Parishes are essential places for growing in faith,
community

By Cindy Wooden
VATICAN CITY (CNS) – The COVID-19 pandemic has weakened many parishes, but that community “in the midst of homes, in the midst of people,” is still an essential place for nourishing and sharing faith, Pope Francis told Italian young adults.

The parish is “the normal environment where we learned to hear the Gospel, to know the Lord Jesus, to serve with gratuitousness, to pray in community, to share projects and initiatives, to feel part of God’s holy people,” the pope told leaders of the young adult section of Italian Catholic Action, a parish-based program of faith building and social outreach.

Meeting thousands of young adults Oct. 29, Pope Francis said he knows that in most cities and towns the parish church is not the center of religious and social life like it was when he was growing up, but “for our journey of faith and growth, the parish experience was and is important, irreplaceable.”

With its mix of members, the pope said, the parish is the place to experience how “in the church we are all brothers and sisters through baptism; that we are all protagonists and responsible; that we have different gifts that are all for the good of the community; that life is vocation, following Jesus; and that faith is a gift to be given, a gift to witness.”

Pope Francis shakes hands with a child during an audience at the Vatican with members of the young adult section of Italy’s Catholic Action, Oct. 29, 2022. (CNS photo/Vatican Media)

Part of that witness, he said, is to show concretely how faith leads to charity and a desire for justice.
In the neighborhood, town and region, “our motto is not ‘I don’t care,’ but ‘I care!’” the pope said.

The “disease of not caring” can be “more dangerous than a cancer,” he told the young people. “Human misery is not a fate that befalls some unfortunate people, but almost always the result of injustices that must be eradicated.”

Pope Francis urged the young people not to be frustrated or put off by the fact that in their parishes “the community dimension is a bit weak,” something “which has been aggravated by the pandemic.”

Learning to see each other as brothers and sisters, he said, does not begin with some parish meeting or activity, but with each person through prayer and, especially, through the Eucharist celebrated and shared in the parish.

“Fraternity in the church is founded on Christ, on his presence in us and among us,” the pope said. “Thanks to him we welcome each other, bear with each other – Christian love is built on bearing with each other – and forgive each other.”

Prayer revitalizes the soul, pope says at Angelus

By Carol Glatz
VATICAN CITY (CNS) – Prayer is medicine for one’s faith and it reinvigorates the soul, Pope Francis said.
“We need the daily water of prayer, we need time dedicated to God, so that he can enter into our time, into our lives,” the pope said Oct. 16 during his Sunday Angelus address.

“We need consistent moments in which we open our hearts to him so that he can daily pour out on us love, peace, joy, strength, hope, thus nourishing our faith,” he said.

So often, people spend their day focused on many “urgent, but unnecessary things,” neglecting what counts the most in life, he said. “We allow our love for God to grow cold” bit by bit.

Prayer, he said, is the remedy to rekindle this “tepid faith.”

Pope Francis waves to the crowd as he leads the Angelus from the window of his studio overlooking St. Peter’s Square at the Vatican Oct. 16, 2022. (CNS photo/Vatican Media)

“Prayer is the medicine for faith; it is the restorative of the soul,” he said.

Just as a patient must “faithfully and regularly” take his or her medication, Pope Francis said, prayer, too, needs to be consistent and constant, not practiced in fits and starts.

In the Gospel of Luke’s parable of the persistent widow, Jesus is showing people that they must “pray always without becoming weary,” he said.

When finding the time to pray is a real difficulty, he said, busy people should turn to an old but “wise spiritual practice” called “aspirations.” These are very short prayers in which the mind is directed to God and “that can be repeated often throughout the day, in the course of various activities, to remain ‘in tune’ with the Lord” so that “our hearts remain connected to him.”

For example, he said, as soon as people wake up, “we can say, ‘Lord, I thank you and I offer this day to you,’” or before beginning an activity, “we can repeat, ‘Come, Holy Spirit,’” and throughout the day, people can pray, “Jesus, I trust in you. Jesus, I love you.”

“And let’s not forget to read his responses” in the Gospel, the pope said.

“The Lord always responds,” he said, so people should open the Gospel “several times every day, to receive a word of life directed to us.”

Vaticano II era ‘necesario’, escribe papa emérito a conferencia de EE. UU.

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – El Concilio Vaticano II fue “no solo significativo, sino necesario”, expresó el papa emérito Benedicto XVI en una carta a una conferencia sobre su trabajo teológico en la Universidad Franciscana de Steubenville.

La comprensión teológica de las diferentes religiones del mundo, la relación entre la fe y la razón y, especialmente, la naturaleza y misión de la iglesia en el mundo moderno eran retos que la Iglesia Católica debía afrontar, escribió el papa emérito en el mensaje leído el 20 de octubre.

La Fundación Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, con sede en el Vaticano, patrocinó la conferencia del 20 al 21 de octubre sobre “La visión de la Iglesia de Joseph Ratzinger y su relevancia para los desafíos contemporáneos”.

En su carta a los participantes de la conferencia, el papa emérito Benedicto XVI dijo que esperaba que sus discusiones y la comprensión de su trabajo teológico antes, durante, y después del Vaticano II “fueran útiles en la lucha por una correcta comprensión de la iglesia y el mundo en nuestro tiempo”.

Como sacerdote y teólogo, el padre Ratzinger asistió a las cuatro sesiones del concilio como asesor teológico, un “peritus”, del arzobispo de Colonia, Alemania.

El papa Benedicto XVI aparece durante su audiencia general final en la Plaza de San Pedro en el Vaticano en esta foto de archivo del 27 de febrero de 2013. El Concilio Vaticano II fue “no solo significativo, sino necesario”, dijo el pontífice retirado en una carta a una conferencia del 20 al 21 de octubre de 2022 sobre su trabajo en la Universidad Franciscana de Steubenville, Ohio. (Foto CNS/Paul Haring)

La decisión de San Juan XXIII de convocar el concilio, manifestó el papa emérito en su carta, fue una sorpresa para todos y muchas personas pensaron inicialmente que “inquietaría y sacudiría a la iglesia más que darle una nueva claridad para su misión”.

Sin embargo, “la necesidad de reformular la cuestión de la naturaleza y la misión de la iglesia se ha ido haciendo evidente. De esta manera, el poder positivo del concilio también está emergiendo lentamente”, escribió.

Al explicar su enfoque en la eclesiología — el estudio teológico de la iglesia — el papa emérito dijo que durante mucho tiempo se había centrado en la iglesia como institución, pero que después de la Primera Guerra Mundial “la dimensión espiritual más amplia del concepto de iglesia ahora se percibía con alegría” en el trabajo de teólogos influyentes.

Por otro lado, “la completa espiritualización del concepto de iglesia, por su parte, pierde el realismo de la fe y sus instituciones en el mundo”, escribió. “Así, en el Concilio Vaticano II, la cuestión de la iglesia en el mundo finalmente se convirtió en el verdadero problema central”, concluyó.

Papa anuncia segunda sesión para asamblea de Sínodo de Obispos

Por Cindy Wooden

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Al decir que no quería acelerar el proceso de discernir cómo el Espíritu Santo está llamando a la iglesia a crecer en “sinodalidad”, el papa Francisco anunció que la próxima asamblea del Sínodo de los Obispos se llevaría a cabo en dos sesiones.

La asamblea del sínodo — que tiene una mayoría de obispos como miembros votantes — se reunirá del 4 al 29 de octubre de 2023, como se había anunciado previamente, expresó el Santo Padre. Sin embargo, la asamblea también tendrá una segunda sesión en octubre de 2024.

El papa Francisco hizo el anuncio el 16 de octubre al final de su discurso del Ángelus; él se había reunido con el liderazgo del sínodo el 14 de octubre.

El papa y los obispos locales iniciaron el proceso de escucha y discernimiento para el “Sínodo sobre la sinodalidad” en octubre de 2021, y se espera que para noviembre la secretaría del sínodo publique un documento de trabajo para las asambleas continentales.

El Papa Francisco se reúne con los líderes de la secretaría general del Sínodo de los Obispos en la biblioteca del Palacio Apostólico en el Vaticano el 14 de octubre de 2022. En la foto con el pontífice están la misionera Xavière, la hermana Nathalie Becquart, subsecretaria; Monseñor Luis Marín de San Martín, subsecretario; el cardenal Jean-Claude Hollerich de Luxemburgo, relator general; cardenal Mario Grech, secretario general; y el padre jesuita Giacomo Costa, consultor. (Foto del CNS/Vatican Media)

Después de que 112 de las 114 conferencias episcopales en el mundo enviaran una síntesis de lo que surgió en las sesiones de escucha en sus países, el Sumo Pontífice manifestó que “los frutos del proceso sinodal en curso son muchos, pero para que lleguen a su madurez plena, es necesario no apresurarse”.

“Para tener un período de discernimiento más relajado”, anunció el papa, “he establecido que esta asamblea sinodal se llevará a cabo en dos sesiones” en lugar de la prevista originalmente.

“Confío en que esta decisión promueva la comprensión de la sinodalidad como una dimensión constitutiva de la iglesia y ayude a todos a vivirla como camino de hermanos y hermanas que proclaman la alegría del Evangelio”, dijo el papa Francisco a miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus dominical.

El sitio web de la secretaría del sínodo describe la sinodalidad como un estilo visto en la vida y misión de la iglesia que refleja su naturaleza como “el pueblo de Dios caminando juntos y reunidos en asamblea, convocados por Jesús, el Señor, en el poder del Espíritu Santo para proclamar el Evangelio”.

Si bien no implica que todos tengan voto sobre los problemas que enfrenta la iglesia, sí significa que todos los miembros de la iglesia, ordenados o laicos, tienen la responsabilidad de contribuir a la misión de la iglesia y orar, ofrecer sugerencias, y participar en discernir la voz del Espíritu Santo.

Un comunicado de la secretaría del sínodo del 16 de octubre dijo que la decisión del papa Francisco de agregar una segunda asamblea “proviene del deseo de que el tema de una ‘iglesia sinodal’, por su amplitud e importancia, pueda ser objeto de un discernimiento prolongado no solo por los miembros de la asamblea sinodal, sino por toda la iglesia”.

Aunque no contó con las mismas sesiones de escucha generalizadas y de base, las deliberaciones del Sínodo de los Obispos sobre los desafíos y alegrías que enfrentan las familias también se reunieron en dos sesiones. Primeramente, el papa Francisco convocó en 2014 una “asamblea general extraordinaria” sobre “los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”. Luego, utilizando el informe final de la reunión de 2014 como esquema, la asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos se reunió en 2015 para analizar “la vocación y la misión de la familia en la iglesia y el mundo contemporáneo”.El cardenal Lorenzo Baldisseri, entonces secretario general del sínodo, escribió a las conferencias episcopales en ese momento explicando que “las dos asambleas sinodales, compartiendo el mismo tema de la familia, se vuelven parte de un solo proceso sinodal, que incluye no solo la dos fases celebrativas, pero también el tiempo intermedio entre los sínodos, un tiempo para reflexionar sobre la reacción al primer sínodo y para hacer un examen teológico completo de la actividad pastoral de la iglesia a la luz del siguiente”.

Papa pide unidad en celebración de aniversario del Concilio Vaticano II

Por Cindy Wooden
Catholic News Service

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El Concilio Vaticano II fue la respuesta de la Iglesia Católica universal al amor de Dios y al mandato de Jesús de apacentar a sus ovejas, dijo el papa Francisco, celebrando el 60 aniversario de la apertura del concilio.

El concilio recordó a la iglesia lo que es “esencial”, dijo el papa: “una iglesia locamente enamorada de su Señor y de todos los hombres y mujeres a quienes él ama”, que “es rica en Jesús y pobre en bienes”, una iglesia que “sea libre y liberadora”.

El papa Francisco presidió la misa del 11 de octubre en la Basílica de San Pedro, donde se celebraron las sesiones del consejo en cuatro sesiones de 1962 a 1964. La fecha también es la fiesta de San Juan XXIII, quien convocó e inauguró el consejo; la urna de vidrio que contenía su cuerpo fue trasladada al centro de la basílica para la liturgia.

La lectura del Evangelio en la Misa relata que Jesús le preguntó a San Pedro: “¿Me amas?” y diciéndole: “Apacienta mis ovejas”.

Los prelados asisten a una Misa celebrada por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro el 11 de octubre de 2022, para conmemorar el 60 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano Segundo. (Foto del CNS/Vatican Media)

En su homilía, el papa dijo que el concilio fue la respuesta de la iglesia a esa pregunta y marcó un esfuerzo renovado para alimentar a las ovejas de Dios, no solo a los católicos, sino a todas las personas.

Los debates que siguieron al concilio y continúan hoy son una distracción de la misión de la iglesia, dijo el papa Francisco.

“Siempre estamos tentados a partir de nosotros mismos en lugar de Dios, a anteponer nuestras agendas al Evangelio, a dejarnos llevar por los vientos de la mundanalidad para seguir las modas del momento o dar la espalda al tiempo que la providencia nos ha concedido”, dijo.

Los católicos deben tener cuidado, dijo, porque “tanto el ‘progresismo’ que se alinea detrás del mundo como el ‘tradicionalismo’ que anhela un mundo pasado no son evidencias de amor, sino de infidelidad”, formas de “egoísmo que pone a nuestros propios gustos y planes por encima del amor que agrada a Dios, el amor sencillo, humilde y fiel que Jesús le pidió a Pedro”.

“Una iglesia enamorada de Jesús no tiene tiempo para peleas, chismes y disputas”, dijo el papa. “Que Dios nos libre de ser críticos e intolerantes, duros y enojados. Esto no es una cuestión de estilo sino de amor”.

Jesús, el buen pastor, “quiere que su rebaño esté unido bajo la guía de los pastores que él les ha dado”, dijo el papa, pero al diablo le encanta sembrar división; “no cedamos a sus señuelos ni a la tentación de la polarización”.

“Con qué frecuencia, tras el concilio, los cristianos prefirieron tomar partido en la iglesia, sin darse cuenta de que estaban rompiendo el corazón de su madre”, el corazón de su madre, la iglesia, dijo el papa Francisco.

¿Con qué frecuencia, preguntó, preferían “estar a la ‘derecha’ o a la ‘izquierda’ en lugar de estar con Jesús? Presentarse como ‘guardianes de la verdad’ o ‘pioneros de la innovación’ en lugar de verse a sí mismos como humildes y agradecidos hijos de la Santa Madre Iglesia?”

El concilio, dijo, enseñó a la iglesia a ver el mundo que la rodea y a compartir el amor de Dios con todos, sabiendo que “si corresponde mostrar una preocupación particular, debe ser por aquellos a quienes Dios más ama: los pobres y los descartados”.

Con la presencia de representantes ortodoxos, anglicanos y protestantes, como lo estaban en el concilio, el papa Francisco también rezó para que crezca “el anhelo de unidad” dentro de cada Cristo, “el deseo de comprometernos en la plena comunión entre todos los que creen en Cristo”. “

Agradeciendo a Dios por el don del concilio, el papa pidió al Señor que “nos salve de las formas de polarización que son obra del diablo. Y nosotros, tu iglesia, con Pedro y como Pedro, ahora te decimos: ‘Señor, tú sabes todo, sabes que te amamos.'”

El papa Francisco, quien fue ordenado sacerdote en 1969, es el primer papa ordenado después del Concilio Vaticano II. Su predecesor inmediato, el ahora jubilado papa Benedicto XVI, asistió a las cuatro sesiones del concilio como asesor teológico, un “perito”, del arzobispo de Colonia, Alemania. San Juan Pablo II participó en las cuatro sesiones como miembro de pleno derecho del cuerpo, primero como obispo auxiliar de Cracovia, Polonia, y luego como arzobispo de la ciudad.

Entre los más de 400 sacerdotes que concelebraron la Misa, la oficina litúrgica del Vaticano dijo que había cinco presentes en el Vaticano II.

Según los sitios web GCatholic.org y catholic-hierarchy.org, hoy en día hay seis obispos vivos en el mundo que participaron en al menos una sesión del Concilio Vaticano II. Entre ellos está el cardenal nigeriano Francis Arinze, un ex funcionario del Vaticano de 89 años que fue ordenado obispo en 1965 y asistió a la última sesión del consejo; fue uno de los concelebrantes en la Misa de aniversario.

Antes de la Misa, se leyeron pasajes del discurso de San Juan XXIII en la apertura del concilio. Conocido por sus primeras palabras en latín, “Gaudet Mater Ecclesia”, el discurso comienza: “La Madre Iglesia se regocija”.

También se leyeron selecciones de las cuatro constituciones del consejo. El papa Francisco ha pedido a los católicos que se preparen para el Año Santo 2025 releyendo y estudiando los documentos: Constitución sobre la Sagrada Liturgia (“Sacrosanctum Concilium”) ; Constitución Dogmática sobre la Iglesia (“Lumen Gentium”); Constitución Dogmática sobre la Revelación Divina (“Dei Verbum”); y Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Moderno (“Gaudium et Spes”).

Papa: Negar ayuda a los inmigrantes es ‘pecaminoso, criminal’

Por Cindy Wooden

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Negar ayuda a los migrantes desesperados es “repugnante, es pecaminoso, es criminal”, dijo el papa Francisco al canonizar a un obispo dedicado a ayudar a los migrantes y a un hermano salesiano que había emigrado con su familia a Argentina.

“La exclusión de los migrantes es criminal. Los hace morir frente a nosotros”, dijo el papa el 9 de octubre, refiriéndose a las muertes de migrantes y refugiados que cruzan mares peligrosos en busca de libertad y una vida digna.

Al inicio de la liturgia en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco reconoció formalmente la santidad de San Giovanni Battista Scalabrini, un italiano que fundó los Misioneros de San Carlos Borromeo para atender a los migrantes, y de san Artemide Zatti, un inmigrante italiano en Argentina que se hizo salesiano coadjutor, farmacéutico y enfermero.

Las oraciones de la Misa incluyeron una por “los que se ven obligados a dejar su patria” y pidiendo a Dios que enseñe a las personas a compartir “su mirada acogedora hacia todas las personas” y “sane la cultura del descarte de la indiferencia”.

El Papa Francisco camina junto a una imagen y una reliquia de San Giovanni Battista Scalabrini en la sala de audiencias del Vaticano el 10 de octubre de 2022, durante una reunión con peregrinos que habían venido a Roma para la canonización del sacerdote italiano. St. Scalabrini fundó una orden religiosa que atiende a inmigrantes y refugiados. (Foto del CNS/Vatican Media)

El papa Francisco enfocó gran parte de su homilía en la lectura del Evangelio del día sobre los 10 leprosos sanados por Jesús y, por lo tanto, a los que se les permitió volver a la sociedad.

“Cuando somos honestos con nosotros mismos, nos damos cuenta de que todos estamos enfermos de corazón, todos pecadores necesitados de la misericordia del Padre”, dijo el papa. “Entonces dejamos de crear divisiones en base al mérito, la posición social o algún otro criterio superficial; nuestras barreras interiores y prejuicios también caen. Al final, nos damos cuenta una vez más de que somos hermanos y hermanas”.

El papa Francisco pidió a las aproximadamente 50,000 personas en la Misa que pensaran si en sus familias, en el trabajo y en sus parroquias están dispuestos a caminar con los demás y escucharlos, “resistiendo la tentación de encerrarnos en nosotros mismos y ensimismados” pensar sólo en nuestras necesidades.

“Caminar juntos, ser ‘sinodal’, es también la vocación de la iglesia”, dijo. “Preguntémonos si somos realmente comunidades verdaderamente abiertas e incluyentes para todos; si cooperamos, como sacerdotes y laicos, al servicio del Evangelio; y si nos mostramos acogedores, no sólo con palabras sino con gestos concretos, tanto con los que están cerca de nosotros como con los que están lejos, y todos los que están azotados por los altibajos de la vida”.

El papa dijo que está “preocupado” al ver a los cristianos que tienden a dividir el mundo entre los “buenos y malos, santos y pecadores; esto los hace sentirse superiores a los demás y excluye a tantas personas que Dios quiere abrazar”.

Tanto la iglesia como la sociedad, dijo, “todavía están marcadas por muchas formas de desigualdad y marginación”.

Los nuevos santos Scalabrini y Zatti, dijo el papa, lucharon contra tales actitudes, dedicando sus vidas al servicio de los pobres, los migrantes y los enfermos.

“Sean siempre inclusivos”, dijo.

“Hoy, día en que el obispo Scalabrini se convierte en santo, pienso en los migrantes. La exclusión de los migrantes es escandalosa”, dijo. “En realidad, la exclusión de los migrantes es criminal”.

Algunas personas dicen de los migrantes y refugiados: “No, no los excluimos, los echamos”, dijo. Pero están siendo enviados a campos donde “son explotados y vendidos como esclavos”, repitiendo lo que han dicho muchas organizaciones de derechos humanos sobre los campos en Libia para las personas atrapadas tratando de cruzar el Mediterráneo.

“Hermanos y hermanas, recordemos hoy a estos migrantes, especialmente a los que están muriendo”, dijo. Y ¿qué pasa con “los que pueden entrar, los acogemos como hermanos y hermanas, o los explotamos? Simplemente planteo la pregunta”, agregó el papa.

Otra migración masiva en curso, particularmente en Europa, involucra a los millones de ucranianos que huyen de la guerra y “nos obligan a abrir nuestros corazones”, dijo el papa. “No olvidemos la asediada Ucrania”.

“Con gran visión”, dijo el papa, San Scalabrini “esperaba un mundo y una iglesia sin barreras, donde nadie fuera extranjero”.

“Por su parte, el salesiano coadjutor Artemide Zatti -con su bicicleta- fue un ejemplo vivo de gratitud”, dijo el papa. “Curado de la tuberculosis, dedicó toda su vida al servicio de los demás, cuidando con tierno amor a los enfermos”.

Al reunirse el 8 de octubre con los peregrinos que llegaron a Roma para presenciar la canonización de San Zatti, el papa Francisco ofreció un saludo especial a los hermanos religiosos; un día antes, los salesianos habían publicado partes de una carta que el entonces padre Jorge Mario Bergoglio había escrito sobre sus oraciones y novenas al hermano Zatti en la década de 1970 cuando era superior provincial de los jesuitas. Gracias a esas oraciones, escribió el futuro papa, de 1978 a 1986, 23 hombres ingresaron a los jesuitas para convertirse en hermanos después de años en los que la sociedad no tenía nuevos hermanos.

El papa Francisco les contó a los peregrinos sobre la experiencia de la familia Zatti como inmigrantes en Argentina, pero también confirmó su devoción a San Zatti como intercesor de las vocaciones a la vida religiosa.

“Los hermanos (religiosos) tienen un carisma especial, alimentado en la oración y en el trabajo. Y son buenos para todo el cuerpo de la congregación”, dijo el papa. “Son personas de piedad, son alegres, trabajadoras”, no se sienten inferiores porque no son sacerdotes sino que se enriquecen siendo hermanos de todos.CNS/Vatican Media)

Pope tells Putin: Stop the war

By Cindy Wooden
VATICAN CITY (CNS) – With “rivers of blood and tears” still flowing in Ukraine and with the increasing threat of the use of nuclear weapons, Pope Francis begged Russian President Vladimir Putin: “Stop this spiral of violence and death.”

With the situation being “so serious, devastating and threatening,” the pope did not offer his customary commentary on the day’s Gospel reading before reciting the Angelus prayer Oct. 2. Instead, he focused on the war and the “terrible and inconceivable wound” it is inflicting on humanity.

While constantly calling for peace and offering prayers for the victims since the war began in late February, the pope drew attention in his talk to “the serious situation that has arisen in recent days with further actions contrary to the principles of international law,” a clear reference to Putin’s announcement Sept. 30 that Russia was annexing four occupied territories in Ukraine.

The decision, the pope told people in St. Peter’s Square, “increases the risk of nuclear escalation to the point of fears of uncontrollable and catastrophic consequences worldwide.”

“My appeal is addressed first of all to the president of the Russian Federation, begging him to stop this spiral of violence and death, also for the sake of his people,” the pope said.

But “saddened by the immense suffering of the Ukrainian people as a result of the aggression suffered,” Pope Francis also appealed to Ukrainian President Volodymyr Zelenskyy “to be open” to any “serious peace proposals.”

Pope Francis leads the Angelus from the window of his studio overlooking St. Peter’s Square at the Vatican Oct. 2, 2022. The pope begged Russian President Vladimir Putin to stop the war in Ukraine and condemned Russia’s annexation of four Ukrainian regions. He also called upon Ukrainian President Volodymyr Zelenskyy to be open to serious peace proposals. (CNS photo/Vatican Media)

The pope also asked world leaders “to do everything in their power to put an end to the ongoing war, without allowing themselves to be drawn into dangerous escalations, and to promote and support initiatives for dialogue.”

While remembering Ukraine’s “thousands of victims,” including children, the destruction and the displacement of millions of people, Pope Francis also spoke of specifics.

“Some actions can never be justified. Never!” the pope said.

“It’s distressing that the world is learning the geography of Ukraine through names like Bucha, Irpin, Mariupol, Izium, Zaporizhzhia and other towns that have become places of suffering and indescribable fear,” the pope said, referring to cities previously occupied by Russian troops and where mass graves were found once the areas were liberated.

“And what about the fact that humanity is once again faced with the atomic threat?” the pope asked. “It is absurd.”

“How much blood still must flow before we understand that war is never a solution, only destruction?” the pope asked thousands of people gathered in the square for the midday prayer.

“In the name of God and in the name of the sense of humanity that dwells in every heart,” he said, “I renew my call for an immediate ceasefire.”

Pope Francis prayed for a negotiated settlement of the conflict, one that is “not imposed by force, but agreed, just and stable.”

A just solution, he said, must be “based on respect for the sacred value of human life, as well as the sovereignty and territorial integrity of each country, and the rights of minorities and legitimate concerns.”

Jesus, present in the Eucharist, inspires compassion, sharing, pope says

By Carol Glatz
VATICAN CITY (CNS) – One cannot love and worship the Eucharist without compassion for the poor and marginalized, Pope Francis said at a Mass concluding Italy’s eucharistic congress.

“Let us recognize that the Eucharist is the prophecy of a new world, it is the presence of Jesus who asks us to dedicate ourselves to an effective conversion,” which includes the conversion from indifference to compassion, from waste to sharing, from selfishness to love and from individualism to fraternity, he said in his homily Sept. 25.

The pope concelebrated the Mass at an outdoor stadium in the southern Italian city of Matera, which was host to Italy’s 27th National Eucharistic Congress Sept. 22-25.

In his homily, the pope reflected on the day’s Gospel reading (Lk 16:19-31), in which Jesus tells the parable about the nameless rich man who “dined sumptuously each day” and ignored the poor man, Lazarus, “who would gladly have eaten his fill of the scraps.”

Pope Francis holds his crosier as he celebrates the closing Mass of Italy’s National Eucharistic Congress at the municipal stadium in Matera, Italy, Sept. 25, 2022. (CNS photo/Vatican Media)

Pope Francis said, “It is painful to see that this parable” is still alive today with so many “injustices, inequalities, the unequal distribution of the earth’s resources, the abuse of the powerful against the weak, the indifference to the cry of the poor, the abyss we dig every day creating marginalization.”

All of this, he said, “cannot leave us indifferent.”
The parable talks about the abyss or great chasm that the rich man dug between him and Lazarus when they were alive, so now, “in eternal life, that gulf remains,” the pope said.

One’s eternal destination is determined by one’s earthly life, he said. “If we dig a chasm now,” separating oneself from others, then “we dig our own grave for later; if we raise walls against our brothers and sisters now, we remain imprisoned in loneliness and death later.”

The Eucharist offers a “permanent challenge” to adore and worship God, not oneself, the pope said, and “to put him at the heart” of everything.
“Only the Lord is God, and everything else is a gift of his love,” he said.

“If we worship ourselves, we die, asphyxiated inside our tiny ego; if we worship the riches of this world, they take possession of us and enslave us; if we worship the god of appearance and are inebriated in wastefulness, sooner or later life is going to ask us (to pay) the bill,” Pope Francis said.

“Instead,” he said, “when we adore the Lord Jesus present in the Eucharist, we receive a new way of looking at our lives as well: I am not the things I possess and the successes I am able to achieve; the value of my life does not depend on how much I can show off nor does it diminish when I go through failures and setbacks.”

“Every one of us is a child who is loved” and blessed by God, “who wanted to clothe me with beauty and wants me free from all enslavement,” he said. Those who worship God are free and are slaves to no one, he added.

The pope asked people to rediscover the prayer of adoration and to pray for a church that is “eucharistic, made up of women and men who break themselves like bread for all those who gnaw on loneliness and poverty, for those who are hungry for tenderness and compassion, for those whose lives are crumbling because the good leaven of hope has been lacking.”

The ideal, he said, is “a church that kneels before the Eucharist and worships with awe the Lord present in the bread, but which also knows how to bend down with compassion and tenderness before the wounds of those who suffer” and to become the “bread of hope and joy for all.”

Correct view of tradition nurtures beauty, grandeur of the liturgy

By Carol Glatz
VATICAN CITY (CNS) – The liturgy must be nurtured with care and never be neglected or abused, Pope Francis said.

“The liturgy is Christ’s work and the church’s, and as such, it is a living body,” he told members of Italy’s Association of Professors of Liturgy.

The liturgy “is not a monument made of marble or bronze, it’s not a museum piece. The liturgy is alive like a plant, and it must be nurtured with care” and never be “neglected or mistreated,” he said.

The pope made his remarks during an audience at the Vatican Sept. 1 with members of the association, which was founded 50 years ago to promote the study and teaching of liturgy at seminaries, departments of theology and other educational institutions.

Pope Francis underlined the importance of progress being rooted in a true sense of tradition.
“Progress in the understanding of, and even in the celebration of, the liturgy must also be rooted in tradition, which always advances in the way the Lord wants,” he said. Like with a tree, growth comes from the roots – from tradition, which is “the assurance of the future.”

However, the pope warned there are “many who say, ‘According to tradition …,’” when talking about the liturgy, and “at most they will be traditionalists.”

There is a “worldly spirit” of going backward that is “disguised as tradition” and is “fashionable today,” he said.

Pope Francis meets with members of Italy’s Association of Professors of Liturgy in the Clementine Hall at the Vatican Sept. 1, 2022. (CNS photo/Vatican Media)

This “backwardism,” he said, “is a temptation in the life of the church that leads you to worldly restorationism, disguised as liturgy and theology.”

According to the New Testament’s Letter to the Hebrews, “We are not among those who draw back,” he said. All Christians are called to “go forward, according to the line that tradition gives you. To go backward is to go against the truth and also against the Spirit.”

The association, which was founded after the Second Vatican Council to help promote the reception in Italy of the council’s teachings on the liturgy, continues to assist the church in this “season” of liturgical reform, the pope said.

This ongoing process “requires time and care, passionate and patient care; it requires spiritual intelligence and pastoral intelligence; it requires formation for a celebratory wisdom that cannot be improvised and must be continually refined,” he said.

Their work as experts, researchers and professors requires “synodal” dialogue with others in the fields of theology and the humanities, and with the people of God, who always need the formation and growth that helps their own understanding see “what comes from God and what really leads to him, even in the realm of the liturgy,” the pope said.

“We need more than ever today an exalted vision of the liturgy, so that it is not reduced to rambling about rubrical detail” or liturgical rules, he said.

The liturgy must not be “worldly” nor must it turn its back on the world with “worldly exclusivity,” he said.
The liturgy must make “people raise their eyes to heaven, to feel that the mystery of Christ dwells in the world and life” and, at the same time, it must be a liturgy for the good of humanity, with its “feet on the ground” and not removed from people’s lives, he said.

The liturgy should be “serious (and) close to the people,” he said. “The two things together: turning our gaze to the Lord without turning our backs on the world.”

The liturgy is not a worldly festivity, nor should it feel “gloomy” or funereal, he said. It is filled with the joy of the Holy Spirit, he said, and it celebrates “the beauty and grandeur of the mystery of God, who gives himself to us.”

Tolerancia cero para sacerdotes culpables de abusos, dice papa en entrevista

Por Carol Glatz

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Calificando el abuso sexual como “diabólico” y una “monstruosidad”, el papa Francisco recalcó que hay “tolerancia cero” para aquellos en la iglesia que son culpables de abuso.

“Algo que es clave es la tolerancia cero. Cero. Un sacerdote no puede seguir siendo sacerdote si es un abusador. No puede actuar (como sacerdote) porque está enfermo o es un delincuente”, expresó el papa en una entrevista con CNN Portugal.

Pope Francis addresses participants of Hechos 29, a youth conference held in Monterrey, Mexico on evangelization in the digital age, in a video released Aug. 6, 2022. The pope encouraged young men and women to carry out their mission in the digital space “so that contemporary culture can know God by feeling him within you.” (CNS screen grab/Vatican Media)

“Si es un sacerdote, está ahí para llevar a la gente a Dios y no para destruir a la gente en el nombre de Dios. Tolerancia cero y no debemos quedarnos ahí”, manifestó.

La larga entrevista se grabó el 11 de agosto en el Vaticano y se transmitió en dos segmentos durante dos noches, los días 4 y 5 de septiembre. CNN Portugal proporcionó a los reporteros en el Vaticano una transcripción de la entrevista en español.

La entrevista abarcó una amplia gama de temas, como la liturgia, el rol de la mujer, la importancia del diálogo, la sinodalidad, la vida de oración, y la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Lisboa, Portugal, del 1 al 6 de agosto de 2023.

Se le preguntó al Santo Padre sobre el enojo que la gente puede sentir hacia la iglesia por los abusos cometidos por algunos de sus miembros y cómo se manejaron esos casos.

“El abuso por parte de hombres y mujeres de la iglesia — abuso de autoridad, abuso de poder, y abuso sexual — es una monstruosidad porque el hombre o la mujer de la iglesia, ya sea sacerdote, religioso, o laico, fue llamado a servir y crear unidad, para fomentar el crecimiento, y el abuso siempre destruye”, sostuvo el papa.

La mayoría de los abusos ocurren y permanecen ocultos en las familias, acotó, y se estima que el 3 por ciento de los abusos denunciados fueron perpetrados por miembros de la iglesia, una cifra que aún es demasiado alta, dijo el papa.

Incluso si hubiera un solo perpetrador, “es una monstruosidad”, dijo. Desafortunadamente, la cultura del abuso está muy extendida en el mundo, pero “yo miro esto que existe (en la iglesia) y que yo soy el responsable de que no vuelva a pasar, ¿no?”.

CNN Portugal preguntó al Sumo Pontífice sobre sus esfuerzos para mantener el diálogo con los líderes de Ucrania y Rusia.

“Siempre creo que, si hablamos, podemos avanzar”, señaló.

Hablando sobre el papel de la mujer en la iglesia, en particular el nombramiento de varias mujeres para los principales puestos del Vaticano, dijo que esto no indicaba algún tipo de “tendencia feminista”, sino que era “un acto de justicia culturalmente descuidado”.

“Yo no inventé esto (la contratación de mujeres en el Vaticano). Ha estado ocurriendo durante los últimos 20 o 30 años y se está implementando lentamente”, dijo.

Hablando de la Jornada Mundial de la Juventud, el entrevistador le dijo al papa que los jóvenes y el mundo esperaban con ansias su visita el próximo año y su mensaje.

“Planeo ir. El papa irá, o Francisco o Juan XXIV, pero el papa irá”, dijo entre risas.