Revolución gozosa: La felicidad requiere valentía, espíritu rebelde, dice papa

Por Carol Glatz

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Al igual que sus predecesores, el papa Francisco ha animado repetidamente a los fieles a “ir contra la corriente” para seguir a Jesús.

Los papas Juan Pablo II, Benedicto XVI, y Francisco han hablado de la determinación necesaria para ir en contra de la corriente dominante de laicismo o “mundanalidad” y evitar la atracción engañosa y tentadora de una vida superficial o hipócrita.

Sin embargo, según el papa Francisco, se necesita la valentía y determinación de un “revolucionario”, no solo para seguir a Cristo en el mundo de hoy, sino también para ser genuinamente feliz en el camino.

La felicidad es un ingrediente esencial en la vida cristiana, como lo ha descrito memorablemente el papa Francisco con sus advertencias hacia los rostros tristes y hacia los religiosos y sacerdotes enojados o amargados que “toman vinagre para desayunar”, quienes dan lugar a nada más que una atmósfera corrosiva.

El Dicasterio para el Servicio de la Caridad anunció que en el cumpleaños del Papa Francisco el 17 de diciembre entregará este pequeño globo terráqueo a tres personas que ayudan a los más pobres de los pobres. El Papa, nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1936, cumplirá 86 años. El globo terráqueo muestra a Santa Teresa de Calcuta y según el dicasterio es un símbolo del amor que mantiene en pie al mundo. (Foto CNS/Dicasterio para el Servicio de la Caridad)

Después de todo, “el primer milagro que Jesús realizó no fue una curación extraordinaria o un milagro en el templo de Jerusalén”, expresó el Santo Padre en un Ángelus en enero. El primer milagro de Jesús fue convertir discretamente el agua en vino en una fiesta de bodas en Caná, “un gesto que respondía a una necesidad simple y concreta de la gente común” de celebrar con alegría.

“Jesús se encarga de que la fiesta termine con el mejor vino. Simbólicamente, esto nos dice que Dios quiere lo mejor para nosotros, quiere que seamos felices”, manifestó.

“Dios no quiso nuestras vidas por error, obligándose a sí mismo y a nosotros a vivir duras noches de angustia. En cambio, nos creó porque quiere que seamos felices”, indicó el Sumo Pontífice en una audiencia general en 2017.

Este es el tipo de reflexiones que se encuentran en “Ti voglio felice: Il centuplo in questa vita” (“Quiero que seas feliz: Cien veces más ahora”), un nuevo libro publicado por la editorial italiana Pienogiorno, junto con la Editorial del Vaticano.

El libro amarillo reúne lo mejor de las enseñanzas del papa sobre la felicidad durante la última década y ha sido líder de ventas en una de las categorías de Amazon-Italia para el cristianismo desde su lanzamiento a mediados de noviembre.

El libro también presenta una guía práctica de 15 pasos para alcanzar la felicidad según el papa Francisco, que se resume aquí para ayudar a marcar el comienzo de un feliz año nuevo:

1. Lean su vida: “Nuestra vida es el ‘libro’ más precioso que se nos ha dado”, y, según San Agustín, las personas deben “volver a sí mismos; la verdad habita en el interior”.

2. Recuerden que son únicos: “Nunca se dejen homogeneizar”, dijo el papa. “Somos únicos, libres, y vivos, llamados a vivir una historia de amor con Dios, a tomar decisiones audaces y firmes, a aceptar el maravilloso riesgo de amar”.

3. Dejen resplandecer su belleza: “Hablamos de la belleza que nunca se desvanece porque es un reflejo de la belleza divina. En efecto, nuestro Dios es inseparablemente bueno, verdadero, y hermoso. Y la belleza es una de las formas privilegiadas de encontrarlo”.

4. Aprendan a no tomarse demasiado en serio: “Los narcisistas se miran constantemente en el espejo”, dijo. “Mi consejo es mirarte al espejo de vez en cuando y reírte de ti mismo. Te hará bien”.

5. Vivan una sana inquietud: Ábranse a “una inquietud que siempre les empuje a seguir caminando” y persigan sueños y proyectos, dijo. “No se aislen del mundo, encerrándose en su habitación como un Peter Pan que no quiere crecer”.

6. Aprendan a perdonar: “Todo el mundo sabe que no es el padre o la madre que debe ser, el novio o la novia, el hermano o la hermana, el amigo que debe ser. Todos estamos ‘en déficit’ en la vida y todos necesitamos misericordia”. Al recibir el perdón de Dios, “también nosotros somos capaces de perdonar”.

7. Aprendan a interpretar la tristeza: La tristeza “puede ser una alarma indispensable para la vida, invitándonos a explorar paisajes más ricos y fértiles”, dijo. Como un semáforo en rojo, la tristeza señala “un posible peligro o un beneficio ignorado” y “nos protege de dañarnos a nosotros mismos y a los demás”.

8. Sueñen en grande: “No nos conformemos solo con lo necesario”, dijo. Dios “quiere que corramos con valentía y alegría hacia metas elevadas” y que hagamos “realidad los sueños de Dios en este mundo”.

9. No hagan caso a los que trafican con ilusiones: “Una cosa es soñar, otra es ilusionarse. Los que trafican con ilusiones hablando de sueños usan la felicidad como una artimaña para otra cosa. Fuimos creados para un gozo mucho mayor”.

10. Sean revolucionarios, naden contra la corriente: “Muchos predican la importancia de ‘disfrutar’ el momento” y evitar cualquier compromiso de por vida, dijo. “En cambio, sean revolucionarios . . . naden contra la corriente . . . rebélense contra esta cultura que ve todo como temporal y que en última instancia cree que son incapaces de asumir responsabilidades”.

11. Asuman riesgos, aunque signifique cometer errores: “Sueñen libremente y tomen buenas decisiones”, dijo. “Arrojen los miedos que los paralizan . . . ¡abran la puerta de la jaula, salgan, y vuelen!”

12. Caminen con los demás: “Caminar en comunidad, con los amigos, con los que nos quieren, eso nos ayuda a llegar a nuestro destino . . . Y si te caes, levántate”.

13. Sean generosos: “Recibimos la vida gratuitamente” y, en consecuencia, “todos somos capaces de dar sin esperar nada a cambio, de hacer el bien a los demás sin exigir que nos traten bien a cambio”.

14. Miren más allá de las tinieblas: “Nunca dejen de buscar la luz en medio de cualquier oscuridad . . . Levanten la mirada de la tierra al cielo, no para huir sino para resistir la tentación de permanecer aprisionados por nuestros miedos”.

15. Recuerden que están destinados a lo mejor: “Jesús se encarga de que la fiesta termine con el mejor vino”, dijo. “Dios quiere lo mejor para nosotros, quiere que seamos felices”, y trae una alegría que es completa y nunca “aguada”.