Dos santos proclamados en histórica misa

ROMA – Fieles sostienen un banner que muestra a los nuevos santos, Juan Pablo II y Juan XXIII y a Jesús el 28 de abril durante la misa de acción de gracias por la canonización de los nuevos santos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. (CNS foto de Paul Haring)

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Durante la canonización de los dos recientes papas el pasado 27 de abril, el Papa Francisco elogió a los nuevos Santos, Juan XXIII y Juan Pablo II, como hombres de coraje y misericordia, que respondieron a los desafíos de su tiempo   modernizando a la Iglesia Católica en fidelidad a sus tradiciones ancestrales.
“Ellos fueron sacerdotes, obispos y papas del siglo 20,” dijo el papa en su homilía durante la Santa Misa en la Plaza de San Pedro. “Vivieron a través de los trágicos acontecimientos del siglo, pero no fueron abrumados por ellos. Para ellos, Dios era más potente”.

“Juan XXIII y Juan Pablo II cooperaron con el Espíritu Santo en la renovación y actualización de la iglesia manteniendo sus características originales, esas características que los santos le ha dado a lo largo de los siglos”, dijo.
Hablando ante una multitud de medio millón que incluía al Papa Benedicto XVI, el Papa Francisco elogió a San Juan por el mas conocido de sus logros, el llamado al Concilio Vaticano Segundo, el cual dijo “mostró una exquisita apertura al Espíritu Santo”.
“Se dejó guiar, y fue para la iglesia un pastor, un siervo-líder”, dijo el papa de San Juan. “Este fue su gran servicio a la iglesia. Me gusta pensar de él como el papa de apertura al Espíritu.”

El Papa Francisco caracterizó a San Juan Pablo como el “papa de la familia ”, un título por el cual el papa había deseado de ser recordado. El Papa Francisco dijo que estaba seguro que San Juan Pablo estaba guiando a la iglesia en su camino a los dos próximos sínodos de los obispos sobre la familia, que se celebrarán en el Vaticano en octubre próximo, y en octubre de 2015.

El papa invocó la ayuda de los dos nuevos santos papas por el éxito de los sínodos y oró, “porque ambos nos enseñen a no escandalizarnos por las heridas de Cristo y a entrar aún más profundamente en el misterio de la misericordia divina,  que siempre espera y siempre perdona,  porque siempre ama.”
El Papa Francisco ha dicho que el programa para los sínodos de la familia  incluirán enseñanzas y práctica de la iglesia sobre el matrimonio, áreas que él ha dicho ejemplifican una particular necesidad de misericordia en la iglesia de hoy.

El papa repetidamente mencionó la misericordia en su homilía, el Domingo de la Divina Misericordia, una observancia que San Juan Pablo puso en el calendario universal de la iglesia en el año 2000. El papa polaco murió en la vigilia de la fiesta en el 2005 y fue beatificado el Domingo de la Divina Misericordia en el año 2011.
El lugar donde se celebró la misa, concelebrada por 150 cardenales y 700 obispos, estaba decorado con 30,000 rosas y otras flores donadas por Ecuador.

Durante la ceremonia de canonización dos devotos llevaron  reliquias de los nuevos santos en relicarios de plata que el Papa Francisco besó antes de que se colocaran en una pequeña mesa para que fueran venerados por   la congregación.
La reliquia de San Juan era un trozo de la piel del difunto papa que fue removido cuando su cuerpo fue trasladado a su actual sepulcro en el santuario principal de la Basílica de San Pedro.
Floribeth Mora Diaz, una mujer costarricense cuya recuperación de un aneurisma cerebral fue reconocida por la iglesia como un milagro atribuido a la intercesión de san Juan Pablo, llevó un relicario de plata que contenía sangre del santo que fue tomada de él como prueba médica poco antes de su muerte en el 2005.

Noventa y tres países enviaron delegaciones oficiales a la misa y más de 30 de las delegaciones estuvieron encabezadas por el presidente o el primer ministro.
La canonización de los dos papas se llevó a cabo debido a las medidas extraordinarias realizadas por sus sucesores para acelerar el proceso. El Papa Benedicto XVI descartó el usual período de espera de cinco años antes del inicio de la causa de canonización de Juan Pablo poco después de su muerte cuando fue llorado por multitudes que gritaban ¡“Santo subito!” (“santo de una vez!”).

En el caso de San Juan, el Papa Francisco renunció al requisito habitual de un segundo milagro antes de que un bendito puede ser añadido al canon de los santos de la iglesia.