Santos de noviembre ofrecen luz en días oscuros

Obispo Joseph Kopacz

Por Obispo Joseph Kopacz
El mes de noviembre ya ha comenzado con la profundización de la oscuridad al final del día, y, espiritualmente, con las fiestas de Todos Los Santos y los Santos Difuntos que nos recuerdan que la Luz del Mundo siempre brilla en la oscuridad. Mucho más ardientemente en noviembre y principios de diciembre la Iglesia Católica mira más allá de lo visible a lo que es invisible cuando la vida eterna se desarrolla en su plenitud. En última instancia, nuestra ciudadanía está en los cielos, y la vida eterna nos envuelve. Sin embargo, en cada temporada la Iglesia nunca da un paso para dejar vivir el Evangelio con la mente y el corazón de quien vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. De hecho, en noviembre y diciembre con la llegada de las fiestas, la Iglesia junto con muchas otras organizaciones y personas de buena voluntad, aumenta sus esfuerzos para servir a los pobres y marginados y a ser solidarios con todos.
Tenemos algunos maravillosos santos en noviembre que son una lámpara para nuestros pies para caminar con el Señor más fielmente en nuestra generación. San Martín de Porres es uno de estos discípulos del Señor, cuya fiesta es el 3 de noviembre de cada año, que puede inspirar a muchos en nuestro mundo a levantar aquellos atrapados por la oscuridad. Martín nació en Lima, Perú, el 9 de diciembre de 1579.
Él era hijo ilegítimo de un español y una esclava liberada desde Panamá, de ascendencia africana o posiblemente americana nativa. El padre de Martin lo abandonó en su niñez, junto con su madre y su hermana menor, dejando a Martin creciendo en la más profunda pobreza. Después de pasar dos años en la escuela primaria, Martin fue colocado con un peluquero/cirujano donde pudiera aprender a cortar el pelo y aplicar las artes médicas. Mientras crecía Martin experimentó un gran ridículo por ser de raza mezclada. En el Perú, por ley, todos los descendientes de africanos o indios no estaban autorizados a ser miembros de de las órdenes religiosas. No obstante, ni siquiera las penurias implacables y el abandono podría separar Martin del amor de Jesucristo.
Gradualmente su firme compromiso a derramar su vida en las huellas del Maestro superó su cultura y los prejuicios y el racismo de la Iglesia. Hasta el momento de su muerte a los 60 años de edad en 1639, fue elogiado por su atención incondicional a todas las personas, independientemente de la raza o la riqueza. Él tomó el cuidado de todos, desde los nobles españoles hasta los esclavos africanos. A Martin no le importaba si la persona estaba enferma o sucia y les daba la bienvenida en su propia casa. La vida de Martin refleja su gran amor por Dios y por todos los dones de Dios. Esta es la Iglesia en trabajo, como la Madre Teresa, en cada rincón del mundo, el Señor encarnado lavando los pies de sus apóstoles y derramando su vida en la cruz.
En las lecturas bíblicas en la Misa de ayer, San Pablo en la primera carta a los Tesalonicenses, la primera palabra escrita que existe en el Nuevo Testamento, alrededor del año 50 D.C., revela el carisma evangélico que ha transformado la vida de las personas y las culturas por casi 2000 años. “Hermanos y hermanas: fuimos suaves entre vosotros, como una madre que amamanta cuida de sus hijos. Con tal afecto por ustedes, estábamos decididos a compartir con ustedes, no sólo el evangelio de Dios, sino a darnos a nosotros mismos, tan queridos han llegado a nosotros. Ustedes recuerdan, hermanos y hermanas, nuestros esfuerzos y fatigas. Trabajando día y noche para no ser una carga para nadie, les proclamamos el evangelio de Dios.” (1Tes 2, 7b-9)
El testimonio de san Pablo y San Martín, de la Madre Teresa, y de todos los santos, católicos y no católicos, canonizados o no, es la levadura del servicio amoroso en nuestra Iglesia y en nuestro mundo que superará el odio y la violencia, la codicia y la lujuria que continúan envenenando el alma de nuestra nación y el mundo. Con un mayor sentido de urgencia ante la invasión de la oscuridad, en la naturaleza y en las manos de aquellos impulsados por el mal, y junto con las innumerables oportunidades de generosidad y solidaridad que nos atraen en el tiempo futuro, que podamos escuchar la llamada del Señor a vivir el evangelio y a valorar las cosas que realmente son importantes.

Encuentro se enfoca en mejorando el ministerio hispano

Por Elsa Baughman
TUPELO/MADISON – Debido al proceso del V Encuentro y por seguridad de la gente, este año la Oficina de Ministerio Hispano decidió tener dos Encuentros hispanos diocesanos que se realizaron en un ambiente de comunidad, alegría y participación en Túpelo, el 7 de octubre en la Parroquia St. James, y en Madison el 21 de octubre en la Parroquia San Francisco de Asís. Unas 200 personas asistieron a ambos eventos y todos tuvieron la oportunidad de ofrecer sugerencias sobre los obstáculos, necesidades y situaciones que ellos consideran requieren atención por parte de la diócesis o de sus parroquias.
El programa que siguieron fue igual en las dos parroquias. La primera presentación fue una explicación sobre el proceso del V Encuentro, su espiritualidad, sus objetivos, su papel como proceso de evangelización y consulta. Se destacó que este es un proceso al cual fueron invitados a participar todos los católicos de cada comunidad, no unos pocos, y fueron llamados a convertirse en auténticos discípulos misioneros, a ser testigos del amor de Dios, como lo indica el tema de este V Encuentro.
El Obispo Joseph Kopacz asistió al Encuentro en Madison y celebró la misa junto con cuatro sacerdotes que estuvieron presentes. En su homilía, el Obispo Kopacz dijo que la Iglesia Católica y la Diócesis de Jackson están bendecidas con la presencia de los hispanos en este país. “Con gran alegría escuché hoy que el Encuentro está en el corazón de la misión de nuestra diócesis,” dijo. “Es muy importante inspirar a los discípulos y abrazar su diversidad. Los invito a vivir el evangelio en sus corazones, con sus familiares, en sus lugares de trabajo, en la sociedad, siempre buscando justicia, paz, compasión, comunidad y solidaridad con nuestros hermanos.”

V Encuentro - Tupelo

También se hizo un paralelismo entre los objetivos del V Encuentro, tomando en cuenta la historia de los hispanos católicos en la diócesis y nuestras prioridades del plan. En Tupelo esto fue expuesto por el Padre Octavio Escobar y en Madison por Maribel Melo.
La segunda presentación consistió en un testimonio personal de conversión y compromiso misionero. En Túpelo, lo dirigieron en forma de entrevista Danna Jonhson y Sandra Almanza quien dio su testimonio y en Madison, Gerardo Hernández, miembro de la Catedral de San Pedro, quien explicó cómo Jesús transformó su vida cuando conoció por primera vez a la que más tarde sería su futura esposa.
Después de cada una de las presentaciones hubo reuniones de grupos pequeños en los cuales seleccionaron obstáculos y necesidades que para ellos son más urgentes. A la vez, ofrecieron sugerencias sobre las que ellos consideran posibles y/o realizables. Esta lista surgió de las respuestas de los grupos parroquiales, y se llamó, “la voz del pueblo hispano en las periferias”.
Lo más importante de este V Encuentro es que los hispanos han sido los protagonistas en este proceso. Durante las cinco sesiones paroquiales, igualmente compartieron sus aspiraciones, sueños, dones y talentos que ellos pueden ofrecer en sus comunidades para el bien común en beneficio del reino de Dios.
Asimismo, algunos de ellos mencionaron que durante las sesiones aprendieron a “primerear”, algo nuevo para ellos. Y dijeron que ahora se sienten con más confianza para ser los primeros en saludar, ayudar, sonreír, y escuchar, algo que aprendieron del Papa Francisco en su exhortación apostólica, “La Alegría del Evangelio”. En el Encuentro en Madison, las necesidades primordiales que los participantes mencionaron eran: más grupos para jóvenes, apoyo y formación a las familias, formación bíblica para adultos y catequistas, cuidado de niños, que haya más sacerdotes que hablen español y que haya grupos de apoyo en las parroquias para situaciones en caso de emergencia.
En Tupelo, también resaltaron la importancia de la pastoral juvenil, de trabajar unidos entre hispanos y con otras culturas, tener más retiros, la importancia de la formación en distintos niveles (niños, jóvenes y adultos).
Reina Magaña dijo que para ella, las sesiones del V Encuentro fueron un proceso de conversión. “Me han ayudado a fortalecer mi confianza para hablar en público y a ver la realidad a mi alrededor,” dijo. “Hoy me siento más segura de mi misma.”
Como una experiencia exitosa en su parroquia, Ana Mora de Lange, miembro de la Parroquia San Francisco de Asís en Madison, mencionó que en su parroquia se realizan varias actividades para reunir a toda la comunidad, especialmente la celebración de “Los sabores de San Francisco” en la cual la gente prepara comida de sus países de origen y esto “nos hace sentir que en la iglesia todos somos un solo cuerpo, no importa de dónde venimos.” También anotó que hace dos años comenzaron a celebrar la fiesta de la Virgen de Guadalupe con una misa en español y también celebran las Posadas.
Entre otras prácticas exitosas en sus parroquias fueron mencionados el Movimiento Familiar Cristiano, el grupo de oración Emaús en la Catedral de San Pedro, las clases de catequesis en algunas de las parroquias y los grupos de alabanzas.
Eva Sánchez de la Parroquia Santa Teresita en Jackson dijo que se sentía muy contenta de estar participando en el V Encuentro. “Me ha servido mucho para crecer en mi fe y ser testimonio del amor de Dios,” dijo.
En la segunda reunión de grupos, los participantes eligieron tres de las siete áreas que surgieron de acuerdo al documento de trabajo propuesto por el equipo nacional ENAVE para el proceso en las parroquias. Ellos seleccionaron las de más importancia para ellos como hispanos, estas áreas son: pastoral juvenil, pastoral social, familiar, evangelización, promoción vocacional, creación de comunidades acogedoras y reconciliadoras y la formación permanente de discípulos comprometidos, las últimas tres correspondientes a las prioridades de nuestro Plan Diocesano.
Todas estas recomendaciones, ideas e inquietudes serán discernidas por el equipo del ministerio hispano y luego con las personas delegadas para llenar el documento de trabajo propuesto para la diócesis al terminar el encuentro diocesano para llevarlo a la reunión regional en febrero 2018 y luego al Encuentro Nacional en septiembre del mismo año. Este documento debe ser presentado al nuestro obispo y ser aprobado por él. Más tarde, será presentados a los obispos para su consideración en el su plan pastoral hispano nacional.
María Susana de Mejía miembro de la Parroquia St. James en Corinth participó en el Encuentro en Túpelo. Ella todavía se siente impactada por todo lo vivido, compartido y por los temas que se trataron en las reuniones de grupos pequeños. “No hay algo en particular que me impacto”, dijo. “Todo me gustó, desde la animación del seminarista Cesar Sánchez, la explicación del Padre Octavio, la pequeña dinámica que hicieron las dos mujeres en forma de entrevista y los momentos de compartir en los pequeños grupos. El Señor me dejó maravillada”.
Para Mayra Martínez de la Parroquia St. James en Túpelo, el Encuentro fue una experiencia inolvidable. “El poder convivir con personas de otras
comunidades y poder intercambiar opiniones y experiencias acerca de nuestras parroquias y de las necesidades de cada una de ellas y ver cómo se puede trabajar en ello, fue muy importante”, dijo.
Es importante mencionar que para este proceso en la Diócesis, la participación del obispo, del equipo de ministerio hispano, de las parroquias y de las personas en las parroquias fue muy importante. De otra manera, lo logrado hasta ahora es este proceso, no hubiera sido posible.
Tenemos mucho que trabajar a partir de estas necesidades y prioridades diocesanas, que junto con lo del V Encuentro, nos ha ayudado a ver las necesidades específicas de los hispanos en la diócesis y las posibles formas de integrarlo al Plan Diocesano de maneras concretas.

(NOTA DEL EDITOR: La Hermana María Elena Méndez colaboró con este escrito.)

El respeto por la vida incluye toda la comunidad

Obispo Joseph Kopacz

Por Obispo Joseph Kopacz
Como muchos de ustedes saben, desde el inicio de mi ordenación e instalación como el 11ª obispo de Jackson, he visitado y presidido la celebración Eucarística en la gran mayoría de nuestras parroquias. Uno de los momentos más interesantes para mí durante la liturgia, y hay muchos, es la ofrenda de las Intercesiones Generales. Constantemente en nuestras parroquias estas peticiones perforan los cielos en el nombre de Jesucristo, en nombre de la dignidad de la vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, así como los problemas a lo largo de nuestras vidas que son un asalto a la dignidad humana. Hay un sinnúmero: la pobreza, el racismo, la trata de seres humanos, el odio al extranjero en nuestro medio, la pena capital, la pornografía, el terrorismo, en nuestro país en Las Vegas (la última) y en el extranjero, la guerra, la limpieza étnica y religiosa, para nombrar sólo unos pocos en contra de la imagen y semejanza de Dios.
Oramos para hacer una diferencia; vivimos para hacer una diferencia, y debemos estar agradecidos a todos nuestros fieles católicos, los de otras tradiciones religiosas, y aquellos que no tienen fe o creencia religiosa que trabajan en nombre de la dignidad humana, la solidaridad y la justicia. Para muchos, la fe impulsa el compromiso; para otros, es la luz de la razón que conlleva a la verdad y al propósito de la vida humana. San Juan Pablo II dirigió elocuentemente la interacción de estos dos dinamismos dentro de la persona humana. “La fe y la razón son como las dos alas en las que el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad, y Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad para que, conociendo y amando a Dios, los hombres y las mujeres también puedan llegar a la plenitud de la verdad sobre sí mismos”.
En la búsqueda de la verdad la fe y la razón son de importancia crítica cuando nos esforzamos por crear una cultura de la vida en nuestra nación, ya que abren la puerta a colaborar con otros creyentes y no creyentes, para crear un orden social más justo y compasivo. De lo contrario, nosotros como católicos, somos fácilmente rechazados al endosar nuestras creencias sobre los demás. Por ejemplo, la Iglesia se opone inequívocamente al suicidio médicamente asistido por cualquier nombre que se promueva. Podemos señalar la sabiduría de la Asociación Médica Americana en su declaración de 1998 en oposición al suicidio médicamente asistido.
“Creemos que las leyes que sancionan el suicidio médicamente asistido sirven para debilitar los cimientos de la relación médico-paciente que se fundamenta en la confianza del paciente de que el médico está trabajando con tesón por su salud y bienestar… Creemos que es posible que las personas tengan la misma concentración, atención y compasión al final de la vida tal como se exhibe al comienzo de la vida. También pensamos que este es el camino que nuestra profesión debe responder a sus pacientes, no tomando sus vidas.
Creemos que es mucho mejor que simplemente diciendo: “Tómese estas dos pastillas y no me llame en la mañana porque usted no estará aquí”. La compasión en nuestra opinión radica en cuidar no en matar. Es cierto que incluso las estrellas eventualmente mueren. Pero no es para nosotros tirar de ellas desde el cielo antes de su tiempo. Más bien, debemos centrar nuestros esfuerzos en guiar suavemente su ascendencia (cuidados paliativos) adhiriéndonos a los mismos principios y mostrando la misma compasión y la misma preocupación de que gozaban en sus días más brillantes.
Todos nosotros, al igual que las estrellas, eventualmente moriremos. Pero el valor del espíritu humano debe continuar siendo respetado y debe seguir viviendo.” ¡Qué preciosas son estas palabras! Surgen de la luz de la razón y el juramento hipocrático que es una promesa sagrada de “no hacer daño.” Esto no es la exhortación de los predicadores y maestros de la fe, pero es armoniosa con nuestra creencia en la dignidad de la persona humana, hecha a imagen y semejanza de Dios. Juntos hemos llegado a la plenitud de la verdad acerca de nosotros mismos, y empujamos en contra de la cultura de la muerte que proyecta su sombra sobre la tierra.
Asimismo, hacemos brillar la luz de la fe y de la razón sobre el comienzo de la vida en el seno materno. A medida que el tiempo avanza la ciencia moderna está revelando el desarrollo y elegancia de los pre-nacidos a la vida humana y la viabilidad de nuestros hermanos y hermanas fuera del útero al comienzo del tercer trimestre. Un número creciente de jóvenes está abrazando el mensaje pro-vida que la Iglesia ha enseñado sin vacilaciones, no necesariamente porque creen que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, sino porque la realidad los está mirando fijamente a la cara. La fe y la razón, la religión y la ciencia no están en contradicción entre sí, sino que están brazo a brazo promoviendo una cultura de vida.
Todas las personas de buena voluntad puede comprender que un inesperado, no deseado embarazo puede ser abrumador e incluso traumático, pero una cultura de vida puede redoblar sus esfuerzos para acompañar a las mujeres y a sus parejas, casadas y solteras, a escoger la vida, porque es una bella elección. Pero las fuerzas de la muerte nunca duermen. En los últimos tiempos, las mujeres que han tenido abortos están siendo alentadas a hablar de sus abortos como una insignia de honor mientras la gente aplaude, en lugar de hablar de él confidencialmente y con ajustes apropiados con un miembro de la familia o un amigo, un consejero o director espiritual, o en el sacramento de la reconciliación, la búsqueda de la paz y la vida nueva.
En Illinois, en este momento una propuesta de ley está siendo promovida para financiar abortos con el dinero de los contribuyentes hasta el momento de los dolores de parto. ¿Alguien dijo cultura de muerte?
La Iglesia y todas las personas de buena voluntad están de hecho en favor de la mujer y esto incluye a las mujeres en el útero. Mientras promovemos una cultura de vida, de justicia y de paz nos comprometemos nuevamente a superar todas las injusticias que atrapan a las personas en sus momentos de desesperación y aislamiento, al comienzo y al final de la vida, y en todas las etapas. En la Iglesia ponemos nuestras vidas y cuantiosos recursos al servicio de la dignidad humana. Con malicia hacia ninguno, damos testimonio de la belleza, del bien y de la verdad de la vida humana a imagen de Dios. Que la fe y la razón nos guíe a lo largo de este noble camino.

Tome Nota

Estamos pidiendo anuncios de sus celebraciones de Nuestra Señora de Guadalupe. Por favor envíe su horario de actividades para esta celebración a maureen.smith@ catholicdiocese.org.

El Vaticano ha publicado una encuesta en línea para jóvenes de 16 a 29 años en preparación para el sínodo de los obispos de 2018. El obispo Joseph Kopacz pide que todos los jóvenes de nuestra diócesis participen. La encuesta está disponible en www.youth.synod2018.va/content/synod2018/it.html.

Encuentro Hispano Diocesano 7 de Octubre de 2017 St. James 845 Lakeshire Drive Túpelo, MS 38802-0734 8:30 a.m. – 5 p.m.

Encuentro Hispano Diocesano 21 de Octubre de 2017 St. Francis of Assissi 4000 West Tidewater Lane Madison, MS 39110 8:30 a.m. – 4 p.m.

Inmigrantes centroamericanos ayudan con la recuperación del terremoto en México

Por Davi Dagren

CIUDAD DE MÉXICO (CNS) – Los migrantes centroamericanos que viajan por México permanecen rutinariamente en un albergue católico en el Istmo de Tehuantepec. Pero los huéspedes del refugio de los Hermanos del Camino han estado lanzando con esfuerzos de socorro desde que un terremoto de magnitud 8.1 sacudió la región el 7 de septiembre. “Como defensores de los derechos humanos, pedimos a la gente que entienda y ayude a nuestros migrantes”, dijo el hermano de Crosier, José Filiberto Velásquez Florencio, coordinador del refugio, en la publicación de la Arquidiócesis de México, Desde la Fe. “Ahora están devolviendo este apoyo al pueblo mexicano, al istmo, a toda la gente que necesita su ayuda”. El terremoto ocurrió poco antes de la medianoche el 7 de septiembre con un epicentro en la costa del estado de Chiapas. Esto causó que los edificios se movieran en la lejana Ciudad de México, pero no causaron grandes daños allí. Sin embargo, destruyó casas y edificios en los estados del sur de Oaxaca y Chiapas y tomó las vidas de 96 personas. Las divisiones de Caritas organizaron colecciones en todo México para ayudar a las personas sin hogar en los estados del sur del país. El terremoto dañó aproximadamente el 80 por ciento de los hogares en Juchitán, un municipio adyacente a Ciudad Ixtepec, donde se encuentra el refugio de los Hermanos del Camino, según el gobierno del estado de Oaxaca. Los huéspedes del refugio han formado equipos, mostrados en fotos publicadas en Facebook, viajando a ciudades de toda la región y ayudando a las familias a recuperar objetos de los escombros de sus casas, como artículos de cocina, artículos electrónicos y recuerdos. “Hemos recibido mucho apoyo de la gente, así que queremos ayudarles,” Wilson Alonso, un emigrante de Honduras, le dijo al periódico español, El País. “Estamos eliminando todo lo que está creando un bloqueo y ayu
dando a la gente a rescatar cosas de sus hogares.” El refugio de los Hermanos del Camino no ha tenido un tiempo fácil en su misión de servir a los migrantes que llegan encima de un tren conocido como “La Bestia” por la forma en que mutila a los que caen bajo sus ruedas. El fundador del refugio, el padre Alejandro Solalinde, fue forzado al exilio por un período después de recibir amenazas de bandas de delincuencias organizadas, que secuestra a migrantes y se enfrentó a la perse
cución de políticos de la zona que estaban descontentos con su trabajo. Los daños en la zona son tan graves que las fotos de la prensa mostraron al Obispo Oscar Campos Contreras de Tehuantepec celebrando misa fuera de las oficinas diocesanas debido a que todas las iglesias de la zona sufrieron daños. Las iglesias en Chiapas también fueron dañadas. La caída de los escombros destruyó el órgano de la catedral de San Cristóbal de Las Casas.

Obispo soporta el Centro de Apoyo al Migrante

(Nota del editor: El Obispo Joseph Kopacz utilizó los desarrollos de DACA para llamar la atención sobre el Centro de Apoyo al Migrante de las Caridades Católicas. El siguiente es un extracto de una carta enviada junta con algunos casos describiendo el trabajo del centro.) El Centro de Apoyo para Migrantes brinda servicios críticos a los inmigrantes que tienen necesidades urgentes. Ahora más que nunca, esta población requiere nuestros servicios. Algunos inmigrantes no conocen sus derechos, y nuestros abogados trabajan incansablemente para defender sus causas ante las cortes, al mismo tiempo que proporcionan programas de educación e información. Cuando un gran número de niños inmigrantes no acompañados de Guatemala, Honduras y El Salvador, buscaron refugio en los Estados Unidos en el 2013, el Papa Francisco dijo: “Esta emergencia humanitaria requiere que estos niños sean protegidos”. En el Centro de Apoyo al Migrante, tomamos esta evocación en serio. Estos niños no acompañados son nuestros clientes más vulnerables, ya que muchos han sufrido daños y se embarcaron en el viaje peligroso de sus países a los Estados Unidos. La ley de inmigración provee ciertos remedios legales a los niños que están huyendo de la persecución, o han sido abusados o abandonados por sus padres. Pero la aplicación de estos remedios es complicada. Los niños que son incapaces de pagar asistencia legal tienen que enfrentar estos procedimientos solos, lo que significa un retorno casi seguro a los peligros de los que huyeron.
En Mississippi, pocos recursos legales existen para los niños que no pueden pagar. Por lo tanto, el Centro de Apoyo está trabajando para asegurar que todos los niños no acompañados tengan representación de inmigración pro bono, ayudándoles a crear vidas nuevas. Tal es el caso de Julio, adolescente guatemalteco que huyó de su país como menor desacompañado después de que el alcalde de su ciudad lo reclutara a la fuerza para tomar las armas contra una compañía minera extranjera, incorporada por el gobierno guatemalteco para excavar tierras tradicionalmente indígenas (como la de Julio). Durante una escaramuza, un minero cortó el brazo de Julio con un machete, dejándolo físicamente y emocionalmente marcado. Julio no pudo pedir ayuda del gobierno guatemalteco, ya que las tropas federales prestaron apoyo a las compañías mineras. Con la ayuda del Centro de Apoyo y de nuestros socios de Mississippi College, Julio ahora tiene asilo y está disfrutando su libertad en los Estados Unidos. El Centro de Apoyo también representó a cuatro hermanos hondureños, los García, que huyeron de Honduras después de sufrir abusos físicos, emocionales y sexuales y luego fueron abandonados por su padre. Los abogados del Centro de Apoyo representaron a los niños en la corte y aseguraron el estado juvenil especial de inmigrantes y la residencia permanente legal para los niños basado en el trauma que sufrieron. Los niños están asistiendo a la escuela, aprendiendo inglés y recibiendo servicios de consejería en su nuevo hogar.

Reconstrucción: una obra de fe, esperanza

Por obisPo JosePh KoPacz Construir y reconstruir son tareas tan esenciales para nosotros en nuestra vida diaria y especialmente para nosotros, como cristianos, que trabajamos para promover el reino de Dios en nuestro mundo, un reino de verdad y de amor, un reino de santidad y de gracia, un reino de justicia, amor y paz. Para muchas personas al terminarse el don del tiempo extendido el fin de semana del Día del Trabajo nos encontramos de nuevo en el ritmo de nuestra vida diaria, y listos o no, ansiosos o resistentes, la vida tiene una manera de tirarnos y de empujarnos. Qué creativo es el concepto de que un fin de semana largo a finales del verano, abierto al ocio y a la necesidad de equilibrio en nuestras vidas, nos da una pausa para reflexionar sobre la dignidad del trabajo en todas sus manifestaciones, la obra de nuestras manos, mente, corazón y espíritu. La fundación de la Palabra de Dios es la obra de la creación, (seis días) equilibrado por descanso del sábado (un día). La interacción entre el trabajo y el descanso en Dios produce mucho fruto al cumplir nuestra dignidad y destino como imago Dei. El salmo 90, v. 17 pide a Dios que bendiga la obra de nuestras manos para que podamos efectivamente preservar el orden correcto de las cosas y, además, la obra de la creación. El trabajo es bueno, y extractos del siguiente poema “Ser de uso” por Marge Piercy capta la sabiduría de las edades iniciado en Dios.
“La gente que más amo salta al trabajo de cabeza primero sin perder tiempo en la superficialidad….Me encanta la gente que utilizan, un buey a un pesado carro, que tira como el búfalo de agua con enorme paciencia, que se esfuerza en el barro y la porquería para hacer avanzar las cosas, quién hace lo que tiene que hacerse, una y otra vez…quiero estar con la gente que se sumerge en la tarea, que van a los campos para la recolección de la cosecha y trabajan en una fila y pasan las bolsas…El trabajo del mundo es común como el barro, chapuza, mancha las manos, se desmorona en polvo. Pero la cosa que vale la pena hacer bien hecha tiene una forma que satisface, limpia y evidente… El cántaro clama por agua
para llevar, y una persona por trabajo que es real.” Uno puede sentir la energía en este notable poema, y visualizar la decidida actividad de la que habla. Podemos ampliar estas imágenes en cada rincón de nuestras vidas, y fácilmente en la reconstrucción que se está llevando a cabo en Houston y Beaumont y en muchas comunidades en el sureste de Texas después del huracán Harvey. Este trabajo de recuperación continuará durante años y muchos trabajarán, de cerca y de lejos, vecinos y amigos, extranjeros e inmigrantes. Lo que lleva años para construirse puede ser derribado en momentos por el poder destructivo de la naturaleza, o las malas intenciones de la gente. La noche llegó y la mañana continuó y así reconstruimos porque hay un poder superior, y la fe, la esperanza y el amor prevalecerán. Para comprender esto mientras avanzamos en las interminables tareas que tenemos ante nosotros en nuestros hogares, escuelas y lugares de trabajo, es un regalo que nos motiva, especialmente en esos días que preferiríamos quedarnos en la cama. Este día, el 20º aniversario de la muerte de la Madre Teresa, nos recuerda la bondad, la belleza y la verdad de su vida, y la perspectiva fundamental de su fiel espíritu, es decir, “hacer de nuestra vida algo hermoso por Dios”. Su perdurable legado encarna la sabiduría que encontramos en el evangelio de Juan “el primer trabajo es tener fe en el que Dios envió, recordándonos como discípulos que el trabajo de la creación encuentra su realización en el plan de salvación de Dios en Jesucristo. El don de la fe, del tamaño de una semilla de mostaza, puede mover montañas. (Lucas 17,6) Consideren el amanecer de la Madre Teresa, alterado a mediados de su vida de fe dedicada a los indigentes y abandonados. Ella pasó la antorcha al educar a los jóvenes y privilegiado de clase media y alta de la India y caminó hacia el infierno de Calcuta donde muchas personas habían perdido la esperanza y movido montañas. ¡Qué semilla de mostaza! Esta ruta increíble de fe, esperanza y amor no es el derecho de nacimiento de unos pocos elegidos, sino la llamada del Señor en cada una de nuestras vidas. “Porque somos su obra, creados en Cristo Jesús para las buenas obras que Dios ha preparado de antemano, que deberíamos vivir en ellas.” (Efesios 2:10) Qué el Señor suscite en cada uno de nosotros una maravillosa armonía de fe y trabajo, de modo que podamos hacer de nuestras vidas algo hermoso desarrollando nuestros talentos, sirviendo a otros y dando a Dios la gloria.

Con una sierra, hermana carmelita ayuda después del huracán Irma

Por Rhina Guidos
WASHINGTON (CNS) – Después de la destrucción del huracán Irma en la Florida, la hermana carmelita Margaret Ann Laechelin vio a una persona tratando de manejar con dificultad por un camino obstruido por un árbol que se había caído, y se preocupó por la seguridad de los demás.
“El camino estaba bloqueado y no pudimos pasar, y vi a alguien que se deslizó en el barro (con el carro) y casi se dio contra una pared y se fue de la carretera, vi que había una necesidad, yo tenía (las herramientas), quería ayudar”, la hermana Laechelin explicó a la cadena de noticias CNN el 12 de septiembre mientras un video la mostraba, vestida con la túnica marrón de las Carmelitas, cortando un árbol con una sierra.
El Departamento de Policía de Miami-Dade de la Florida había tuiteado el video ese mismo día, agradeciéndole — a ella y a otros floridanos — por su ayuda con los esfuerzos de limpieza. Durante su entrevista con CNN, la hermana Laechelin dijo que exalumnos de la escuela Arzobispo Coleman F. Carroll High School en Miami, donde ella es la directora, vieron sus esfuerzos y llegaron a ayudar.

La hermana carmelita Margaret Ann Laechelin, directora de la Arzobispo Coleman F. Carroll High School en Miami, usa una sierra para cortar un árbol después del huracán Irma. (Foto CNS-Cortesía de la hermana Margaret Ann)

La hermana Laechelin, de la comunidad Carmelitas del Sagrado Corazón, dijo a CNN que la escuela tenía sierras almacenadas en un armario y por la destrucción después del huracán, decidió usarlas. La hermana dijo que a los estudiantes de la escuela se les enseña que hagan lo que puedan para ayudar a otros.
“Y esta fue una oportunidad donde yo pude hacer algo para ayudar y, gracias a Dios, pude hacerlo”, ella dijo.
El video causó una sensación en Twitter donde se hablado mucho de la “monja con la sierra” después del huracán Irma, y algunos la pintaron como un símbolo de resistencia, resiliencia y espíritu comunitario.
La gente le está dando atención al video de la monja con la sierra, “pero yo he dado mi vida a Dios y eso es lo que trae verdadera alegría”, no la fama que vino después de la transmisión del video, dijo la hermana Laechelin en una entrevista con Catholic News Service el 14 de septiembre.
Aunque no se nota en el video, ella nunca había usado una sierra antes, pero cuando se dio cuenta que tenía que quitar el árbol del camino, se acordó de consejos importantes de sus estudiantes y acudió a YouTube para ver la manera de usar la herramienta.
Su familia en Texas, sin embargo, estaba “asombrada” cuando la vieron en la televisión, y le dijeron: “Siempre sabíamos que serías famosa, pero no por (usar) una sierra”.
La mejor lección que le puede impartir a sus estudiantes, dijo, viene del Evangelio.
“Quiero que sepan que si ven una necesidad, ayuden a la gente, ayuden a los demás, porque Dios no nos creó para ser egoístas y cuidar sólo nuestro pequeño mundo.”,