Necesito oraciones para seguir caminando

Por Elsa Baughman

l domingo 1 de junio, Día de la Ascensión de Jesús al Cielo, a las 11 de la mañana, casi 24 horas después de haber sido ordenado, el Padre José de Jesús Sánchez estaba celebrando su primera misa bilingue en la Iglesia Santa María en Jackson, en compañía del Padre Joseph Palermo, su director espiritual durante sus cuatro años en el Seminario de Notre Dame en Nueva Orleans, los Padres Ricardo Phipps, párroco de las Iglesias Santa María y Cristo Rey, los seminaristas Adolfo Suárez, César Sánchez y Roselio Fuentes, de Taylor, Texas.
Durante la homilía, el Padre Palermo explicó que es costumbre que un sacerdote recién ordenado no predique en su primera misa de acción de gracias porque tiene muchas cosas más de que preocuparse, sobre todo de que la misa “sea válida”, lo que ocasionó risa a la congregación.
Luego mencionó lo que el Catecismo de la Iglesia Católica dice sobre la ordenación al sacerdocio, “uno de los medios por los cuales Cristo no cesa de construir y de conducir a su iglesia para la salvación de las almas”. El Padre Palermo también citó el Catecismo Católico al indicar que “en el servicio eclesial del ministro ordenado es Cristo mismo quien está presente en su iglesia como Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebaño, Sumo Sacerdote del sacrificio redentor, Maestro de la Verdad. El sacerdote ordenado no solamente representa a Jesús ante la asamblea de los fieles sino también actúa en el nombre de la iglesia entera cuando le presenta a Dios la oración de la iglesia y sobretodo cuando ofrece el sacrificio de la Eucaristía”.
Sobre su experiencia como director espiritual del Padre Sánchez durante sus años en el seminario, el Padre Palermo le dijo que había sido escogido por Dios para esta especial vocación. “Dios te llamó en tu tierra natal de México para ser un sacerdote misionero en los Estados Unidos”, dijo.
“El por qué Dios te llamó a esta misión es un misterio. Es la providencia de Dios. Tú eres un hombre bueno, pero no perfecto; tampoco lo soy yo ni ninguno de nosotros, ni los primeros sacerdotes a quién Jesús llamó. Ellos también tenían  fuerzas y debilidades como nosotros, pero amaban a Jesús y estaban dispuestos a dejar a sus familias y sus tierras natales para seguir a Jesús, igual que tú lo has hecho. Gracias por tu generosidad en seguir la llamada de Cristo de México a Jackson, Mississippi, y gracias a tus padres y parientes por su generosidad en compartirte con esta iglesia local.
“En el seminario te comprometiste diligentemente a estudiar inglés y aunque amas tu cultura y tus raíces latinas, te has adaptado a la cultura y a la comida americana ¡y además a las máquinas de correr. A este hombre le encanta correr!
“Durante tus años en el seminario fuiste un hombre de oración, uno que se levantaba temprano, disciplinado, humilde en servicio; lavando los platos y atendiendo las mesas para servir a la comunidad del seminario.
“Durante tu sacerdocio, por favor mantente fiel a lo que te ha traído a este día, la oración, el estudio, el auto sacrificio, el servicio humilde, tu sentido del humor, tu confianza en Dios y la devoción a la Virgen de Guadalupe. “La ascensión de Jesús al cielo es un regalo increíble de Dios para nuestro mundo. El sacerdocio ordenado es también un regalo increíble de Dios para nuestro mundo y Dios nos ha dado este regalo de nuevo”, dijo el Padre Palermo al final de su homilía que fue interpretada al español por Patrick Fields, un gran amigo americano del Padre Sánchez.
Antes de finalizar la misa, el Padre Sánchez le dio las gracias, en inglés y en español, a todos los que asistieron en la misa y a la comunidad reunida y les pidió que se arrodillen y oren por él y por todos los sacerdotes  para que sean santos. “Necesitamos oraciones para seguir caminando y poder acompañarlos en este caminar”, dijo.
Seguidamente se ofreció una recepción en su honor en el salón de fiestas de la Parroquia Cristo Rey.
Para Esperanza Velásquez, de la Parroquia Santa Teresa en Jackson, era la primera vez que asistía a una misa de ordenación sacerdotal. “Fui a la catedral el sábado en la mañana para presenciar la más increíble manifestación del amor de Dios por sus criaturas cuando estos tres jóvenes, feliz y voluntariamente se comprometerían a servir a Dios y sus comunidades”, dijo, agregando que la ceremonia fue impresionante, más allá de sus expectativas.
“Me sentí abrumada por emociones de alegría, de amor y gratitud a Dios primero y a los jóvenes. Viendo la ordenación, por primera vez, pude sentir cómo Dios realmente escucha nuestras oraciones. Por lo tanto, es verdad, pensé, Dios respondió a nuestras oraciones.
Velasquez anotó que al día siguiente, durante la primera misa del Padre José de Jesús Sánchez, el padre Joseph Palermo, en su homilía, hizo la observación sobre cómo el padre José (nacido en México) no decidió ser un sacerdote en los Estados Unidos”, Dios lo elegió a él”, dijo. “El ha aceptado la voluntad de Dios en su vida”.
Velásquez dijo que eso fue muy significativo para ella, como inmigrante. “Mirando a mi alrededor podía ver al Padre José en muchos de nosotros. La ordenación de estos jóvenes sacerdotes, tan interesante como ha sido, también ha sido una llamada de atención para mí. Oren, porque Dios escucha. No hay duda de ello”, dijo.