Arzobispo Oscar Romero será beatificado el 23 de mayo

SAN SALVADOR, El Salvador (CNS) – El Arzobispo salvadoreño Oscar Romero será beatificado en San Salvador el 23 de mayo dijo el arzobispo italiano Vincenzo Paglia, postulador de la causa de santidad del arzobispo.
La ceremonia, que mueve al asesinado arzobispo un paso más cerca a la santidad, se llevará a acabo en la Plaza El Divino Salvador del Mundo. El Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, celebrará la misa. “Romero, desde el cielo, quiere que cada salvadoreño camine por el sendero de la paz y la justicia”, dijo el arzobispo Paglia el 11 de marzo durante una conferencia de prensa en San Salvador.

Arzobispo Romero

Arzobispo Romero

El arzobispo llamó la beatificación un regalo para el mundo, pero particularmente para el pueblo de El Salvador. El papa Francisco reconoció formalmente el 3 de febrero que el arzobispo salvadoreño fue asesinado “por odio a la fe” y no por razones puramente políticas.
María del Cid, miembro de la Catedral de San Pedro en Jackson, tenía tres años cuando Monseñor Romero fue asesinado. Ella nació y vivió en el mismo pueblo donde nació él, Ciudad Barrios en el Departamento San Miguel, y aunque no recuerda los detalles del asesinato, si recuerda que su papá y la gente de su pueblo “hablaban mucho de monseñor y lamentaban su muerte ya que él era un pastor que andaba con las ovejas, que las defendía y hablaba por ellas” dijo. “El era la voz de las personas sin voz”.
Del Cid indicó que la gente de su pueblo siempre ha hablado de lo injusto de su asesinato. “Ahora siento mucha alegría por su beatificación porque creo que se lo merece por todo el trabajo que hizo por la gente de El Salvador durante la guerra. En el 2013 ella fue a El Salvador y visitó la casa donde vivió Monseñor y la iglesia a la cual pertenecía.
Aunque la causa de santidad del Arzobispo Romero comenzó en 1993, esta continuó durante años mientras funcionarios eclesiásticos rastreaban miles de documentos relativos a su vida. El esfuerzo comenzó a caminar durante el tiempo del Papa Benedicto XVI. En mayo del 2007, él dijo: “El arzobispo Romero ciertamente fue un gran testigo de la fe, un hombre de gran virtud cristiana”.
El proceso avanzó rápidamente con la elección en el 2013 del Papa Francisco, el primer papa latinoamericano. El Papa Francisco firmó el decreto reconociendo al Arzobispo Romero como mártir, lo que significó que no había necesidad de comprobar un milagro para su beatificación. Sin embargo, un milagro es comúnmente necesario para la canonización.

Esta pintura del Arzobispo Romero está en una de las habitaciones de la casa en la cual vivió en El Salvador. (Foto cortesía de María del Cid)

Esta pintura del Arzobispo Romero está en una de las habitaciones de la casa en la cual vivió en El Salvador. (Foto cortesía de María del Cid)

El Arzobispo Romero, defensor abierto de los pobres, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa en un hospital de San Salvador durante la guerra civil de su país. El Arzobispo Paglia dijo a principios de febrero que las dos décadas que tomó obtener el decreto fueron resultado de “malentendidos y prejuicios”.
Durante la época del Arzobispo Romero como arzobispo de San Salvador, de 1977 a 1980, “kilos de cartas contra él llegaron a Roma. Las acusaciones eran simples: él es político; él es seguidor de la teología de la liberación”. El arzobispo Paglia dijo en febrero que las quejas hicieron más lento el proceso de santidad.
Sin embargo, él dijo que los promotores de la causa recolectaron “una montaña de testimonio igual de grande” para contrapesar las acusaciones y comprobar que vivió heroicamente el credo cristiano y fue asesinado por odio a sus palabras y acciones como pastor católico.
“Él fue asesinado en el altar”, dijo el arzobispo Paglia, aunque era un objetivo más fácil en casa o en la calle. “A través de él, ellos querían impactar la iglesia que fluía del Concilio Vaticano Segundo”.
El arzobispo anunció la fecha de la beatificación en víspera del aniversario del asesinato de un amigo íntimo del arzobispo Romero, el Padre Jesuita Rutilio Grande, ejecutado por un escuadrón de la muerte el 12 de marzo de 1977.

María del Cid

María del Cid

Padre Grande, defensor del pobre y el oprimido, usaba el púlpito para denunciar las acciones del gobierno. Su muerte tuvo un profundo impacto en el Arzobispo Romero, quien más tarde dijo, “Cuando miré a Rutilio, acostado allí decapitado, pensé ‘si lo han matado por hacer lo que hizo, entonces yo también tendré que caminar el mismo sendero’”.
En marzo de 2011, el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó la Catedral Metropolitana en San Salvador y recorrió la nave principal de la catedral y bajó a la cripta de Monseñor Romero.
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(NOTA DEL EDITIOR: Elsa Baughman contribuyó con este artículo)