Cuando nuestro mundo se está cayendo a pedazos

Por Padre Ron Rolheiser
Los primeros años de mi adultez y sacerdocio los pasé enseñando teología en Newman Theological College en Edmonton, Canadá. Era joven, llena de energía, amaba la enseñanza y estaba descubriendo las alegrías del ministerio. En su mayor parte, estos fueron buenos años.

Sin embargo, no siempre fueron fáciles. La inquietud y el caos interior nos encuentran a todos. Las demandas del ministerio, las tensiones dentro de la comunidad, las obsesiones a las que siempre soy propenso, la partida frecuente de queridos amigos de la comunidad y el constante movimiento de personas a lo largo de mi vida, ocasionalmente me dejaban en un caos emocional, sin aliento. en busca de oxígeno, luchando por dormir, preguntándome cómo iba a aquietar mi alma de nuevo.

JACKSON – “El alma no necesita ser curada, solo cuidada adecuadamente”, dice el Padre Rolheiser y para eso hay que encontrar, entre muchas cosas, la pareja adecuada que ayude a cuidar del alma. El matrimonio de Ignacio y Yudith Carrillo celebran su cuadragésimo aniversario de bodas, junto a decenas de matrimonios de toda la diócesis, en una Misa especial, celebrada por el obispo Joseph Kopacz, en la Catedral de San Pedro, el domingo 13 de febrero. (Foto por Tereza Ma)

Pero, tenía una pequeña fórmula para ayudar a manejar esto. Cada vez que el caos empeoraba, me subía a mi auto y conducía cuatro horas hasta nuestra granja familiar al otro lado de la frontera en Saskatchewan. Mi familia todavía vivía en la casa en la que crecí y pude comer en la misma mesa en la que comía cuando era niño, dormir en la misma cama en la que dormía cuando era niño y caminar igual. suelo que había caminado mientras crecía. Por lo general, una casa no tardó mucho en hacer su trabajo. Solo necesitaría una comida o pasar la noche y el caos y la angustia disminuirían; Comenzaría a sentirme estable de nuevo.

Regresar a casa no curó el dolor de corazón, pero le dio al corazón el cuidado que necesitaba. De alguna manera el hogar siempre funcionó.

Hoy en día, el mismo tipo de caos emocional y angustia todavía puede perturbarme en ocasiones y dejarme inseguro de quién soy, de las elecciones que he hecho en la vida y de en quién y en qué confiar. Sin embargo, ya no puedo conducir a la casa de mi infancia y necesito encontrar el equilibrio que una vez me dio ir a casa de nuevas maneras. No siempre es evidente dónde encontrar esto, incluso en medio de una buena comunidad, una familia que aún brinda apoyo, amigos amorosos y un trabajo maravilloso. El hogar puede ser esquivo en una noche inquieta. Lo que uno necesita para estabilizar el corazón no siempre es de fácil acceso. Una vez que has salido de casa, a veces es difícil encontrar el camino de regreso allí.

Entonces, ¿qué hago ahora cuando necesito ir a casa y retocarme las raíces para estabilizarme?

A veces, un amigo de confianza es la respuesta; a veces es una llamada a un familiar; a veces es una familia que se ha convertido en familia para mí, a veces es un lugar de oración o en la naturaleza, a veces me sumerjo en el trabajo, y a veces no puedo encontrarlo y tengo que vivir con el caos hasta que, como un mal tormenta, pasa.

A lo largo de los años, descubrí que un libro especial puede llevarme a casa de la misma manera que lo hacía una vez conducir hasta allí. Diferentes personas encuentran casas en diferentes lugares. Uno de los libros que hacen esto por mí, casi sin excepción, es La historia de un alma de Teresa de Lisieux. No es sorprendente que sea la historia de un viaje recesivo, la historia del propio esfuerzo de Therese por recuperar lo que una vez le dieron su casa, su hogar y su familia. Pero el viaje recesivo en sí mismo no es lo que le da a este libro (que recomiendo encarecidamente a cualquier persona cuyo corazón duele de una manera que perturba el alma) un poder tan especial. Muchas autobiografías inquietan más de lo que tranquilizan. Esta calma tu alma.

Sin embargo, recordar por sí solo no necesariamente se preocupa por el corazón y, a veces, nuestros recuerdos del hogar y la infancia conllevan más patología y dolor que tranquilidad y curación. No todos los hogares eran seguros y acogedores. Trágicamente, el hogar inicial de uno también puede ser el lugar donde nuestra confianza y estabilidad se rompen irrevocablemente, como suele ser el caso en el abuso sexual y otras formas de abuso. Tuve suerte. Mi primer hogar me dio confianza y fe. Para los que no tuvieron tanta suerte, la tarea es encontrar un hogar, un lugar o una persona, que acaricie un alma herida.

¿Qué hace a un hogar que acaricia el alma?

Padre Ron Rolheiser, OMI

El hogar es donde estás seguro. También es el lugar donde experimentas seguridad y confianza y donde esa constancia te permite creer en las cosas de la fe. Solía conducir cuatro horas para comer o dormir una noche para encontrar eso. Hoy, necesito hacer ese viaje recesivo de otras maneras.

Es un viaje que todos necesitamos hacer en tiempos de caos y profunda inquietud en nuestras vidas, es decir, para encontrar un lugar, un espacio, un amigo, una familia, una casa, una mesa, una cama, un libro o algo que vuelve a cimentarnos en la seguridad, la confianza, la estabilidad y la fe.

Por supuesto, hay dolores de cabeza y de corazón para los que no hay cura; pero el alma no necesita ser curada, solo debidamente cuidada. Nuestra tarea es volver a casa, encontrar esas personas, lugares, oraciones y libros que nos acarician el alma en esos momentos en que nuestro mundo se derrumba.

(Reescritura parcial de una columna de 2006)

(El padre oblato Ron Rolheiser es teólogo, maestro y autor galardonado. Se le puede contactar a través de su sitio web https://www.ronrolheiser.comwww.ronrolheiser.com Ahora en Facebook www.facebook.com/ronrolheiser)

Sínodo, Fundamento de Iglesia Restaurada

Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D.
El incendio que casi destruye la catedral de Nuestra Señora de París (Notre Dame) parece un recuerdo lejano. De hecho, ocurrió hace menos de tres años, el 15 de abril de 2019, pero estaríamos de acuerdo en que el hecho se ha desvanecido de la conciencia del público. Esto se debe en gran parte a la pandemia, que ha estado ardiendo sin parar durante los dos últimos años, con todos los trastornos sociales y económicos que la acompañan. Sin embargo, el trabajo de amor para restaurar este ícono de renombre mundial no ha perdido impulso, aunque la restauración progrese fuera de la vista del público.

Obispo Joseph R. Kopacz

La masiva empresa para la completa restauración de la casa de culto de Nuestra Señora está programada para 2024. Este marco de tiempo anticipado es nada menos que un milagro, y saca a la luz el compromiso de la nación francesa, creyentes y no creyentes por igual, para restaurar este tesoro nacional de valor incalculable.

Aunque la práctica de la fe católica en Francia y en gran parte de Europa está luchando por emerger de las cenizas del desprecio, el flujo de peregrinos y turistas a esta medieval obra maestra de 800 años es muy fuerte. Ni la iglesia ni el estado quieren enfrentar el futuro sin este ícono trascendente de fe y cultura. Afortunadamente, las estatuas de los 12 Apóstoles salieron de la ciudad, cuatro días antes del incendio, para su propia restauración programada y las mismas están proporcionando una buena base sobre la cual reconstruir.

En ese sentido, el Papa Francisco, el sucesor de San Pedro, en colaboración con los obispos de todo el mundo, los sucesores de los Apóstoles, está llamando a un esfuerzo de base entre los fieles para abrazar un proceso de renovación y restauración en la iglesia a través del Sínodo sobre la Sinodalidad. En los últimos tiempos, muchas fuerzas han devastado la iglesia como un fuego destructivo y dispersado a los fieles, incluida la pandemia, los escándalos, las divisiones y la hostilidad general hacia todo lo religioso. El Papa Francisco espera que el proceso sinodal de comunión, participación y misión pueda ser un contrapeso a las presiones que están desgarrando el tejido de la unidad e integridad de la iglesia.

El espíritu del Sínodo ha sido evidente en las principales obras del Papa Francisco desde el comienzo de su papado. Desde la Alegría del Evangelio hasta sus obras más recientes, Fratelli Tutti y Soñemos, mientras la pandemia continuaba envolviendo al mundo, su visión sincera es que la fraternidad se elevará al nivel de libertad e igualdad, creando una auténtica solidaridad dentro de la iglesia y entre las naciones de nuestro mundo frente a la flagrante disparidad. Su esperanza es que, a través de un proceso sinodal mundial, el Espíritu Santo pueda dar nueva vida a la iglesia y, a su vez, la iglesia pueda ser testigo al mundo del buen fruto del diálogo, la escucha respetuosa y el discernimiento en nombre del bien común.

La experiencia nos enseña que este proceso sinodal de encuentro y acompañamiento no puede tener éxito sin la oración y la Palabra de Dios. De lo contrario, la polarización y la politización harán descarrilar las mejores intenciones y las divisiones dentro y alrededor de la iglesia estropearán el momento. Más bien, surgiendo de nuestra identidad fundamental como el Cuerpo de Cristo, en la Diócesis de Jackson hemos desarrollado un proceso de comunión, participación y misión que apela a nuestros mejores ángeles.

Bajo la mirada del Espíritu Santo buscamos encender la voz de los fieles para leer mejor, con la mente y el corazón de Jesucristo, los signos de los tiempos. Hemos desarrollado el proceso para maximizar el nivel de participación en nuestras parroquias, escuelas y en una gran cantidad de organizaciones y ministerios extra parroquiales. Esperamos que haya mucho que digerir, de lo cual surgirá nuestra síntesis diocesana de 10 páginas que, eventualmente, será una corriente que desemboque en un río caudaloso que fluirá hasta Roma.

Si creyentes y no creyentes, en una fraternidad admirable, pueden comprometerse con la restauración completa de Notre Dame, un ícono trascendente de fe y cultura, entonces esperamos que el Espíritu Santo guíe al pueblo de Dios en la Diócesis de Jackson y en todo el mundo en la restauración de la iglesia que es icono y sacramento de salvación.

María, Madre de la Iglesia, ¡Ruega por nosotros!

“Volveremos a consagrar esta iglesia”

Por Joanna King

 GREENWOOD – Llenos de fe, los feligreses de Immaculate Heart of Mary en Greenwood se niegan a permitir que un allanamiento que profanó su parroquia triunfe sobre su espíritu, eligiendo perdonar y orar para que el Espíritu Santo llene los corazones de los perpetradores.

El miércoles 26 de enero, los miembros del coro que llegaron para practicar descubriendo que su parroquia había sido objeto de vandalismo. Algunos feligreses describieron la escena como si un tornado la hubiera atravesado.

El altar fue volcado, los himnarios fueron arrancados de sus lomos con papeles esparcidos por todo el santuario, el púlpito también fue volcado. Una estatua de María, de más de 100 años, fue derribada y su rostro destrozado. Muchos otros artículos fueron volteados y doblados. También se rompió una fuente bautismal antigua.

Lo más perturbador para algunos feligreses fue que se abrió una brecha en el tabernáculo y se retiró el Santísimo Sacramento, que se colocó en el altar original de la iglesia. Pero por gracia, las hostias no parecieron ser tocadas. Los feligreses como Mary Jane Faulkner sintieron que la situación podría haber sido peor.

Greenwood- El obispo Joseph Kopacz derrama el Crisma in el altar de la iglesia Inmaculado Corazón de María, después de un asalto que desacralizó no solo el altar, sino además, estatuas y otros objetos sagrados de la misma.

“Al menos no rompieron las ventanas… podrían haber incendiado la iglesia, cuando destruyeron a María junto a las velas,” dijo Faulkner, quien también trabaja en las comunicaciones para la parroquia. “Entonces, fuimos bendecidos. Es increíble que no demolieran algunas de las otras cosas que podrían tener,” concluyó.

Según la USCCB, al menos 120 incidentes, como el ocurrido en Immaculate Heart, han ocurrido en 31 estados y el Distrito de Columbia desde mayo de 2020. Los incidentes incluyen incendios provocados, estatuas decapitadas, extremidades cortadas, destrozadas y pintadas, lápidas desfiguradas con esvásticas y lenguaje anticatólico, banderas americanas quemadas junto a ellas y otros actos de destrucción y vandalismo. La conferencia incluso tiene una página dedicada en su sitio web que enumera noticias que detallan el vandalismo por mes, desde que comenzaron a rastrear incidentes en mayo de 2020.

El párroco del Inmaculado Corazón, José de Jesús Sánchez expresó su “conmoción y dolor” por el allanamiento a través de las redes sociales a la comunidad católica, alertándolos de la destrucción en su parroquia. El Padre José estaba en una boda familiar en su país de origen, México, en el momento del incidente.

La gente se sintió muy afectada por las imágenes compartidas por el padre Sánchez, incluido el obispo Joseph Kopacz, quien dijo que “al mismo tiempo, se han ofrecido muchas oraciones” de personas de toda la diócesis a través del poder de las redes sociales.

En medio de toda la destrucción en Immaculate Heart, el obispo Kopacz viajó a la parroquia el miércoles 1 de febrero para volver a consagrar la iglesia.

“Volveremos a consagrar esta iglesia una vez más a Dios en el Señor”, dijo el obispo Kopacz “…con mucha fe, esperanza, amor y con el deseo de seguir verdaderamente adelante, sabiendo que nos hemos reconciliado a un nivel muy profundo”.

Algunos en la parroquia sintieron que la intención detrás de la destrucción era hacer que los feligreses perdieran la fe, pero la fe de la comunidad del Inmaculado Corazón es fuerte. “Damos gracias por este don de fe, que puede ser atacado, que puede ser lastimado, pero no puede ser vencido en el Señor,” dijo el obispo Kopacz.

Durante su homilía, el obispo Kopacz habló de la destrucción y el mal que ocurrió dentro de los muros de la iglesia, mencionando el hecho de volcar el púlpito y el altar. “La Palabra de Dios, otra parte sagrada de lo que somos, fue anulada, como diciendo ‘No queremos que esta Palabra sea proclamada desde este púlpito’,” dijo el obispo Kopacz, comparando la destrucción con la malicia. “Esto es más que juvenil, ‘vamos a causar un poco de caos en este edificio’.” Además, el obispo Kopacz mencionó el altar volcado y el sacramento perturbado afirmando que “fue un golpe deliberado a todo lo que es sagrado para nosotros”.

Como parte de la nueva consagración de la iglesia, el obispo Kopacz tuvo mucho cuidado en la unción del altar con el Crisma, además del uso del agua bendita para renovar la promesa bautismal de los presentes. “Esto busca corregir lo que se ha agraviado,” dijo. “Nuestro altar representa a Cristo, es Cristo. … En la unción, estamos permitiendo que el Señor venga nuevamente ante nosotros de la manera más poderosa para ser nuestro Buen Pastor y para que lo conozcamos. Para que luego entremos profundamente en el misterio de su vida. … El cielo y la tierra se unen cada vez que celebramos la Eucaristía.”

Después de la Misa, feligreses como Faulkner expresaron su agradecimiento y se conmovieron por la belleza en el cuidado de la consagración. “Nunca he visto algo así. Fue extremadamente conmovedor y hermoso”, dijo Faulkner.

El padre Sánchez agradeció la experiencia de la consagración y agradeció el sentimiento de esperanza, siendo testigo también por primera vez de una consagración de una iglesia. “Fue realmente hermoso y sabemos que no estamos solos.”

“Es una nueva oportunidad para todos nosotros en el Cuerpo de Cristo… y podemos decirle al enemigo que, si Cristo está con nosotros, quién contra nosotros,” concluyó.

La coordinadora parroquial y directora de educación religiosa, Emelia Joseph, quien ha trabajado incansablemente para obtener nuevas llaves, luego de reunirse con oficiales de la policía a raíz del robo, está agradecida por el apoyo de la comunidad de Greenwood y la gente de la diócesis.

“Sabemos, por la gracia de Dios y de todas las personas que nos han contactado con oración y apoyo, que no solo vamos a superar esto, sino que seremos más fuertes que nunca.”

En febrero primero, parroquianos asistieron al Padre Sanchez a cambiar el mantel del altar, después que el obispo Kopacz consagrara de nuevo el mismo, después de haber sido volcado en el piso durante la semana anterior.

Nación y Mundo en fotos

En esta foto de archivo del 27 de febrero de 2013, el Papa Benedicto XVI sale de su audiencia general final en la Plaza de San Pedro en el Vaticano. El Papa jubilado emitió una declaración el 8 de febrero sobre el reciente informe sobre abusos en la Arquidiócesis de Munich y Freising, donde se desempeñó como arzobispo entre 1977 y 1982. (Foto del SNC/Paul Haring)
Se ven a estudiantes universitarios con figuras de cartón de los Papas Benedicto XVI, Francisco y San Juan Pablo II el 4 de febrero de 2022, durante la conferencia SEEK22 en el Centro de Convenciones de Knoxville en Knoxville, Tennessee. Más de 1,000 participantes de 15 universidades de cinco estados asistieron a la conferencia Fellowship of Catholic University Students del 4 al 6 de febrero. (Foto de CNS/Gabrielle Nolan, The East Tennessee Catholic
Vaticano el 9 de febrero después de que el Papa Francisco, en su audiencia general, elogió el comentario del Papa Benedicto en un comunicado el día anterior reconociendo su propia presencia ante “la puerta oscura de la muerte”. (Foto del CNS/Vatican Media)
Ariana Mora de Jerome, Idaho, trabaja mientras está embarazada de 8 meses el 27 de octubre de 2021. El Comité Senatorial de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones adelantó la Ley de Equidad para Trabajadoras Embarazadas en agosto con una votación de 19-2 ese mismo año. La Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley 315-101 tres meses antes. (Foto del CNS/Shannon Stapleton, Reuters)

Con Dios, se puede vivir con confianza y optimismo, dice el papa

Por Carol Glatz

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Jesús quiere que las personas lo inviten a sus vidas, sin importar cuán pobres, inadecuadas o vergonzosas sean sus vidas, dijo el papa Francisco.

“A veces nos sentimos indignos de Él porque somos pecadores. Pero esta es una excusa que no le gusta al Señor, porque lo aleja de nosotros”, dijo el papa el 6 de febrero durante su discurso del Ángelus del domingo. “Él es el Dios de la cercanía, de la compasión, de la ternura, y no busca el perfeccionismo, busca la acogida”.

El papa se dirigió a la multitud reunida en la Plaza de San Pedro para la oración del Ángelus del mediodía y reflexionó sobre la lectura del Evangelio dominical de San Lucas en la que Jesús invita a Simón Pedro a intentar pescar nuevamente después de no pescar nada en toda la noche.

(Photo by BigStock – Sofia, Bulgaria – 6 May, 2019)

El papa Francisco dijo que la vida cotidiana se puede comparar con el trabajo diario de los pescadores, ya que “cada día la barca de nuestra vida abandona la orilla de nuestro hogar para adentrarse en el mar de las actividades cotidianas; cada día intentamos ‘pescar mar adentro’, cultivar sueños, llevar adelante proyectos, vivir el amor en nuestras relaciones”.

“Pero a menudo, como Pedro, experimentamos la ‘noche de las redes vacías’, la noche de las redes vacías… la decepción de esforzarse tanto y no ver los resultados deseados”, dijo.

“Cuántas veces también nosotros nos quedamos con una sensación de derrota, mientras la decepción y la amargura surgen en nuestros corazones. Dos carcomas muy peligrosas”, dijo.

Es precisamente cuando la “barca” de uno está vacía, “cuando no tenemos nada que ofrecerle”, que hay espacio para que Jesús entre “en nuestros vacíos” y los llene con su presencia, dijo el papa.

“Dios no quiere un crucero”, dijo el papa”, dijo. “le basta con una pobre barca ‘destartalada’, siempre que lo acojamos”.

Con el Señor, las personas pueden “navegar en el mar de la vida sin miedo, sin dejarse llevar por la desilusión cuando no pescamos nada y sin rendirnos”, dijo.

Ya sea en la vida personal, en la vida de la iglesia o de la sociedad, siempre hay “algo hermoso y valiente que se puede hacer, siempre”, dijo el papa. “Siempre podemos empezar de nuevo, el Señor siempre nos invita a volver a ponernos de pie porque abre nuevas posibilidades”.

“¡Ahuyentemos el pesimismo y la desconfianza y entremos mar adentro con Jesús!. Incluso nuestra pequeña barca vacía será testigo de una pesca milagrosa”, agregó.

Todos los documentos de la iglesia no son iguales

Por Ruth Powers

Como católicos, creemos que el Espíritu Santo está guiando a la iglesia y que las enseñanzas de la iglesia se desarrollan con esta inspiración. Esta creencia, sin embargo, ha llevado a algunos malentendidos por parte de los no católicos, y no pocos católicos, con respecto al nivel de autoridad que tiene una serie un tanto desconcertante de documentos y pronunciamientos emitidos por el Vaticano bajo su autoridad para enseñar sobre la fe y la moral o magisterio.

Por lo general, se espera que los católicos acepten las enseñanzas magisteriales sin necesidad de profundizar en los niveles de autoridad. Sin embargo, a veces es importante saberlo, especialmente en tiempos de controversia cuando algunos católicos disidentes pueden tratar de descartar enseñanzas que son infalibles mientras que otros subestiman la autoridad de las enseñanzas magisteriales recientes o sobrestiman la autoridad de las anteriores.

Ruth Powers

Los no católicos pueden creer que pensamos que cada declaración del Papa proviene directamente de Dios. El agente que propone la doctrina sobre la fe o la moral tiene alguna relación con el nivel de autoridad de lo que se enseña. Estos agentes son el Papa, los Concilios Ecuménicos y la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyas enseñanzas deben ser aceptadas por el Papa.

Consideremos primero los documentos papales. En orden de autoridad descendente, son:

Declaraciones ex cathedra—Estas declaraciones a veces se denominan magisterio extraordinario y son pocas y distantes entre sí. Ocurren cuando un papa define un documento como la cabeza de la iglesia. Se declara explícitamente que estas declaraciones son infalibles. Un ejemplo es el dogma de la Asunción de María.

Doctrina infalible—Estas declaraciones a veces se denominan magisterio ordinario y ocurren cuando el Papa afirma que una doctrina previamente enseñada es infalible.

Constituciones Apostólicas/Dogmáticas/PapalesEsta es la forma más solemne de documento emitido por un Papa. Las declaraciones ex cathedra y las enseñanzas definitivas, vistas anteriormente, generalmente se emiten en esta forma de documento, al igual que los actos legislativos del Papa destinados a hacer cambios en la Ley Canónica. Algunos ejemplos son Ex Corde Ecclesiae de San Juan Pablo II -reglas que rigen las universidades católicas-, Anglicanorum coetibus del Papa Benedicto XVI, que estableció un proceso para que los laicos y clérigos anglicanos entraran en plena comunión con Roma, y Pascite gregem Dei, emitida por el Papa Francisco en diciembre de 2021, que reformó partes del Derecho Canónico que se ocupan de la investigación y las sanciones por ciertos delitos, especialmente el abuso infantil, para que quede más claro.

Bulas papales— llamadas así por los sellos de plomo, o bulas, adheridos a ellas. Estos documentos se utilizaron ampliamente hasta el siglo XIX, pero ya no tanto. Afirman una gran variedad de cosas, como la excomunión de Enrique VIII cuando se volvió a casar tras su divorcio de Catalina de Aragón.

Encíclicas Papales—Una carta pastoral dirigida por el Papa a toda la iglesia. Las cartas encíclicas generalmente abordan asuntos de fe o moral, alientan una conmemoración o devoción particular, o tratan asuntos de disciplina eclesiástica que deben observarse universalmente. Estos se hicieron comunes durante el reinado del Papa León XIII a fines del siglo XIX.

Cartas apostólicas—Las cartas son escritas por un papa a una comunidad específica o para abordar una necesidad específica.

Exhortación apostólica: las exhortaciones generalmente fomentan alguna virtud o actividad. Las exhortaciones apostólicas se emiten con frecuencia después de un sínodo de obispos, en cuyo caso se conocen como exhortaciones apostólicas postsinodales. No definen la doctrina de la iglesia y no se consideran legislativas. Un ejemplo sería Amoris Laetitia, emitida por el Papa Francisco después del Sínodo sobre la Familia.

Y finalmente, están las homilías, las audiencias y las entrevistas, que tienen el menor peso de autoridad.

(Ruth Powers es la coordinadora del programa de la Parroquia de la Basílica de Santa María en Natchez).

Necesitamos más funerales

ESPÍRITU Y VERDAD

Por Padre Aaron Williams

Tal parece que cada vez más nos estamos refiriendo al tiempo como “antes de COVID” o “después de COVID.”

 Uno de los efectos de la pandemia de COVID ha sido la tendencia de las familias a solicitar la renuncia a la Misa fúnebre normal y tener simplemente un “servicio junto a la tumba” al aire libre para sus seres queridos fallecidos. Por lo general, esto se hace para evitar reunir a una gran multitud y porque el servicio se lleva a cabo al aire libre junto a la tumba.

 Sin embargo, me temo que también a veces las familias están haciendo uso de esta excusa para evitar el estrés o el gasto que suele conllevar la planificación de un funeral completo. En estas situaciones, por lo general me gusta aconsejar a las personas que es mucho menos probable que se arrepientan de tener un funeral para su ser querido fallecido a que se arrepientan de no haberlo hecho.

Padre Aaron Williams

Pero nosotros, como católicos, no creemos en la necesidad de las Misas fúnebres simplemente porque parece “lo correcto”. Nosotros creemos que la Misa fúnebre católica cumple un trabajo espiritual, que está ausente en un funeral sin Misa y mucho menos en un “servicio junto a la tumba.” Tal vez sea importante mencionar que técnicamente no existe un rito católico para un “servicio junto a la tumba;” simplemente hay un rito del entierro, que siempre se hace junto a una tumba, ya precedido de una Misa fúnebre o no.

El mundo secular ha comenzado a llamar a los funerales “celebraciones de vida”, pero esto se opone fundamentalmente a la comprensión católica de un funeral. Cuando un católico va a un funeral, no estamos allí porque necesitamos celebrar una vida vivida y ahora terminada. En la muerte “la vida se cambia, no se acaba”, decimos en el prefacio fúnebre. Un funeral que simplemente menciona la vida terrenal de una persona niega nuestra creencia en la resurrección y la necesidad muy real que los muertos tienen de nuestras oraciones.

En el Segundo Libro de los Macabeos, escuchamos la historia de Judas Macabeo y sus soldados reuniendo los cuerpos de los que habían caído en la batalla y ofreciendo oraciones y sacrificios por ellos. Esto se hizo porque Judas se dio cuenta de que estos hombres caídos habían cometido el pecado de idolatría y que éste necesitaba ser expiado.

Registra el autor sagrado que después “hicieron una oración para pedir a Dios que perdonara por completo el pecado que habían cometido. El valiente Judas recomendó entonces a todos que se conservaran limpios de pecado, ya que habían visto con sus propios ojos lo sucedido a aquellos que habían caído a causa de su pecado. Después recogió unas dos mil monedas de plata y las envió a Jerusalén, para que se ofreciera un sacrificio por el pecado. Hizo una acción noble y justa, con miras a la resurrección. Si él no hubiera creído en la resurrección de los soldados muertos, hubiera sido innecesario e inútil orar por ellos.” (2 Macabeos 12:42-44).

El propósito fundamental del funeral católico es orar por los muertos, y la oración más eficaz que podemos ofrecer es la Santa Misa. Por lo tanto, no hay mayor oración por nuestros queridos difuntos que una Misa funeral. Al hacerlo, cumplimos una obra de misericordia tanto espiritual como corporal, orando por los muertos y sepultándolos.

Todos los textos y oraciones del funeral católico apuntan a esta doble realidad: (1) que los muertos necesitan oración y purificación a causa de sus pecados y (2) que Dios es misericordioso y nos promete la esperanza de la resurrección a vida eterna. Llegamos al funeral, en palabras del Padre Paul Scalia, predicando en el funeral de su padre, Justin Antonin Scalia, “para prestar nuestras oraciones a ese perfeccionamiento, a esa obra final de la gracia de Dios, al liberar [a los muertos] de todo estorbo del pecado.”

La emoción general de la Misa exequial es la misericordia, razón por la cual, incluso en la liturgia reformada, el color litúrgico prescrito para un funeral es el violeta o el negro. En las Diócesis de los Estados Unidos, el blanco se otorga por indulto como tercera opción “cuando sea pastoralmente apropiado”. Cabe señalar que, en algunas culturas, particularmente en algunas culturas asiáticas, el blanco es el color del luto, lo que lo convierte en una elección adecuada en estos contextos.

La Misa exequial, o Misa de Cuerpo Presente, no es, como algunos la llaman, una “celebración de la resurrección,” pues sabemos que antes de ser elevados a la perfección del cielo, la mayoría de los cristianos deben pasar por la purificación espiritual que Dios ofrece a las almas del purgatorio. Hacemos una gran injusticia a nuestros seres queridos fallecidos al no orar por ellos.

A menudo, cuando planeamos funerales, nos llenamos de emociones difíciles y queremos olvidar la realidad de la muerte distrayéndonos con pensamientos más felices. Pero la verdad es que la muerte es el resultado de la Caída, del pecado de nuestros primeros padres y de nuestra pecaminosidad heredada.

 La esperanza y el gozo de la muerte cristiana es que Cristo pueda purificarnos con su gracia y hacernos dignos de su presencia para siempre. Y podemos prestar nuestra ayuda a este perfeccionamiento por nuestras propias obras de oración, ayuno y limosna y muy especialmente por nuestra ofrenda de la Santa Misa.

Teología en el cine: la nueva Jezabel en la historia Deuteronómica: una reconciliación cuaresmal

¿Vale la pena ver Jezabel protagonizada por Bette Davis, una película de 1938 ambientada en la década de 1850 del sur de Estados Unidos, desde un punto de vista teológico?

La compañía Turner Classic Movies (TCM) lo muestra regularmente. La protagonista, Julie Marston, parece tener poco en común con Jezabel, la enemiga de Elías, en el año 800 a. C. tal y como se ve en el Libro de los Reyes. Sin embargo, al comparar los dos personajes, podemos llegar a una interpretación positiva del código Deuteronómico moral de la Biblia.

Una revisión de las malvadas maniobras de manipulación de Jezabel y su conexión con el Pacto Deuteronómico, la revelará como una influencia de conciencia malvada en la mente de Julie, conspirando para mantener a su hombre en un mundo de negocios de Nueva Orleans de 1852, con la amenaza de la Fiebre amarilla como telón de fondo.

 ¿Existe una lectura más profunda del código Deuteronómico que la simple recompensa y castigo por ser fiel o no al Pacto de Moisés? ¿Tiene Julie una contrición perfecta?

Jezabel llega a Israel a través del Rey Omri, quien sucedió a Salomón y restableció el poder del Reino del Norte con Samaria como base. El Rey casó a su hijo Acab con Jezabel, una fenicia, que vino con su dios pagano Baal, junto con la ambición fenicia en el comercio. Baal es un dios cananeo de la lluvia que promete riqueza y buenas cosechas, sin imponer responsabilidades éticas.

Jezabel y Acab son figuras centrales en las luchas con los principales profetas de la era: Elías y luego Eliseo. Elias gana una batalla de fuego contra sus profetas, poniendo fin a una sequía que infligió a la tierra. El poder general de Jezabel asusta continuamente a Elías. Ella y Acab, en un complot asesino, toman la tierra de Nabot para su viña. Jezabel escribe cartas secretas que finalmente condenan a Nabot. Ella es castigada y muere sin arrepentirse y su cadáver fue devorado por los perros.

James Tomek

Julie Marston es propietaria de una plantación, enamorada de Preston “Pres” Dillard (Henry Fonda) un banquero que persuade a sus colegas de Nueva Orleans para que inviertan en ferrocarriles y fábricas en lugar de la economía fluvial y el trabajo esclavo. Los tratos comerciales de Pres preocupan más su mente, lo que hace que descuide su interés amoroso. Para llamar su atención, Julie recurre sorprendentemente a usar un vestido rojo, reservado solo para las mujeres casadas, en lugar del blanco, el color obligatorio para las mujeres solteras en el Baile anual del Olimpo. También intenta incitar los celos de Pres pidiéndole a su antiguo novio, Buck Cantrell (George Brent), que la lleve al baile. Pres se molesta por ella negarse a su pedido de vestirse de blanco y se niega a sacar a Julie del baile, castigándola y manteniéndola vergonzosamente en la pista de baile. Pres termina su relación con Julie, se va al norte por negocios y regresa con una esposa, Amy.

Julie, en un estado confuso sobre cómo recuperar a Pres, logra provocar la ira entre sus antiguos novios, que son opuestos. Cantrell es un caballero sureño, cómodo con la forma de vida de los esclavos y feliz con un sistema económico que se basa en la esclavitud y el comercio fluvial.  Éste acusa a Pres Dillard, con sus intereses en los ferrocarriles, las fábricas y el trabajo no esclavo, de ser un abolicionista y traidor a la forma de vida sureña. Sus desacuerdos se trasladan al tratamiento de la epidemia de fiebre amarilla. Los conservadores del “Viejo Sur” prefieren pensar que la “plaga” pasa, mientras que los liberales del “Nuevo Sur”, como Pres y el Dr. Livingston, quieren aprender del brote anterior de 1832 y limpiar los pantanos y las calles de la ciudad.

Las manipulaciones de Julie, en lograr que los hombres peleen por ella, fracasan ya que Buck, después de haber insultado a la esposa “yanqui” de su rival, es muerto en un duelo con Ted, el hermano de Pres. Pres mismo es picado por un mosquito portador del virus de la fiebre, mientras que Belle, tía de Julie la etiqueta como una Jezabel, una persona que ha hecho el mal ante los ojos de Dios.

Aunque no es tan maliciosamente malvada como su contraparte bíblica, Julie está poseída por su espíritu intrigante. La Jezabel de la Biblia trae consigo a Baal y a los falsos profetas o ídolos que le permiten justificar su codicia.

 ¿Cuáles son los ídolos en la época de Julie y en la nuestra?

 Los “profetas” que alaban las ganancias serían uno. Soluciones rápidas en lugar de pensar a largo plazo.

Si bien el tratamiento de los negros en esta película está un poco desactualizado, el mensaje de condescendencia de los blancos sigue siendo claro. Julie sufre una conversión, ya que acompañará y cuidará a Pres en la isla “Lazarus”, la colonia condenada para las víctimas de la fiebre. Ella convence a la esposa de Pres del amor de su esposo por ella. La historia termina con Julie en el carro de las víctimas que van hacia su muerte segura. Sin embargo, se siente limpia de nuevo.

 En la historia del Deuteronomio, desde Moisés hasta Josué, Jueces, los Libros de Samuel y el Libro de los Reyes hasta el exilio babilónico de 585 a. C., uno ve que la fidelidad al pacto de Moisés es recompensada, mientras que la desobediencia trae castigo. Si bien este resultado no siempre es cierto, como vemos en Job, se produce una sensación de paz cuando uno hace lo correcto en cuanto al pacto.

El profeta Miqueas resume acertadamente el pacto: hacer el bien, amar la bondad y caminar humildemente con Dios.

Algunos críticos de cine pensaron que la conversión de Julie fue demasiado repentina. Teológicamente, especialmente en los salmos de lamento, la gracia de Dios llega rápida e inmerecidamente. Tome el Salmo 22, por ejemplo, el que leemos el Domingo de Ramos. El que sufre clama: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Mire el repentino cambio de fortuna de los versículos 21 al 22.

V 19 Pero tú, Señor, que eres mi fuerza, ¡no te alejes!, ¡ven pronto en mi ayuda!
V 20 Líbrame de morir a filo de espada, no dejes que me maten esos perros,
V 21 Sálvame de la boca de esos leones, ¡defiéndeme de los cuernos de esos toros!

V 22 Yo hablaré de ti a mis hermanos, te alabaré en sus reuniones.

El personaje de Julie es complejo ya que no parece saber lo que quiere. Es una mujer de voluntad fuerte en una sociedad patriarcal. En una de las primeras escenas, se le pone un vestido blanco que es ancho y esponjoso, lo que le da una estatura impresionante. Cuando las modistas le quitan el vestido, vemos su cuerpecito muy delgado dentro de una jaula que servía para mantener el vestido ancho.

Se necesita mucho trabajo para pasar de la apariencia a la realidad. Julie se vuelve real en su arrepentimiento y se mantiene fiel al código de Deuteronomio al hacer el bien a los ojos del Señor.

La recompensa está en el mismo sacramento de la penitencia.

Aperuit Illis y Domingo de la Palabra de Dios

Por Obispo Joseph R. Kopacz, D.D.
En la fiesta de San Jerónimo, el 30 de septiembre de 2019, el Papa Francisco promulgó su Carta Apostólica Aperuit Illis, designando el tercer domingo de enero como Domingo de la Palabra de Dios. Esta bendita designación, un digno cumplido del Corpus Christi, la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor, servirá con el tiempo para integrar y vivificar las Sagradas Escrituras en la vida litúrgica de la iglesia y en la vida diaria de los católicos. San Jerónimo dedicó su vida a la traducción de toda la Biblia al latín: el Antiguo Testamento desde el idioma Hebreo y el Nuevo Testamento desde el Griego.

El Papa Francisco, en su Carta Apostólica anhela que “apreciemos las riquezas inagotables contenidas en el diálogo constante con y entre la Palabra de Dios, el Señor resucitado y su pueblo.”

La Biblia es una palabra viva, formada por el Espíritu Santo durante dos mil años y proclamada, predicada, estudiada y enseñada durante los próximos dos mil años en lo que nosotros, como católicos, aceptamos como una tradición. Es la Palabra viva de Dios, el corazón y el alma de la vida y el ministerio de la iglesia, la que continúa formando el cuerpo del Señor, la iglesia. “Los cielos y la tierra pasarán, pero Mi Palabra nunca pasará.” Lucas 21:33

Obispo Joseph R. Kopacz

Las Sagradas Escrituras que la Iglesia Católica en todo el mundo proclamó el fin de semana pasado retrataron maravillosamente el diálogo siempre activo entre el Señor resucitado y su cuerpo, a través de la Palabra viva de Dios.

En el Evangelio del domingo, en la sinagoga de Nazaret, el Señor enrolla el pergamino del profeta Isaías después de anunciar la liberación, la libertad, la vista a los ciegos y un año de gracia y favor proclamando “Hoy mismo se ha cumplido la Escritura que ustedes acaban de oír.” Lucas 4:21

¿Por qué? Porque Jesús es la Buena Noticia que viene con la salvación para todos los que escuchan su voz y se hacen sus discípulos.

Toda la Escritura está inspirada por Dios (2Tim 3:16) y tiene la intención de llevarnos a Jesucristo, pero sin duda, las palabras más importantes de toda la Biblia son la ipsissima verba de Jesús, sus propias palabras.

Su discurso inaugural en la sinagoga de Nazaret, donde fue miembro toda su vida, se encuentra entre algunos de los más inspiradores y esperanzadores. En la primera lectura del Libro de Nehemías el fin de semana pasado, Esdras, el sacerdote y escriba, habló a los israelitas que se reunieron para escuchar la Palabra de Dios después de años en el exilio. “…hoy es un día dedicado a nuestro Señor., No estén tristes, porque la alegría del Señor es nuestro refugio.” (Nehemías 8:10) Nosotros podemos tomar en serio estas palabras de aliento cada vez que nos reunimos en fe.

Aperuit Illis es el título de la Carta Apostólica del Papa Francisco que inauguró el “Domingo de la Palabra de Dios.” Aperuit Illis, literalmente significa “les abrió” y está tomado de la aparición de la resurrección en el camino a Emaús.
Este año, mientras nos esforzamos por profundizar nuestro amor por el Señor en el Año de la Eucaristía, volvamos a la historia de Emaús cuando el Señor resucitado caminó con dos de sus discípulos afligidos, grabando sus palabras en sus corazones, abriendo sus mentes, para entender las escrituras que se referían a Él y luego sus ojos para reconocerlo en la fracción del pan.

Finalmente, los dos discípulos salieron corriendo del lugar donde se encontraban para anunciar la Buena Nueva. Este pasaje de las Escrituras es el paradigma de la Misa, cuando somos alimentados en la mesa de la Palabra de Dios y la mesa de la Eucaristía, y, luego, al concluir nuestro culto, somos enviados a anunciar el Evangelio con nuestras vidas.

En cuanto a la Palabra de Dios en otros escenarios además de la Misa, creemos que Dios siempre nos está invitando a crecer en nuestra fe y en nuestro amor por las Escrituras. En el Libro de Apocalipsis, tenemos el amado pasaje que se ha convertido en la pieza central de la iniciativa de Dios. “Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.” Apocalipsis 3:20

El Papa Francisco nos anima, “si escuchamos su voz y abrimos las puertas de nuestras mentes y corazones, entonces él entrará en nuestras vidas y permanecerá con nosotros.” Que nos sintamos cómodos con la Biblia en cualquier forma posible en nuestra vida diaria.

En estación y fuera de estación, en las buenas y en las malas, que el gozo del Señor sea nuestra fortaleza. Con nuestra Santísima Madre y todos los santos, que escuchemos la Palabra de Dios y la pongamos en práctica. Que la proclamación de la Palabra de Dios, cada fin de semana, ilumine nuestras mentes y corazones para saber que el Señor siempre está cerca.

Coraje para enfrentar el rechazo

Por Padre Clem Oya
Un pasaje del evangelio nos presenta la reacción de los judíos a Jesús cuando les declara su misión mientras lo escuchan en la sinagoga.

La Biblia nos dice, “Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarlo abajo desde allí. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue.” Lc 4:28-30

La Biblia contiene una situación similar. Dios fortalece al profeta Jeremías cuando comienza su misión con una nación obstinada: “Ellos te harán la guerra, pero no te vencerán porque yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra.” Jeremías 1:1-19

¿Cuál es el significado de este mensaje? ¿Cómo nos afecta esto hoy? ¿Qué desafío nos plantea como Iglesia?

Cuando escuchamos la palabra “profeta”, nuestra mente va directamente a los tiempos bíblicos. Pensamos en Isaías, Elías, Jeremías, etc.

JACKSON – “Sacerdote, Profeta y Rey,” resume el Padre Clem cuando asegura en esta reflexión que “como Jeremías, cada uno de nosotros es un profeta, llamado por Dios, para proclamar la Verdad a todas las naciones.” El Padre Odel Medina se despide de Mississippi después de diez años de Misión. Deja un ejemplo de cómo tocar vidas y desafiar el miedo para denunciar injusticias. En foto, el Padre Odel Medina testifica sobre el estado de sus parroquianos después de las redadas de ICE de agosto 2019, ante un Comité del Congreso de Estados Unidos, el 7 de Nov 2019, en Tougaloo College. (Foto de Berta Mexidor)

Pero es más que eso. En virtud de nuestro bautismo, cada uno de nosotros se ha convertido en un “Sacerdote, Profeta y Rey”. Como Jeremías, cada uno de nosotros es un profeta, llamado por Dios, para proclamar la Verdad a todas las naciones.

Hay momentos, sin embargo, en que tenemos miedo de decir la verdad, de denunciar situaciones de injusticia y prácticas contrarias al evangelio; tenemos miedo de enfrentarnos a los opresores por temor a ser rechazados o a perder nuestra popularidad. A veces tenemos miedo de decir la verdad porque no queremos perder a nuestros amigos, familiares o personas que siempre se sienten ofendidas al escuchar la verdad. El pasaje del evangelio de hoy nos desafía a enfrentar el rechazo, incluso por parte de los amigos más cercanos, por el bien de la verdad.

Es muy fácil para nosotros como Iglesia criticar las estructuras sociales, políticas y económicas de nuestro tiempo, pero como cristianos debemos ser fuertes y valientes para llevar a cabo nuestro papel profético, primero, entre nosotros. Como cristianos, nuestro papel comienza en la familia, la Iglesia doméstica. Como dice el refrán, “La caridad comienza en casa”. Debemos ser valientes para hablar entre nosotros contra situaciones, tradiciones y prácticas que contradicen el Evangelio.

Como Iglesia, el Evangelio nos desafía a aceptar las críticas constructivas de nuestros propios miembros, ya sean jóvenes o mayores. Como miembros de la familia, debemos ser lo suficientemente humildes para aceptar las críticas, correcciones y observaciones de nuestros hijos, hermanos o padres con espíritu de amor.

Como individuos, debemos ser lo suficientemente humildes para aceptar la crítica constructiva de nuestros amigos y compañeros de trabajo. Pero en realidad, es más fácil para nosotros aceptar alguna verdad de los extraños que de nuestros parientes. De ahí el dicho: “Ningún profeta es aceptado en su propio pueblo.”

¿Quiénes son los profetas? Según Albert Nolan:
“Los profetas son personas que hablan cuando otros permanecen en silencio. Critican su propia sociedad, su propio país o sus propias instituciones religiosas. Los que critican naciones hostiles o religiones extranjeras no son llamados profetas. Los verdaderos profetas son hombres y mujeres que se ponen de pie y hablan sobre las prácticas de su propia gente y sus propios líderes, mientras que otros permanecen en silencio.” (Albert Nolan, Jesus Today: A Spirituality of Radical Freedom, New York: Orbis Books, 2007 pág. 53).

Los verdaderos profetas no son parte de la estructura de autoridad de su sociedad o de su institución religiosa. A diferencia de los sacerdotes y los reyes, los profetas nunca son designados, ordenados o ungidos por el establecimiento religioso. Experimentan un llamado especial que viene directamente de Dios, y su mensaje viene de su experiencia de Dios: “Así dice el Señor Dios”. (Ibíd. p. 64) También estoy de acuerdo con Nolan en que: “Cualquier intento de practicar la misma espiritualidad que Jesús implicaría aprender a hablar con valentía como lo hizo él… y afrontar las consecuencias”. (Ibíd. p.64).

Los profetas generalmente no mueren naturalmente. Son castigados, perseguidos y asesinados, generalmente por su propia gente. En el Antiguo Testamento, los profetas de Dios no fueron asesinados por los paganos sino por el “pueblo de Dios”. Pero un profeta moriría antes que contar sus palabras. Los profetas piensan muy por delante de su generación y la mayoría de las veces muy pocos entienden sus puntos. Más que nunca, necesitamos más profetas y voces proféticas hoy. ¿Sabes que eres ontológicamente un profeta? Al leer esta reflexión, puede relacionarse con lo que les sucedió a todos los profetas de Dios en todas las tradiciones religiosas.

Es mi esperanza que puedas sacar algo de fuerza para continuar tu misión en este planeta.

Hermanos, cumplamos nuestra misión profética con valentía y amor sabiendo que si todos nos rechazan, Dios siempre nos aceptará. Si Jesucristo fue rechazado por su propio pueblo, ¿quiénes somos nosotros para buscar aceptación? Aristóteles, un antiguo filósofo griego, dijo una vez: “Nuestros amigos son queridos para nosotros, pero lo más querido para nosotros es la verdad”.

Es mejor ser rechazado por amigos y familiares que ser rechazado por Jesús que es el Camino, la Verdad y la Vida. Él es el único que no podemos darnos el lujo de perder.