Guadalupe visitó casas y encontró más fe en su hijo

Por Berta Mexidor
En este año, ya de por sí con numerosos cambios, las celebraciones tan esperadas de la Virgen de Guadalupe sufrieron de los mismos. Las autoridades eclesiales instaron a los parroquianos a permanecer en casa y hacer celebraciones de poca audiencia.
Múltiples parroquias de la Diócesis, cumpliendo con las medidas de distanciamiento social, uso de mascarillas y sanidad, realizaron los conocidos novenarios, Santo Rosario, el canto de las mañanitas y la Misa de celebración por el día de la virgen de Guadalupe, solo que esta vez algunos eventos fueron vía Zoom, Facetime y Misas en línea.
Este año faltaron los danzantes y las grandes precesiones en las calles de la Diócesis, pero los devotos de la Guadalupe no dejaron de enseñar a sus hijos la tradición. Cada año los trajes tradicionales con que los devotos honran a la virgen se hacen más vistosos. Hijos de inmigrantes los lucen con orgullo. Muchos envían a buscar sus trajes a México, otros los crean ellos mismos, como es el caso de las hermanitas Keila y Sujey Sanchez de la parroquia de Pontotoc quienes durante días se dedicaron a elaborar sus trajes.
La innovación y la fe ha dado diferentes diseños para el uso de las máscaras que cada uno lleva debido a las medidas de higiene que, en aras de proteger la salud personal y la de todos, dictan las autoridades de salud. Este año además de vestidos y delantales la Virgen de Guadalupe se lleva en las mascarillas, asegurándose el creyente de una doble protección, primero de la de Dios y luego la de su madrecita morena.
La virgen de Guadalupe vio las parroquias medio vacías, por el distanciamiento social, y visito las casas de los devotos para encontrar en ambas una Fe incrementada en la victoria de su hijo Jesus.
Con esa fe y métodos adaptados, los parroquianos ya están participando en las posadas para la celebración de Navidad, alegría y fe que ninguna pandemia puede disminuir.