By Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – Aunque dar dinero a la caridad es algo bueno, Dios espera que los cristianos hagan más, entregándose a sí mismos para ayudar a los demás, afirmó el Papa León XIV.
“Se trata no sólo de compartir las cosas materiales de las que disponemos, sino de poner en juego nuestras capacidades, nuestro tiempo, nuestro afecto, nuestra presencia, nuestra empatía”, dijo el Papa a miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro el 10 de agosto para el rezo del Ángelus.
Al comentar la lectura del Evangelio del día, Lucas 12, 32-48, el Papa se centró en cómo Jesús invita a sus seguidores a “invertir” el tesoro que es su vida.

“Todo aquello que hace de cada uno de nosotros, en los designios de Dios, un bien único, inapreciable, un capital vivo, palpitante, que para crecer requiere ser cultivado y empleado porque si no se seca y se devalúa. O bien termina perdido, a merced de quienes, como ladrones, se apropian de él para convertirlo simplemente en un objeto de consumo”, afirmó.
“Las obras de misericordia son el banco más seguro y rentable” para invertir esos tesoros y talentos, dijo el Papa, “porque en él, como nos enseña el Evangelio, con ‘dos monedas’ incluso una pobre viuda puede convertirse en la persona más rica del mundo”.
El Papa León instó a las personas a estar atentas para que, independientemente de si están en casa, en el trabajo o en su parroquia, no pierdan ninguna oportunidad de actuar con amor.
“Esta es la vigilancia que nos pide Jesús, habituarnos a estar atentos, dispuestos, sensibles los unos con los otros, como Él lo está con nosotros en cada instante”, dijo el Papa.