra”. Para el Papa Francisco, ayudar a los indefensos también significa prestar especial atención a los prisioneros, a las víctimas de la guerra y, en particular, a los cristianos y otras minorías religiosas perseguidas por su fe. Cuando las fuerzas del Estado Islámico y otros grupos terroristas comenzaron a atacar específicamente a los cristianos y otras minorías religiosas en Siria e Irak, y más tarde en el norte de África, el Papa Francisco exigió a la comunidad internacional que actuara. Citó con frecuencia cifras según las cuales el número de mártires cristianos es hoy mayor que en los primeros siglos del cristianismo, e insistió en que la comunidad internacional no puede “mirar hacia otro lado”.
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Cuando el Papa Francisco fue elegido como el primer pontífice latinoamericano, dijo que sus hermanos cardenales se desviaron de su camino para elegir a alguien del “fin del mundo”.
Pasó el resto de su pontificado volviendo a esas periferias, viajando a más de 65 naciones, prefiriendo aquellas que eran pobres, marcadas por la guerra, marginadas y olvidadas. Las periferias acudieron a él el día de su funeral en la Plaza de San Pedro.
Más de 160 naciones enviaron delegaciones el 26 de abril, encabezadas por reyes y reinas, presidentes y primeros ministros, funcionarios gubernamentales y embajadores.
Varias naciones estaban geográficamente muy alejadas, como el archipiélago de Vanuatu, en el Pacífico Sur, Nueva Zelanda, Australia y Japón.
Los portadores del féretro llevan el ataúd del Papa Francisco a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma el 26 de abril de 2025, antes de su entierro. El Papa pidió ser enterrado en la basílica mariana tras su Misa de exequias en el Vaticano. (Foto CNS/Lola Gomez)
Muchas eran naciones al margen de la atención mundial, pero que el Papa nunca había visitado, como Albania, Islandia, El Salvador, Angola, Gabón, Burundi, Sierra Leona, Togo, Zimbabue, Guinea Ecuatorial, Eswatini, Qatar, Omán y Vietnam.
Todos los países que el Papa ha visitado en sus 12 años de pontificado estaban representados, excepto Kazajstán y Corea del Sur, según la lista de delegaciones confirmadas que la oficina de prensa del Vaticano hizo pública a finales del 25 de abril.
Entre las naciones de la periferia que visitó el Papa y que acudieron a Roma para devolver el honor figuran: Timor Oriental, Cuba, Madagascar, República Centroafricana, Congo, Sudán del Sur, Kenia, Mozambique, Marruecos, Mongolia, Indonesia, Papua Nueva Guinea, Myanmar, Filipinas, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Palestina y muchos otros.
Naturalmente, las élites políticas y las naciones en el centro del poder también estuvieron presentes: El presidente estadounidense Donald J. Trump y su esposa Melania, el presidente francés Emmanuel Macron, el presidente argentino Javier Milei, el presidente italiano Sergio Mattarella, la primera ministra italiana Giorgia Meloni, el primer ministro británico Keir Starmer, el secretario general de la ONU António Guterres, el rey Abdalá II de Jordania, el príncipe Guillermo de Gran Bretaña y Mary Simon, gobernadora general de Canadá.
También estuvieron presentes delegaciones de Arabia Saudí, Irak, Irán, Siria y Sudán. Sin embargo, Taiwán, no China continental, estuvo representada por Chen Chien-jen, quien fue vicepresidente y primer ministro de Taiwán. Sólo una docena de países, entre ellos el Estado de la Ciudad del Vaticano, reconocen oficialmente a Taiwán como Estado soberano independiente, mientras que China dice que la isla le pertenece.
El protocolo vaticano para los funerales papales sitúa a los cardenales, obispos y delegados ecuménicos a la izquierda del féretro y a los jefes de Estado a la derecha.
Entre los casi 40 delegados ecuménicos, se encontraban el patriarca ecuménico ortodoxo Bartolomé de Constantinopla; el metropolita ortodoxo ruso Antonio de Volokolamsk, responsable de relaciones eclesiásticas exteriores del Patriarcado de Moscú; el Catholicos Karekin II, patriarca de la Iglesia Apostólica Armenia; así como representantes de las comunidades anglicana, luterana, metodista y evangélica.
El protocolo también determina la disposición de los asientos dentro de la sección VIP para los líderes políticos. Las grandes delegaciones de Italia y Argentina, país de origen del Papa, estaban en primera fila, seguidas de la realeza y, a continuación, los líderes internacionales por orden de jerarquía política y por orden alfabético del nombre de su país en francés.
Eso significaba que el presidente de Estados Unidos, Trump, no estaba cerca del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy. En representación de “États-Unis”, Trump fue invitado a sentarse cerca de Estonia, Finlandia y Francia.
Los líderes mundiales también tuvieron la oportunidad de rezar ante el féretro cerrado del Papa en la basílica antes de que comenzara el funeral. Zelenskyy y Trump se sentaron brevemente para mantener una charla “muy productiva”, según la Casa Blanca. Zelenskyy dijo en Telegram que fue una “buena reunión. De tú a tú, conseguimos hablar de muchas cosas. Esperamos resultados en todo lo que abordamos”.
El féretro del Papa Francisco pasa por el Coliseo en su camino hacia su lugar de entierro en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma el 26 de abril de 2025. (Foto CNS/Justin McLellan)
La “reunión muy simbólica”, dijo, tiene el potencial de ” convertirse en histórica si logramos resultados conjuntos. Gracias, Presidente Donald Trump”. También se publicó en las redes sociales una foto de Zelenskyy, Trump, Macron y Starmer reunidos y hablando juntos en la basílica.
No obstante, la compleja disposición de los asientos para el funeral hizo que muchos enemigos tradicionales y naciones en guerra no estuvieran sentados cerca unos de otros.
Por ejemplo, Zelenskyy, que es jefe de Estado, se sentó delante de la representante de Rusia, Olga Lyubimova, que es ministra de Cultura.
El Primer Ministro palestino, Mohamed Mustafá, también estaba sentado lejos del embajador de Israel en el Vaticano, Yaron Sideman, que asistió a pesar de que normalmente se prohíbe a los representantes oficiales de Israel participar en actividades oficiales en el Sabbat judío.
“En este caso, se concedió una excepción debido a su importancia”, dijo Sideman a Ansa, el servicio de noticias italiano, el 24 de abril. “Israel concede gran importancia a expresar sus condolencias y unirse al mundo católico en el duelo por el fallecimiento del pontífice”.
Aunque alfabéticamente próximos, Armenia y Azerbaiyán, que mantienen un conflicto étnico y territorial por la región de Nagorno-Karabaj, se sentaron muy separados, ya que Armenia envió a su presidente y Azerbaiyán al presidente de su asamblea nacional.
Al no ser un jefe de Estado en activo, el ex presidente estadounidense Joe Biden, católico, estaba sentado en una sección VIP separada y no cerca de Trump, que le ha vilipendiado públicamente en repetidas ocasiones. En otra sección estaban presentes numerosos representantes de otras religiones, como budistas, hindúes, jainistas, zoroastrianos, sijs, musulmanes y el rabino Riccardo Di Segni, rabino jefe de Roma.
La presencia de tantos líderes mundiales en el funeral del Papa Francisco y sus elogios y alabanzas tras su muerte el 21 de abril suscitaron acusaciones de hipocresía, especialmente en Italia, donde el gobierno ha adoptado una línea dura contra la inmigración.
Achille Occhetto, un político italiano, dijo: “Ahora que Francisco ha muerto, todos los azotadores de migrantes, los campeones contra la acogida, en resumen, todos los matices de matones y autoritarios del mundo, pretenden inclinarse ante él”. El cardenal Domenico Battaglia, de Nápoles, declaró al diario italiano La Repubblica el 26 de abril: “Se corre el riesgo de beatificarlo en las palabras, para olvidarlo en los hechos”.
El Papa Francisco “habló claro” sin pelos en la lengua, como hacen todos los profetas, dijo. El cardenal comparó la situación con la del rey Herodes y Juan el Bautista. Herodes “le acogió, le escuchó y luego hizo lo contrario de lo que predicaba Juan”.
El funeral del Papa brindó una rara oportunidad para que enemigos y amigos se reunieran como uno solo y se recordara su invitación a “construir puentes y no muros”. Pero también advirtió que el mundo necesitaba hechos y no palabras.
ROMA (CNS) – “La Virgen me ha dicho: ‘Prepara la tumba'”. Eso es lo que el Papa Francisco dijo que la Virgen María le dijo cuando estaba discerniendo si ser enterrado en la histórica iglesia mariana donde su cuerpo será enterrado el 26 de abril.
El cardenal Rolandas Makrickas, arcipreste coadjutor de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, habló sobre la decisión del Papa de ser enterrado en la basílica papal a unos cinco kilómetros del Vaticano durante una rueda de prensa el 25 de abril, un día antes del funeral del difunto Papa.
El cardenal dijo que, durante una reunión con el Papa en 2022 para discutir un proyecto de remodelación de la basílica, le preguntó si quería ser enterrado allí dada su devoción al icono mariano “Salus Populi Romani” (“salud del pueblo romano”), que se encuentra en la iglesia.
“En ese momento dijo que no, porque los papas están enterrados en (la Basílica de) San Pedro”, relató el cardenal Makrickas, pero al cabo de una semana el Papa le llamó a su residencia vaticana y le contó lo que María le había dicho.
En esa conversación, el Papa añadió: “Estoy contento de que la Virgen no se ha olvidado de mí”, dijo el cardenal a los periodistas, y se le pidió que comenzara a preparar la tumba.
La basílica es la primera y más antigua basílica mariana de Occidente — comenzó a construirse en 432, aunque se terminó en su estado actual en 1743.
El Papa Francisco especificó que no quería que su tumba se colocara en la Capilla Paulina, donde se expone el icono mariano, porque “porque los fieles que vienen aquí deben rezar al Señor, venerar a la Virgen, no mirar la tumba de un Papa”, dijo el cardenal Makrickas.
El difunto Papa visitó el icono mariano en Santa María la Mayor antes y después de cada uno de sus 47 viajes internacionales y después de cada una de sus estancias en el hospital. Decía que también lo había visitado cada vez que venía a Roma como cardenal.
Su relación con la basílica también está ligada a sus raíces jesuitas: San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas, celebró allí su primera misa en 1538, lo que la convierte en un lugar apropiado para enterrar al primer Papa jesuita de la Iglesia.
El cardenal Makrickas señaló que la ubicación de la basílica tiene también una importancia simbólica. Está conectada por un camino recto con la basílica de San Juan de Letrán, donde San Francisco de Asís solicitó en su día la aprobación papal para su nueva comunidad religiosa. Según la tradición, el Papa Inocencio III soñó con un hombre humilde que sostenía la basílica para impedir su derrumbe, una visión que se creía presagiaba la misión de San Francisco.
El Papa Francisco, el primero en utilizar ese nombre papal, lo eligió en honor de San Francisco de Asís.
El lugar de enterramiento del Papa estará cerca del icono que le era tan querido, así como de un altar dedicado a San Francisco, por lo que “el lugar parece realmente perfecto”, dijo el cardenal Makrickas.
Francisco será el primer Papa enterrado en la basílica desde Clemente IX, fallecido en 1669. El último Papa enterrado fuera del Vaticano fue León XIII, que fue enterrado en la basílica de San Juan de Letrán en 1903.
Una foto de la tumba del Papa Francisco publicada por el Vaticano el 24 de abril mostraba que era sencilla, adornada con una representación ampliada de su cruz pectoral y hecha de mármol blanco de Liguria — un guiño a la tierra de sus abuelos italianos –, mientras que sólo llevaba el nombre de “Franciscus”.
“Lo veo como una conexión entre la decisión de no vivir en el Palacio Apostólico, sino en la Casa Santa Marta”, dijo el cardenal Makrickas. “Su vida también termina en un lugar diferente y sencillo”.
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Menos de 48 horas después de su elección, el Papa León XIV se subió al asiento delantero de una minivan y viajó 64 kilómetros al sureste del Vaticano para rezar en un santuario mariano al cuidado de sus hermanos agustinos.
De regreso al Vaticano el 10 de mayo, se dirigió a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, donde se detuvo a rezar ante la tumba del Papa Francisco y ante el icono de María “Salus Populi Romani” (salud del pueblo romano). La oficina de prensa del Vaticano informó que llegó al Santuario de Nuestra Señora del Buen Consejo en Genazzano poco después de las 4 p.m., hora local. El santuario es famoso por un pequeño fresco de María sosteniendo al Niño Jesús.
El Papa León XIV reza ante la tumba del Papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma el 10 de mayo de 2025. (CNS/Vatican Media)
Una descripción en un sitio web de santuarios católicos dice: “El Niño Jesús se acurruca junto a su madre. María sostiene a Jesús con su brazo izquierdo. Inclina la cabeza hacia él y sus mejillas se tocan tiernamente”.
La antigua imagen es “preciada por la orden” de los Agustinos y era muy querida por el Papa León XIII, de quien toma su nombre el nuevo Papa, según informó la oficina de prensa.
Cientos de personas aplaudieron la llegada del Santo Padre al santuario, y él saludó a muchos de ellos antes de entrar al santuario para saludar a los frailes. “Se detuvo a rezar, primero delante del altar y luego delante de la imagen de la Virgen, donde con los presentes recitó la oración de Juan Pablo II a la Madre del Buen Consejo”.
San Juan Pablo II visitó el santuario en abril de 1993 y la oración que escribió, empieza asegurándole a la Virgen María que los fieles acuden a ella con “sus esperanzas y tristezas, sus deseos y necesidades, sus muchas lágrimas derramadas y su anhelo de un futuro mejor”.
La oración pide “dirige, oh Madre, tu mirada hacia este pueblo, acoge sus generosas intenciones, acompáñalo en su camino hacia un futuro de justicia, solidaridad y paz”.
El Papa León dijo a los reunidos en el santuario: “Tenía muchas ganas de venir aquí en estos primeros días del nuevo ministerio que la Iglesia me ha confiado” para pedir la ayuda de María “para llevar adelante esta misión como Sucesor de Pedro”.
El nuevo pontífice habló de su confianza en la Madre del Buen Consejo, quien ha sido compañera “de luz, de sabiduría” y destacando las palabras que la Virgen María pronunció el día de las bodas de Caná, “Hagan lo que Él les diga”.
Antes de partir del pueblo, les dijo a los fieles que el santuario y la imagen mariana son un gran regalo que conlleva una responsabilidad. “Así como nuestra Madre nunca abandona a sus hijos, ustedes deben serle fieles”.
Por Cindy Wooden CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – El Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril a la edad de 88 años, energizó a millones de católicos – y causó preocupación para algunos – al transformar la imagen del pontificado en un ministerio pastoral basado en encuentros personales y fuertes convicciones sobre la pobreza, la misión y el diálogo.
El cardenal estadounidense Kevin J. Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, anunció que el Papa Francisco había fallecido a las 7:35 de la mañana.
El Papa Francisco reacciona mientras se reúne con migrantes durante su visita al campo de refugiados y migrantes de Mavrovouni, en la isla de Lesbos, Grecia, el 5 de diciembre de 2021. El Papa Francisco falleció el 21 de abril de 2025, a los 88 años. (Foto CNS/Guglielmo Mangiapane, Reuters)
“Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia”, dijo el cardenal Farrell en un anuncio en vídeo emitido desde la capilla de la Domus Sanctae Marthae, donde vivía el Papa Francisco.
Los gestos del primer Papa procedente de Latinoamérica – desde abrazar tiernamente a los enfermos hasta visitar repetidamente a los presos – llegaron a millones de corazones. Pero sus denuncias de los excesos de un capitalismo salvaje, sus advertencias sobre la contribución humana al cambio climático y su insistencia en acompañar, no juzgar, a las personas homosexuales suscitaron polémicas.
Sufriendo de bronquitis y dificultad para respirar, el Papa Francisco ingresó en el hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero. Se le diagnosticó una neumonía doble y una infección compleja. Había regresado al Vaticano el 23 de marzo para continuar su convalecencia.
La misericordia de Dios fue un tema constante en la predicación del Papa Francisco y fue tan central en su visión de lo que debe encarnar el ministerio de la Iglesia que proclamó un Año Santo extraordinario de la Misericordia del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.
Elegido el 13 de marzo de 2013, el Papa Francisco fue el primer Papa de la historia procedente del hemisferio sur, el primer no europeo en ser elegido en casi 1.300 años y el primer jesuita en ser sucesor de San Pedro.
En los primeros tres años de su pontificado, publicó tres documentos importantes: “Evangelii Gaudium” (“La Alegría del Evangelio”), una visión detallada del programa de su papado y su visión de la Iglesia – en particular, la extensión de la Iglesia y su respuesta a los desafíos planteados por la cultura secular –; “Laudato Si’” (“Alabado Seas: Sobre el cuidado de la casa común”, sobre el medio ambiente; y “Amoris Laetitia” (“La alegría del amor”), sus reflexiones sobre los debates de los sínodos de obispos sobre la familia en 2014 y 2015.
La santidad fue el tema de su exhortación apostólica de marzo de 2018, “Gaudete et Exsultate” (“Alegraos y regocijaos”), en la que insistió en que ser santo no es aburrido ni imposible, y que crece a través de pequeños gestos cotidianos y actos de amorosa bondad.
El Papa Francisco saluda a la gente cerca del albergue para indigentes Talitha Qum en Cartagena, Colombia, 10 de septiembre de 2017. El papa Francisco, antes cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, murió el 21 de abril de 2025, a los 88 años. (Foto de CNS/Paul Haring)
Siguiendo los pasos de sus predecesores, el Papa Francisco fue una voz incansable en favor de la paz, instando a poner fin a los conflictos armados, apoyando el diálogo y fomentando la reconciliación. El Papa calificó de “locura” la invasión rusa de Ucrania y pidió a los obispos del mundo que se unieran a él para consagrar Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María. Cuando militantes de Hamás atacaron comunidades en Israel, matando a decenas de personas y tomando a más de 200 como rehenes a finales de 2023, e Israel tomó represalias atacando Gaza, el Papa Francisco hizo repetidos llamamientos para que se devolvieran los rehenes, se declarara un alto el fuego para entregar ayuda humanitaria y se estableciera un compromiso real con una paz negociada.
Promoviendo la paz, la solidaridad y el respeto por la Tierra, el Papa insistió en que las personas necesitan reconocerse como hermanos y hermanas y publicó una encíclica al respecto, “Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social”. Firmó el texto ante la tumba de San Francisco de Asís el día de su fiesta, el 4 de octubre de 2020.
El Papa Francisco pasó gran parte de los primeros nueve años de su pontificado persiguiendo dos ambiciosos proyectos: revitalizar los esfuerzos evangelizadores de la Iglesia – constantemente instando a un encuentro con los demás en lugar de una preocupación por los asuntos internos de la Iglesia — y la reforma de la administración central del Vaticano, haciendo hincapié en su papel de ayudar a los obispos de todo el mundo en lugar de dictarles la política.
El 19 de marzo de 2022, noveno aniversario de la inauguración de su papado, promulgó finalmente el “Praedicate Evangelium” (“Predicad el Evangelio”), su reestructuración completa de la Curia romana, destacando su misión de servir a los esfuerzos de evangelización de la Iglesia a todos los niveles. Su estilo de vida sencillo, que incluía su decisión de no vivir en el Palacio Apostólico y su elección de desplazarse por Roma en un pequeño Fiat o Ford en lugar de un Mercedes, envió un mensaje de austeridad a los funcionarios vaticanos y al clero de toda la Iglesia. El Santo Padre reforzó el mensaje con frecuentes advertencias sobre las exigencias evangélicas y el testimonio evangélico de pobreza y sencillez.
Aunque dijo en repetidas ocasiones que no le gustaba viajar, realizó 47 viajes al extranjero, llevando su mensaje de alegría evangélica a América del Norte y del Sur, Europa, África y Asia. Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires, capital de Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Obtuvo el título de técnico químico en la secundaria y entró en el noviciado de los jesuitas en marzo de 1958. Tras estudiar Filosofía y Letras en Santiago de Chile, regresó a Argentina y se licenció en Filosofía en el Colegio San José de San Miguel.
Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, y tras su profesión perpetua como jesuita en 1973, fue nombrado maestro de novicios en el Seminario de Villa Barilari en San Miguel. Más tarde, ese mismo año, fue nombrado superior de la provincia jesuita de Argentina, un cargo en el que, según su propio relato, demostró ser una figura divisiva por su “manera autoritaria y rápida de tomar decisiones”. En mayo de 1992, el padre Bergoglio fue nombrado obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Cinco años después fue nombrado arzobispo coadjutor y en 1998 arzobispo de Buenos Aires; el Papa Juan Pablo II le nombró miembro del Colegio Cardenalicio en 2001.
Como líder de una arquidiócesis con más de 2,5 millones de católicos, el cardenal Bergoglio se esforzó por estar cerca de la gente. Viajaba en autobús, visitaba a los pobres, vivía en un apartamento sencillo y se preparaba su propia comida.
Su reputación internacional se vio reforzada por su trabajo en la asamblea de 2007 del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y, en particular, por su papel como jefe del comité que redactó el documento final de la reunión sobre la reforma y la revitalización de los esfuerzos evangelizadores de la Iglesia en el continente.
El cardenal Bergoglio era una figura conocida y respetada en el Colegio Cardenalicio, hasta el punto de que nadie puso en duda la noticia publicada por una prestigiosa revista italiana de que había obtenido el segundo mayor número de votos en las cuatro votaciones del cónclave de 2005 en el que se eligió al Papa Benedicto XVI.
Ocho años después, el Papa Benedicto se retiró. En las reuniones de cardenales previas al cónclave de 2013 para elegir a su sucesor, la necesidad de reformar la burocracia vaticana fue un tema común de preocupación.
En su discurso, el cardenal Bergoglio advirtió contra “la autorreferencialidad y una suerte de narcisismo teológico” en la Iglesia y argumentó que el próximo Papa debía ser “un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales” para difundir el Evangelio.
Su elección, el 13 de marzo, se produjo el segundo día del cónclave, en su quinta votación. Eligió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, “el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y protege la creación”, dijo.
“Salgan” fue la petición constante del Papa Francisco a todos los católicos, desde los cardenales de la Curia hasta la gente de los bancos en las iglesias. Más de una vez, dijo a los fieles que mientras la Biblia presenta a Jesús llamando a la puerta del corazón de la gente para entrar, hoy Jesús llama a las puertas de las iglesias parroquiales intentando salir y estar entre la gente.
Sin embargo, fue criticado por lo que muchos consideraron una falta de coherencia a la hora de abordar con firmeza la crisis de los abusos sexuales por parte del clero, especialmente en lo que se refiere a responsabilizar a los obispos de la gestión de las denuncias y a destituir a los sacerdotes acusados de abusos de forma creíble.
Y aunque su pontificado supuso un gran avance en los intentos del Vaticano de llegar a un acuerdo con el gobierno comunista de China sobre el nombramiento de obispos católicos, un acuerdo provisional firmado en septiembre de 2018, y renovado en 2020, 2022 y 2024, fue denunciado por los críticos como una traición a los católicos que arriesgaron sus vidas por negarse a cualquier cooperación con los comunistas.
Al igual que sus predecesores, el Papa Francisco fue un firme defensor del carácter sagrado de la vida humana. En un encuentro con médicos católicos en noviembre de 2014, por ejemplo, insistió en que “a la luz de la fe y de la recta razón, la vida humana es siempre sagrada y siempre ‘de calidad’. No existe una vida humana más sagrada que otra” ni “una vida humana cualitativamente más significativa que otra”.
Para el Papa Francisco, ayudar a los indefensos también significa prestar especial atención a los prisioneros, a las víctimas de la guerra y, en particular, a los cristianos y otras minorías religiosas perseguidas por su fe.
Cuando las fuerzas del Estado Islámico y otros grupos terroristas comenzaron a atacar específicamente a los cristianos y otras minorías religiosas en Siria e Irak, y más tarde en el norte de África, el Papa Francisco exigió a la comunidad internacional que actuara.
Citó con frecuencia cifras según las cuales el número de mártires cristianos es hoy mayor que en los primeros siglos del cristianismo, e insistió en que la comunidad internacional no puede “mirar hacia otro lado”.
Las manos del Papa Francisco, sosteniendo un rosario, se ven mientras descansa en su ataúd en la capilla de su residencia, la Domus Sanctae Marthae, en el Vaticano el 21 de abril de 2025. (Foto de CNS/Vatican Media)